MIRANDA
Me muevo con rapidez para ordenar lo que llevare, me miro en el espejo mientras me hago una cola alta dejando mi fleco que me cubra parte de mi rostro, luego me voy corriendo al baño donde me pongo a cepillar los dientes.
¡Carajo!
No me hubiera retrasado si no hubiera quebrado el reloj, pero no, la chica lo odiaba y lo lanzo a la pared.
“Al veces me dan ganas de golpearme”
Cuando termino de cepillarme me dirijo a mi cuarto donde agarro la bolsa del bebé, donde llevo los pañales y su biberón, luego cuando lo coloco en mi hombro me voy a donde esta Chase en su coche, debo ir con eso porque ahí lo mantendré para que duerma.
Cuando salgo de la casa observo que la vieja Gloria no encuentra rodeando con su escoba el lugar, suspiro aliviada cuando no me la encuentro, ahora hay un problema mayor.
No sabía cómo bajar a Chase con el coche, es ahí cuando abajo aparece un chico quien al verme me sonríe, lo imito porque es vecino pero casi no lo veo.
“Es guapo”
-Hola Miranda – dice cuando sube las gradas - ¿quiere que te ayude?
-Si por favor – respondo cuando agarro a Chase del cochecito para que mi vecino me ayuda a bajar el coche, cuando él lo hace me siento completamente agradecida – muchas gracias.
-De nada – dice cuando me guiña el ojo para luego subir las gradas, me ruborice por lo el gesto que me hizo, sin embargo me atengo a pensar de ello porque debo apresurarme, llevo más de veinte minutos atrasados.
Parece que este mismo día me despiden y es lo que menos quiero, pongo a Chase de nuevo en su coche para luego movilizarme al salir del edificio, camino en la orilla con rapidez con cuidado de no botar el coche, no es tan lejos así que tengo posibilidad de llegar rápido pero siempre tarde.
Cuando me encuentro cerca me adentro a la empresa donde veo a Alejandra hablando por teléfono, de repente veo cuando se acerca a mí sin dejar de hablar.
-Hola Miranda – saluda cuando corta la llamada - ¿Cómo esta Chase?
-Bien, gracias por preguntar – digo confundida al ver que se vino sin ningún problema - ¿Por qué no estás en tu puesto?
-Ese no es mi puesto – responde riéndose y no entiendo cuál es el chiste – yo trabajo en la sala de llamadas, ahí es donde yo llamo a negociantes y les hago una lista de lo que quieren, estaba ahí porque una amiga me lo pidió porque tenía una emergencia.
-Oh entiendo – digo fingiendo una risa ya que aun así no le halle el chiste, por eso ayer cuando salí de la empresa no la vi, ahora entiendo, entramos al ascensor, ahí aprovecho para ver a mi bebé quien se ha quedado dormido.
-Por cierto… ¿Por qué trajiste al bebé? – pregunta enarcando una ceja, me doy cuenta que si le comento sin duda se lo dirá a todo la empresa pero eso va a pasar en el futuro así que escupiré la verdad.
-Trabajare así – respondo en seguida mirando a mi Chase para no mirar a Alejandra que sin duda debe estar con la boca abierta.
-¡En serio! – exclamo sorprendida ante lo que le dije, asentí sonriendo de mala gana - ¿y te dejo el jefe?
-Sí parece que si – respondo cuando se abren las puertas, Alejandra se dedica a salir con tranquilidad.
-Entonces te deseo suerte – dice cuando sale y me hace un gesto con su mano enseñándome el pulgar, le sonrío animada esperando que todo salga bien, pero luego pienso…
¿Qué podría salir mal?
El ascensor de nuevo se abre y ahora es en mi piso, paso empujando el coche donde me voy a dónde está mi escritorio que está en la orilla, es muy bonito, diría que es demasiado para una secretaria, pongo la pañalera abajo del asiento, luego coloco el coche junto a Chase cerca del escritorio, sigue dormido y me alegra que este así, después le daré su biberón, sin duda mi jefe debe estar adentro de su oficina enojado porque no he llegado, aunque es una buena persona.
Suspiro frustrada y mejor debería de ir a hablar con él y pedirle disculpas, así que eso es lo que hago, me pongo firme decidida a soportar las consecuencias de arruinar mi alarma.
Me encamino a la puerta donde toco, ya ni recuerdo cuando lo hice, lo que tal es que escuche un “pase” del interior, en seguida lo hago ya listas con mis palabras en la boca.
-Perdóneme jefe por llegar tarde – digo al entrar, cuando levanto la vista mis ojos se topan con esa persona, mi corazón empieza a palpitar a mil por horas al ver que está ahí el.
-¡Carajo! – exclamo de inmediato dándome la vuelta para salir porque ese idiota está aquí, lo peor de todo es que vaya siendo un socio de mi jefe y lo arruine todo.
-Miranda, ¿A dónde va? – pregunta la voz de mi jefe, me detengo en seguida y me volteo apenada, intento solo mirar al señor Thomas pero es imposible cuando ese idiota guapo me mira sonriendo con malicia, parece que planea algo – ¿Por qué ha llegado tarde?
-Lo siento… mi reloj se averió – digo mintiendo ya que yo lo arruine, este solo asiente.
-Ok – dice un poco curioso al ver que el otro me mira - ¿ustedes dos ya se conocen?
-Eh…
-Si hermano ella es la mesera – responde el otro que está ahí.
¿Hermano?
¡Mátenme!
-Ella fue quien me lanzo los postres encima y para variar el café – responde el con una sonrisa de lado cuando voltea a ver al jefe, supuestamente su hermano, el señor Thomas frunce el ceño.
-Fue un accidente – respondo en seguida – y lamento mucho lo sucedido.
-Bueno como es algo que paso en el pasado así que no hay porque discutirlo – dice ahora mi jefe quien se acerca para estar al lado de su hermano – Miranda le presento a mi hermano Evan Hank, el será también su jefe, de ahora en adelante tendrá que trabajar para los dos.