Se Vende

Rojo

Sé que están hablando a mi alrededor pero no puedo escuchar nada, cientos de preguntas se suceden unas tras otras en mi cabeza.

— ¿Mel, estás de acuerdo con la propuesta de Grace?— veo la cara del traidor de Dave delante mía y un sentimiento de odio intenso me inunda, ha venido a mi vida a engañarme y Dios sabe a qué más, deseo estampar mi puño en su atractiva cara, quitarle esa sonrisa de superioridad que me dice que ha conseguido lo que quería, bajar el precio de la vivienda. ¿Por qué se está haciendo pasar por otra persona? ¿Quién es en realidad?

— ¿Papá, ya has terminado?— Lizzy aparece con cara de fastidio. ¿Será su hija de verdad? Empiezo a respirar agitádamente, estoy a punto de ponerme a gritar cómo una loca pidiéndole explicaciones.

— A Nico le hubiera gustado el lugar— miro a Sandy y puedo ver sus ojos empañados, no sé qué historia han tenido mi amigo y ella, pero sé que algún día lo averiguaré. Nico, amigo mío, tu hermano nunca te quiso conocer, ¿Por qué me ha buscado a mí? Muchas preguntas sin respuestas que si me enfrento a Dave no conoceré, tengo que averiguar qué es lo que quiere de mí y por el camino vengarme por hacerme confiar en él. Quiere jugar, pues juguemos.

— ¿A tí qué te parece?— me dirijo a él con una sonrisa disimulando que he estado atenta, cosa que parecería muy raro cuando sabe cuánto quiero el local.

— Yo aceptaría, siempre que incluyera una cena en el Secret's— le guiña a Grace.

— Hecho— tiende la mano a Dave, él me pregunta con la mirada si acepta y yo asiento, estoy tan en shock que no me ha importado que doña perfecta haya cerrado el trato con él en vez de conmigo que es quién va a comprar— Podríamos hacerlo después de firmar el contrato— ahora se dirige a mí— ¿Cuando podemos hacerlo?

— Cuánto antes— no quiero que se arrepienta.

— ¿El Lunes?— me contengo para no saltar de alegría— Y luego iremos a cenar al Secret's, una promesa es una promesa— mira lascivamente a Dave que se sonroja, el sinvergüenza le da pudor que le tiren los tejos cuando me está mintiendo en toda mi cara tan tranquilo.

— Perfecto— quiero irme ya de allí, necesito poner en orden mi cabeza.

— El lunes se pondrá en contacto Anne con vosotros para confirmar la hora y el lugar, para la cena tenéis que llevar algo rojo, es el color que ha tocado para ésa noche— no tengo ni idea a lo que se refiere, pero si hay que ir de rojo lo haré.

 

 

— ¿Unas hamburguesas para celebrarlo?— Dave está contento o lo disimula muy bien. Lizzy va a abrir la boca para rechistar pero una mirada de su padre la hace callar.

— Yo me voy, ¿Celebrar con unas hamburguesas? Con un buen Dom Perignon es con lo que hay que hacerlo, me merezco eso y mucho más por aguantaros— Sandy se va hacia el coche.

— Espérame, voy contigo— ¿Comer hamburguesas con Dave? ¡Por dónde yo me sé le iba a meter las hamburguesas, mentiroso! Cada vez me está costando más fingir delante de él.

— Vente con nosotros Mel— insiste Dave mientras Lizzy me fulmina con la mirada, nada más que por fastidiar al monstruito estoy a punto de aceptar, pero recuerdo lo que he descubierto y se me quita las ganas de todo.

— Tengo muchas cosas que hacer y pensar— ahí no le estoy mintiendo en cuánto llegue a casa me voy directa al portátil a buscar toda la información que pueda sobre él y pensar que hacer— Otro día lo celebramos, ¿Verdad Lizzy?— no me puedo aguantar las ganas de ver a cara de la niña, parece que se le van a salir los ojos de las órbitas.

— La comida del otro día tenía muy buena pinta— respiro para contenerme, si espera que le prepare otra comida lo tiene claro.

— ¿O vienes o te quedas ahí?— Sandy no tiene mucha paciencia.

— Vale, lo hablamos— le doy largas con una gran sonrisa y salgo corriendo hacia el coche de mi secretaria.

— ¿Vas a venir a celebrarlo al Secret's?— si alguien se lo merece es Sandy, ella es mi apoyo incondicional aunque a veces es imposible.

— No me gustan esos sitios tan pijos— conduce lentamente por la autopista, ya le han pitado varios coches— Además el rojo no me sienta bien— la miro de reojo y estoy de acuerdo con ella, su moreno naranja intenso no va para nada con el rojo.

— No entiendo por qué hay que ir de rojo, la verdad— y tampoco tengo ni idea de lo que es el Secret's, he deducido por la expresión de Dave que debe ser algo caro y exclusivo, otra cosa que investigar.

— Tengo una amiga— me empiezo a tener lo peor cuando habla de una de sus incontables amigas— que tiene una hija que ha abierto una tienda de moda, tiene una ropa preciosa y no está mal de precios, no te veo yo de utilizar mucho el rojo— pues tiene razón.

— Iré a mirar— claramente no voy a ir— ¿Pero qué haces?— Sandy ha girado para tomar una salida inesperadamente sin poner intermitentemente ni nada.

— Ya que estamos, nos acercaremos— me conoce muy bien, ha adivinado enseguida que no iba a ir.

La tienda está en un pequeño barrio de las afueras de la ciudad, no es muy grande pero tiene de todo un poco, mi primera impresión es buena, debido al gusto peculiar que tiene Sandy no sabía qué me podía esperar.

— ¡Sandy, que alegría de verte!—  una muchacha morena la saluda con dos besos en la mejilla.

— Cristina, estás preciosa— la mira de arriba a abajo— cómo siempre— eso me duele un poco, a mí nunca me ha dicho nada cómo eso.

— Tú que me ves con buenos ojos— la chica no deja de sonreír.

— Ella es Mel— me presenta Sandy.

— Hola— digo con timidez, enseguida estoy en los brazos de Cristina que me da dos besos cómo si me conociera de toda la vida.

— Cristina— no deja de sonreír, ¿No le duele la boca?

— ¿Tienes algo de color rojo?— Sandy remueve entre las perchas.

— ¿Vestido, pantalón, falda...? Algo tengo, pero no mucho, ¿Tiene que ser rojo?

— Si hija, es el color del Lunes del Secret's— Cristina saca del perchero un vestido rojo que en cuanto lo veo, si me está bien de talla me lo llevo.




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