Se necesita un Padre

Capitulo 11

 

                                                                                  

MIRANDA

                                                                                            

Termino de bañar a Chase para luego abrigarlo con su toallita en todo su cuerpo, luego de hacerlo me llevo a la cama, donde ya tengo todo lo que le debo de poner, no se queja por el baño que le hice y me siento bien al verlo muy sanito, mi tía ayer por poco no se iba cuando insistía que le contara todo de la cena, sin embargo le mentí en muchas cosas como decirle que fue aburrida y ella suspiraba decepcionada.

Hice eso para que no sacara ningunos de sus gritos de emoción porque ahora si se enojaba la vecina y como las dos son casi iguales me imagino como se llevarían.

Le pongo talco a Chase en sus partecitas para luego comenzar a ponerle su pañal, cada día se ve su crecimiento, ahora mueve más su cabeza con rapidez y después ya lo pondré andar en el piso para que gatee – ya me imagino – luego de terminar coloco su ropita que es de una camisita de mangas cortas y un pantaloncito de color verde, cuando ya lo tengo listo y bien guapo lo agarro en brazos para llevármelo a su coche que esta arruinado, el nuevo lo tengo en la empresa, este no se puede mover.

Cuando ya estamos en la cocina, lo pongo en el ya mencionado coche, luego me dedico a cocinar para prepararme un delicioso desayuno – sin café – ya me acostumbre a no beberlo, así me evito problemas.

Cuando ya tengo mis huevos fritos con salchichas, las como sentada en una silla enfrente de mi pequeña mesa, no dejo de observar a Chase que está bien despierto jugando con sus manitas, mientras hace sonidos con su boquita, sonrió a medias mientras me introduzco un pedazo de huevo.

Luego de haber comido, me encamino al baño a cepillarme y colocarme la ropa que llevare, hoy me decidí por algo normal – como siempre – me pongo una blusa de mangas largas de color blanco con rayas azules, para combinarla con un pantalón de color negro, después de haberme vestido me miro en el espejo para peinar mi cabello dejándolo suelto ya que lo tengo aun mojado y como esta chica no tiene secadora debe secarlo de modo natural.

“Si soy peor que nosotros los pobres”

Por cierto ame esa película.

 

Cuando ya estoy lista, agarro a Chase en brazos para salir de la casa junto a la pañalera y mi cartera, hago lo mismo de siempre cerrar pero pasa algo que no es lo mismo, aparece la señora Gloria como siempre metiendo el pico por donde no le conviene.

-Pareces que ya vas en camino a trabajar – dice sonriéndome de lado, la imito con falsedad cuando termino de cerrar e introduzco las llaves en mi cartera – deberías de hacer que tu bebé no haga tanto ruido en la noche.

-Si lo siento – digo al recordar que empezó a llorar porque tenía mucha calor – no volverá a pasar.

-Eso espero – dice cuando se cruza de brazos – es muy molesto y no deja dormir.

-Si supiera que es tener bebé me comprendería – digo con el ceño fruncido – tenga un gato de mascota y vera que se quejara por todo.

-Por eso no tengo mascotas – respondo fulminándome con la mirada.

-Si porque pobre… - digo en un desliz, ella me mira de manera seria y juro que si eso asesinara ya estuviera en mi tumba con muchas flores.

-Piérdete – exclama cosa que no me lo esperaba, se adentra a su departamento dejándome sola, no me siento mal por lo que dije, así que me encamino a bajar las gradas.

 

Cuando llego a la empresa llego a mi oficina dejando la cartera abajo en el suelo junto la pañalera, luego agarro el coche de Chase que se encuentra guardado y lo coloco a un lado para luego poner a mi hijo ahí, está muy sonriente ahora. Me siento nerviosa sabiendo que veré ahora a Thomas, los recuerdos de la cena, me agrado la conversación, sin duda debe estar ya en su oficina.

En ese momento cuando pienso, sueña el celular, en seguida agarro el teléfono y contesto con mucha experiencia.

-Buenos días – digo sonriendo.

-Buenos días, recordarle a los jefes que la reunión se cambió a otra fecha – dice con rapidez.

-Ah está bien y… ¿para cuándo seria entonces? – pregunto cuando agarro la libretita pero se me dificulta al estar sobre muchos papeles, es ahí cuando varios se caen y me asombro al ver que se van tan lejos, cerca del elevador, suspiro frustrada al saber que ya viene la mala suerte.

-Le dejaremos para el veintidós de octubre, espero que pueda estar ese día – dice y en seguida veo todos los horarios de reuniones.

-No, no hay nada que lo retenga – digo en seguida con una sonrisa – muchas gracias por su aviso.

-Ok entonces lo veré ese día – dice el vicepresidente cuando corta la llamada, luego de anotar todo, me levanto de forma perezosa para agarrar los papeles que se cayeron, en ese momento cuando estoy cerca me pongo en cuclillas para agarrarlos todos hasta llegar hasta la última que está cerca del elevador, cuando me acerco me doy cuenta que está en la esquinita de ahí donde está a punto de irse adentro del elevador.

Me arrodillo para mirarlo bien y agarrarlo de ahí en la pestañas si se me va solo espero que no sea nada importante, cuando la logro agarrar suspiro aliviada y es ahí cuando el elevador se abre repentinamente, levanto la mirada encontrándome con la persona que ya no miraba, Evan frunce el ceño al verme en cuatro patas.

-Sé que soy el segundo jefe de esta empresa pero no tienes por qué recibirme como un dios – dice con una sonrisa de lado.

“Tenía que venir con sus bromas”

Me levanto en seguida frunciendo el ceño por la mala suerte que tengo, se acerca a mi con sus manos en sus bolsillos, parece que ya vino de su viaje y ahora de nuevo será como siempre.

-¿Cómo estas Miranda? – pregunta cuando pasa a mi lado.




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