Se Vende

Mi lugar

— ¡No, no!— la oficina está cerrada, me asomo a los cristales esperando que la agente inmobiliaria esté dentro, golpeo el cristal inútilmente, he llegado con una hora de retraso, ¿Cómo ha podido ocurrir? Miro mi reloj de muñeca y luego al de la plaza, el mío tiene una hora de retraso respecto al otro.

— ¿Busca algo?— pego un salto sobresaltada al escuchar detrás de mí la voz de una mujer. Me vuelvo y me encuentro con una bellísima joven mirándome con desconfianza, esbelta, alta y elegante cómo una modelo me hace sentir cómo el patito feo de los cuentos, fea y desgarbada, y no ayuda de que yo vaya con unos vaqueros y una camisa sencilla y que ella parezca salida de una pasarela de moda, vestido ajustado de color azul haciendo juego con sus grandes ojos, tacones que dan vértigo con sólo mirarlos y ni un pelo salido de su exquisita melena caoba.

— Tenía una cita, pero he llegado un poco tarde—  seguro que ella siempre llega puntual, se me escapa un suspiro.

— Cariño, has llegado tarde una hora y pico— me sonríe de una manera que no sé si se está burlando de mí.

— ¿Anne?— cuando hablé con ella por teléfono pensé que la agente era más mayor, no acierto ni una.

— Anne no pudo esperarla, soy Grace Landon— me tiende la mano— la propietaria del local, te he visto al salir de la manicura— ¡Dios, cómo envidio a esta mujer! Todo en ella es perfecto, no le falta ni un detalle, al ver su bolso de marca me entran ganas de llorar, tiene que valer un dineral.

— Mel Roswod— estrecho su mano— Siento haber llegado tarde.

— ¿Dave?— Grace suelta mi mano y se va hacia él con una gran sonrisa.

— ¿Grace?— Dave pone cara de circunstancias, me ha parecido que no le ha gustado mucho  encontrarla allí.

— ¡Qué sorpresa! No sabía que eras tú quién estaba interesado en el local.

— Es mi amiga Mel quién quiere comprarlo— lo miro molesta, lo ha dicho con intención de que parezca que somos algo más. Grace me mira de pies a cabeza examinándome, no sé si he pasado su examen porque su expresión es impasible pero me da que no le gusta lo que ve.

— Me alegro por tí de que vuelvas a salir con nuevas amigas— a Grace se le escapa una sonrisilla nerviosa— espero que sigas haciéndolo con las antiguas— ¿Qué? Le está tirando los cejos y se supone delante de alguien especial para él. ¿Y por qué ha insinuado Dave que soy su novia? Voy a decirle a doña perfecta de que él es sólo mi empleado cuando me toma de la mano y la aprieta diciéndome con la mirada que le siga el juego. Miro a Grace y a él y decido ser hoy la que tenga al chico guapo.

— Si no te importa nos gustaría llevarlo en secreto— Dave mira a Lizzy que se acerca con Sandy.

— Por supuesto, lo entiendo, debe de ser muy difícil para ella le ocurrido con su madre— Dave se pone rígido, pobrecito, no pensaba que le diera tanta vergüenza su separación, al fin y al cabo fué ella la que lo abandonó, ¿O será por eso?

— Encantado de verte, dale recuerdos a Jules ya volveremos a concertar una cita con Anne— me quedo a cuadros, si la dueña está ahí y la conoce, ¿Por qué no le pide que entremos a ver el local?

— Jules y yo nos hemos separado— le lanza una sensual mirada a Dave— Entre tú y yo, me urge vender este local, era el preferido de él, no entendía porqué hasta que descubrí que era donde traía a sus ligues— eso me ha dado penita, hasta a doña perfecta le ponen los cuernos—  Así que lo voy a vender antes de que se lo quede en el reparto de bienes— mi pena se ha esfumado— Incluso puedo rebajar un poco el precio— le guiña un ojo a Dave intentando disimular, él mira a un lado incómodo, me parece que empiezo a entender por qué me quiere hacer pasar por su amiga especial.

— Cariño— lo miro con cara angelical— ve con Lizzy y yo veré el local— me adelanto antes de que diga que no, ya que estoy aquí quiero ver el inmueble, su apariencia exterior me ha encantado, tejado a dos aguas, pintada de azul, grandes ventanales que dan al paseo y al mercado, entre una heladería y una cafetería que en este momento están a rebosar de gente.

— Que venga con nosotros Lizzy, ¡Si es una niña encantadora!— mira a la pequeña que llega con Sandy— Hola, Lizzy— se agacha a darle un beso, ésta lo recibe sin muchas ganas.

— ¿Papá, puedo ir con Sandy a tomarme un helado?— ignora a doña perfecta.

— ¿Sandy no te importa?— parece que Dave no quisiera dejarme a solas con Grace.

— No soy una niñera, al final he venido para nada, que poca consideración, os doy media hora y luego me largo— se marcha murmurando.

 

 

Nada más entrar en el local, suena un teléfono móvil, Grace saca el suyo de su bolso y mira de quién es la llamada con un gesto de disgusto.

— Es Jules, cómo siempre tan oportuno, id viendo la parte baja— nos deja a solas.

El recibidor es amplio, forrado de madera clara, enseguida en mi mente aparece decorado con láminas de casas en venta, al entrar a la derecha hay el escritorio más bello que he visto en mi vida, de la misma madera que el recibidor está tallado a mano con filigranas, es enorme, robusto y a la vez delicado, dónde imagino a Sandy atendiendo a los clientes al llegar, a la derecha hay dos oficinas, las dos dan al exterior viéndose por los ventanales el paseo marítimo y el mercado artesanal, la de la derecha decido que va a ser mía, no puedo evitar un suspiro de alegría.

— ¿Me estás escuchando?— con la emoción me he olvidado de Dave.

— Si claro— le sonrío haciendo cómo si lo hubiera estado haciendo.

— Mientes fatal— mueve la cabeza a los lados— Resumen— mira afuera para ver si Grace está todavía allí— tuve un escarceo con ella antes de casarme con Leila, parece que no me ha olvidado, ¡Hasta intentaba acostarse conmigo estando casado !— está escandalizado.

—¿Por eso le has dicho que soy tu amiga?— asiente avergonzado— Ahora estás libre— no entiendo su reacción, que le dé largas y ya está.

— ¿Yo con Grace?— simula un escalofrío— ni loco.




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