Capitulo 3

El sonido de las sirenas se hizo presente en las calles de Lookewood. La ambulancia, los policías iban llegando a la casa de Bellamy por un llamado de uno de los chicos de la fiesta quien habia encontrado a una chica dentro de una piscina.

En cuanto los paramédicos llegaron se llevaron a la chica dentro de la ambulancia solo con la compañía de Paris Leombardi, la hermana de aquella chica que encontraron dentro de la piscina.

En el hospital los gritos de una madre desesperada por ver a su hija se hicieron presentes. Hazel esa noche habia vuelto de su viaje en cuanto le llego la noticia de lo que habia ocurrido en aquella fiesta, pero los médicos le dijeron que no podían verla hasta que esta este estable.

La noche paso de forma lenta para ambas mujeres, las cuales no se habían movido de la sala de espera, pero Hazel a diferencia de su hija se habia quedado dormida.

En la mañana Paris se levanto de la silla y camino hacia la cafetería para poder pedir un cafe y lograr mantenerse despierta un poco más para ver a su hermana mayor. En esos momentos una sombra que los vigilaba desde lejos aprovecho que no habia nadie viendo para adentrarse a la habitación de Adrianne, para asi poder dejar un sobre a un lado de ella y salir de aquel lugar como si nunca hubiera estado.

Narra Adrianne

Abrí mis ojos lentamente, a mi alrededor solo pude ver todo de color blanco, pero a medida que mis ojos se iban acostumbrando a la luz pude notar que me encontraba en el hospital. No estaba muy segura de lo que habia pasado pero solo tenia recuerdos de pequeños fragmentos de la noche pasada.

—Nos volvemos a encontrar mi dulce caramelo—

Esas palabras no se me habían quitado de la mente, no me importaba lo que habia hecho sino que me importaba quien era ese enmascarado.

Al darme vuelta hacia la mesita de noche pude apreciar aquel peculiar sobre, rapidamente lo tome y lo abrí con cuidado, sacando de este la hoja perfectamente doblada.

Son como una caja de Pandora, muchos secretos guardan. El poder que quieren más del que poseen debes evitar, el lugar prohibido da las respuestas.

Las palabras de la carta me habían dejado completamente confundida, hasta lo que yo sabia no existía ningún lugar prohibido o tal vez si lo sabia pero mi mente en esos momentos no estaba funcionando como debía hacerlo.

Al sentir el ruido de la puerta abrirse rapidamente guarde la carta entre las sabanas. Levante mi mirada hacia la puerta y pude divisar a mi madre entrar.

—Hola pequeña—susurró mi mamá a medida que se acercaba a mi y se sentaba a mi lado.

—Hola mamá, creí que estabas de viaje—respondí mirando hacia sus ojos azules, idénticos a los mios.

—Supe de lo que te ocurrió, León me llamo desesperado en cuanto te encontró dentro de aquella piscina—hablo la rubia abrazandome, el abrazo no era para nada incomodo, realmente era calido y demostraba el gran cariño que me tenia, a diferencia con mi padre si hubiese sido incomodo porqué el jamas solía abrazarme.

—Ya no debes preocuparte por mi, ya estoy bien y lista para irme a casa.— Le dedique una sonrisa apoyando mi cabeza en su hombro.

—León y Paris van a entrar a verte.— Me sonrio de igual forma y se levanto de la camilla comenzando a caminar hacia la puerta hasta desaparecer por esta. Bastaron unos segundos para ver a mis dos queridos rostros familiares asomarse por la puerta.

Paris entro primero llevando un globo en su mano, si se trataba de hacerme sentir mejor ella se tomaba muy enserio ese trabajo y León por otro lado traía una caja de chocolates y un peluche de una vaca.

—No debían hacerlo,no estuve a punto de morir y estoy bien—Reí en bajo al ver sus expresiones en cuanto dije aquellas palabras, probablemente si estuve a punto de morir, pero daba igual para mi porqué no podía recordar.

—Si estuviste a punto de morir—habló con un tono un poco enfadado, Paris.

—Y nos sentimos culpables de haberte dejado sola, no debimos pero nos dejamos llevar por el alcohol y creímos que Bellamy te cuidaria pero se ve que estaba en nuestra misma situación—habló en un tono bajo, se ve que estaba arrepentido de haberse dejado llevar por el alcohol y de haberme dejado con nuestro amigo.

En esos momentos a mi mente llego la imagen de Paris y él, juntos en una misma cama. Mi desagrado no pudo ser disimulado en mi rostro y eso ambos lo notaron.

—¿Que ocurre Adri? ¿estas bien?—pregunta el chico en un tono preocupado.

—Anoche...no se si lo que vi es real o no, pero los vi en una de las habitaciones y ambos estaban besandose y creo que a punto de hacer dios sabe que cosa—respondí bajando la mirada hacia mis manos.

—¡Eso es ridículo, Adrianne! ¡Dios mio, Paris es mi prima!—dice un tanto alterado y hace una mueca de desagrado al pensar en hacer aquello con su prima.

Una mano se poso sobre el hombro del chico para poder calmarlo, al voltear León se encontró con Paris.

—León debes calmarte, incluso a mi me desagrada aquello pero estamos en un hospital y te conozco lo suficiente como para saber que eres explosivo—habló la chica en un tomo calmado para luego dirigirse hacia su hermana. —Aquello no fue real Adri, anoche tomamos, nos drogamos sin darme cuenta y a ti te dio un ataque por lo visto, pero nada de lo que sea que hayas presenciado en aquella habitación es real.—

—Sí, tienes razón, lo siento el alcohol me afecto más a mi que a ustedes dos.— Me disculpe pasando mis manos por mi rostro.

Ambos chicos asintieron pero León habia decidido salir para poder tomar algo de aire fresco y poder calmarse.

Mi mirada fue directo hacia la castaña que al parecer se encontraba algo perdida en sus pensamientos,mirando por la ventana hacia un punto fijo. Desvie mi mirada y de entre las sabanas saque la carta y volvi a fijar mi mirada en Paris.

—Paris...¿puedes venir? quiero mostrarte esto—dije volviendo a posar mi mirada en la carta. Hasta ese momento no me di cuenta que habia algo más en el sobre y al abrirlo me encontré con una llave dorada.