—Estoy enamorada de ti, León—dijo la chica, mirando fijamente a los ojos del contrario, sintiendo las mariposas formarse en su estomago. Nunca creyó que aquellas palabras fuesen a salir de su boca.
—¿Lo dices en verdad?—preguntó el chico un tanto sorprendido.
—Lo digo de la forma más pura y sincera,te amo más que a nada en el mundo—respondió jugando con un mechón de su cabello.
León no lo dudo ningún segundo y tomo a la chica de sus mejillas. —Tambien estoy enamorado de ti—respondió antes de fundirse con ella en un beso lleno de sentimientos por parte de ambos.
Aquel recuerdo paso por la mente de León, haciendo al chico sonreir de forma boba. No podía negar cuan enamorado se encontraba pero en esos momentos tenia una palabra que cumplir, se lo habia prometido a ella antes de irse.
Su mirada se centro en aquella puerta de madera blanca, tenia un mal presentimiento pero aun asi lo dejo pasar e intento abrir la puerta, al ver que estaba cerrada saco la llave y la abrió pero lo que encontró detras de esta lo dejo más confundido.
—¿Que hacen ustedes aqui?—preguntó el chico hacia ambas chicas.
—Buscábamos el…el bolígrafo—respondió Paris y cerro sus ojos al pensar que era la peor mentira del mundo.
Adrianne volteo a verla con una expresión de decepción al ver la forma tan mala en la que mentía, pero Paris solo pudo encogerse de hombros.
—Eres malísima para mentir, Paris—habló chico mostrando una sonrisa. —Pero quiero saber que ocurre.—Fijo su vista en ambas hermanas.
Adrianne volteo a ver a su hermana nuevamente, como si estuviera preguntando si debían confiar en él a lo que Paris solo asintió.
—Vinimos al lugar prohibido como decía en la carta que me enviaron, buscamos respuesta sobre nuestra familia y encontramos algo horrible de nuestro padre—respondió mirando hacia su primo.
—Si era algo horrible de Kang deberias alejar a Paris, ella es la más cercana a él.—dirigió su mirada hacia la castaña.
—Estoy bien,luego de ver esto…no se si pueda verlo de la misma forma y quiero descubrir que tanto oculta, pero debemos irnos antes de ser descubiertas—habló Paris apretando sus puños y clavando sus uñas en las palmas de su mano.
León tan solo asintió y salio de alli seguido de ambas hermanas. Una vez fuera todos se dirigieron a la habitación de Paris la cual era la más aislada.
...
—¿Entonces dices que hay una persona anónima que te envía cartas,pero tambien hay alguien siguiendote como si fuera tu sombra?—pregunta el castaño intentando entender todo lo que las chicas le explicaron. — ¿No crees que pueden ser la misma persona?— Pregunta mientras se acomodaba en el sofa.
—Lo he llegado a pensar,pero realmente no lo se,todo es demasiado confuso—. Responde Adrianne tapando su cara.
Por otro lado Paris se encontraba con la mirada perdida en su computadora, repitiendo el video una y otra vez, intentando encontrar algo útil que los pueda llevar a la chica.
Paris estaba frustrada pero no por no poder encontrar un lugar exacto del paradero de la chica, la verdadera razón de su frustración era su padre. Ella siempre habia sido la más cercana a Kang y ver las cosas que él le hizo a esa chica le dolió demasiado, pensando en que tal vez él podria hacer aquello hasta con sus propias hijas. Ya no era de confiar.
Su mirada se desvió de la computadora al sentir una mano posarse en su hombro. León estaba allí mirándola con una pequeña sonrisa y diciéndole que se tranquilice.
—Se la clase de pensamientos que pueden estar pasando por su cabeza, pero si estarás cerca de Kang para sacar información debes fingir lo que eras antes con él—dijo el chico bajando su mano por el brazo de ella hasta llegar a la palma de la mano de la chica.— Y dejar de hacerte daño—volvió a hablar cambiando su expresión a una seria.
La chica tan solo pudo asentir con la cabeza y le regalo una sonrisa a su primo.
...
La noche cayo en la ciudad de Lookewood, el sol se oculto dando paso a una hermosa luna llena la cual daba a la ventana de cierta rubia que se encontraba dando vueltas en su habitación.
Llego un momento en el que Adrianne dejo de dar vueltas y se quedo mirando por su ventana. Allí lo vio, camuflandose entre las sombras, pero con la mirada fija en la chica de cabellos rubios.
¿Qué era lo que queria?
¿Por qué estaba siempre presente?
¿Era peligroso?
Esas preguntas se hacían presentes en la mente de la chica, aunque la ultima pregunta la hizo cuestionarse un poco las cosas, tan solo recordar lo de la piscina un escalofrío recorrió su espalda.
Allí estaba el desconocido, quien la miraba fijamente entre las sombras, pero tan solo en un abrir y cerrar los ojos este desapareció.
...
—Me dejaste y me olvidaste,lo prometiste Adrianne—. Nuevamente la voz de esa voz se hizo presente, allí fue cuando Adrianne se quedo mirando a aquella niña a los pies de su cama.
Ya se estaba haciendo costumbre soñar con esa niña de dos coletas y vestido blanco a los pies de su cama, solo que ahora no estaba segura de si era un sueño.
—No, no quise dejarte...jamas te quise abandonar. Lo siento—. Las lagrimas se comenzaron a hacer presentes en el rostro de la chica.
La niña de ojos azules señalo a Adrianne y esta al verse a si misma estaba cubierta de sangre. Las lagrimas comenzaron a empapar su rostro y su respiración comenzó a acelerarse, pero al levantar la vista hacia la niña esta ya no estaba más. En el lugar de la niña se encontraba un chico sosteniendo un bebe entre sus brazos con mantas, pero lo más impactante era que el chico y el bebe estaban cubiertos de sangre.
—¡Oliver!—gritó la chica cubriendo su boca, sintiendo como se estaba rompiendo por dentro.
En esos momentos la chica despertó, gritando y llorando. La puerta se abrió dando paso a Hazel, quien entraba corriendo y abrazaba a su hija para intentar calmarla.
Editado: 03.08.2020