Se busca Novi@

Capítulo 2: Por algo pasan las cosas

Capítulo 2: Por algo pasan las cosas

Cuando llego al trabajo me ocupo de forma automática entre el montón de cosas que tengo por hacer. Quedé encargada de la compañía hasta que mi amiga regrese de su viaje así que el tiempo apremia. Estoy en modo caza talentos, buscando a nuevos autores y revisando distintos borradores. También tengo que revisar que los trabajos puntuales de diversos clientes vayan por el camino correcto, así que entre una cosa y otra no me queda mucho tiempo para pensar.

Sin embargo, en la hora del almuerzo analizo mi situación. ¿Qué podría hacer que Ian deje de molestarme tanto? Según lo que he notado, a pesar de su aura de calma siempre se ve tenso. Su ceño por lo general está fruncido y parece bastante amargado la verdad. Mi yo pervertido llega a la conclusión de que necesita sexo.

Pero, tengamos en cuenta que él no parece el tipo de persona que tiene ligues ocasionales. Además tiene una hija pequeña que está viviendo con él, no puede andar en eso. La solución, sería una novia o novio dado que no he ahondado en su sexualidad. Y, si tomamos el hecho de que no me ha hecho insinuación alguna, quizá le van los hombres.

Digo, yo no estoy mal. Me considero bastante guapa, no me haré la humilde. A lo largo de mi vida pretendientes no me han faltado y bueno…

—Últimamente te ves más bonita —le comento a Ana, la asistente de mi jefa quien ahora también es como mi asistente. Ella se sonroja y se limpia restos de salsa de tomate de la boca. Estamos almorzando juntas en el comedor de la empresa.

—Hace poco conocí a alguien —admite con los ojos iluminados.

—¿Ah sí? —Interrogo interesada —¿Cómo lo conociste?

El rubor en sus mejillas aumenta y la mujer baja el rostro.

—Si le cuento seguro le parecerá una locura.

—Tutéame chica, yo no soy tu jefa —le digo dándole una suave palmada en el brazo —y puedes contarme… Si quieres claro, soy toda oídos.

Ana parece indecisa, pero al final accede.

—Pues, nunca me fue bien en aplicaciones de citas y así, un día revisaba el periódico y vi un anuncio en los clasificados. Se trataba de un hombre que estaba buscando pareja, le escribí y —se le escapa una sonrisa —la semana pasada nos conocimos en persona. Me sorprendió que se tratara de un buen hombre, quizá no es una belleza andante, pero es muy tranquilo y amable, se llama Pedro.

—Vaya —suelto sorprendida. —Imagino que lo conociste en algún sitio público.

—Claro, fui cuidadosa —responde —además una prima me acompañó, ella se mantuvo a una mesa de distancia —se ríe —fue gracioso. Ya Pedro y yo hemos salido dos veces más y hablamos todos los días.

—En otras palabras, un amor a la antigua. No sabía que seguían poniendo ese tipo de anuncios en el periódico. Pensé que era algo del pasado.

—Pues no, a algunas personas nos gusta lo anticuado.

Me rasco la barbilla pensativa.

—¿Puedes averiguarme cómo poner un anuncio en el periódico ese? Digo, podría hacerlo por mi lado, pero si tu Pedro me hace el favor estaría genial. Le pagaría lo que tenga que pagar, claro, espero que no sea muy costoso…

—¿Usted también quiere hacerlo? —pregunta entusiasmada.

—No, no yo, sería para un amigo.

Ana me dedica una mirada traviesa que me da a entender que piensa algo del tipo “Sí claro”.

—Sí, no hay problema.

—Me has alegrado el día Ana, recuerda que puedes decirme Cat.

—Gracias a ti por escucharme Cat —susurra ella aún con el rostro rojo. Mary (mi jefa) se consiguió a una asistente súper tierna.

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La vida siempre me ha parecido un sin sentido. Soy del tipo de personas que no creen en nada, pero a la vez creen todo. Acepto las ideologías de cada quien y respeto cada opinión. Asimismo, me dejo llevar mucho por las casualidades y el destino. Soy escéptica sí, pero a veces tengo la sensación de que las cosas pasan por algo.

Lo de Ana ha sido como una revelación. Justo he estado pensando cómo domar un poco a Ian y pum la respuesta aparece justo en mi cara. ¡Una relación! Claro, no estoy muy segura de dar o no el paso porque ¿Sería conveniente poner un anuncio sobe mi jefe en el periódico? ¿Y si se molesta? ¿Y si me echa?

Probablemente tendrán la duda, ¿Por qué no tienes a dónde ir Cat? Resulta que estoy en proceso de divorcio de quien era mi pareja. Él, me fue infiel y embarazó a otra mujer. Nuestros problemas empezaron cuando le dije que no quería tener hijos, pero ya antes de eso, tampoco era que flotáramos en medio de rosas.

Durante nuestro tiempo juntos apoyé a Joaquín en sus proyectos, de hecho, hipotecó su casa y lo ayudé a pagar algunas de las cuotas por lo cual me quedé sin ahorros. Me aferré a la idea de que solo estaría con él. A mal que bien, nos entendíamos y él respetaba mi espacio. No era de meterse en mi vida o exigirme que fuese una esposa modelo que se quedara en casa.

En otras palabras, estaba cómoda hasta que el optó por estropearlo todo. Su engaño, fue una herida a mi orgullo y un golpe a mis planes. Más que amarlo, me dolía que hubiese dejado atrás lo que habíamos construido solo por el arranque de tener hijos. ¿Hijos para qué? El muy idiota estaba endeudado, pero fingía ante los demás que nos iba muy bien.



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En el texto hay: familia, escritor, pareja

Editado: 05.11.2021

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