Se Vende

Encadenada

Entro en la casa hecha una furia tras dejarme Dave plantada después de decirme que no puede confiar en mí, voy corriendo al despacho ¡Qué demonios creía que iba a pasar con Dave! ¿Cómo puede confiar en mí, cuando ni yo misma lo hago? Tengo que solucionar esto de alguna manera, tomo los archivadores y busco acelerada los papeles y carpetas que necesito, cargada con ellos los tiro en el escritorio y enciendo el ordenador.

— La cena ya está en la mesa— hasta me he olvidado de Jules con lo alterada que estoy— parece que no te ha ido muy bien con Dave— busco en el ordenador la información que necesito— ¿Vas a vender todo? ¿Así de repente?— dice Jules detrás de mí, ha visto las cuentas que estoy haciendo.

— A ti no te importa— sigo haciendo números.

— Si quieres conseguir la cantidad que tienes ahí arriba— señala la pantalla del ordenador dónde está el dinero que necesito con grandes números rojos— no creo que puedas, ¿Ésto es lo que tienes?— indica las cantidades que supongo pueden darme por vender el edificio dónde estamos.

— Me temo que sí y de ahí tendría que quitar, comisiones, impuestos...

— ¿En qué lío estás metida?— se apoya en el escritorio— ¿Drogas? ¿Juego? ¿Prestamistas?

— ¿Estás loco?— lo miro con ganas de matarlo.

— No soy nadie para juzgarte, yo también he tenido mis problemillas— sonríe. ¡Que alegría poder ser cómo él y tomarse los problemas a broma!

— No es nada de eso— digo ofendida.

— ¿Tiene que ver con Dave?— mi expresión lo dice todo— ¿Qué historia hay entre vosotros dos? Me he comido los sesos pensando en ello, ¿Tu socio, tu amante, las dos cosas?

— No es mi socio y no es mi amante— la furia se ha calmado y la pena vuelve a mí.

— No, no— me toma de la mano— no llores más.

— No estoy llorando—
me sorbo los mocos con poca elegancia.

— Y yo no tengo hambre— la comida debe de estar helada— pero...— se levanta— haré un esfuerzo por tí y comeremos para tomar fuerzas para enfrentarnos a lo que te preocupa.

— Es mi problema— me cruzo de brazos y el rueda los ojos como un adolescente.

— Vale, es tu problema— me tiende la mano para ayudarme a levantarme— ahora llenemos los estómagos y luego seguiremos hablando— mis tripas rugen dándole la razón.

— ¿Te irás luego de cenar?— aunque tenga que arrastrarlo fuera de casa no dejaré que pase la noche aquí, mi paciencia tiene un límite.

— Aguafiestas, yo que pensaba dormir contigo para consolarte— pone cara triste.

— Ya puedo consolarme sola— ¡Ay, Dios, otra vez he caído, no puedo con él! Se me escapa una sonrisa.

— Así me gusta, tienes una sonrisa muy bonita.

 

 

He dormido apenas dos horas dándole vueltas a cómo conseguir el dinero, quizás con tiempo lo conseguiría todo, pero no sé si tengo tiempo ni quiero tenerlo, quiero acabar con todo esto lo más pronto posible, voy a devolverle a Dave cada céntimo que me dejó Nico.

— ¿Monique, podrías hacerte cargo de los señores Thaerson?

— ¿No iba a encargarse Dave de ellos?— la nueva agente está a punto de marcharse, unos clientes la esperan.

— Dave ha encontrado otro trabajo— no es exactamente así pero ella no tiene porqué saberlo— ha sido algo imprevisto y no ha podido avisar.

— Muy bien— pone cara de fastidio, tiene la agenda llena— dame el dossier, los llamaré para acordar la hora.

— Gracias— se lo doy y se marcha con prisa.

—¿Mel Roswod?— un mensajero entra en la inmobiliaria.

— Si, soy yo.

— Aquí tiene— me entrega un sobre— firme aquí— Buenos días— se despide al estampar mi rúbrica.

Miro el sobre aterrada al ver el nombre de quién lo envía, Dave Butler Hill, lo abro temblando, mucho me temo que sé lo que voy a encontrar, saco los documentos y me tengo que sentar. Me reclama el dinero de la herencia que me dejó Nico, todo está perfectamente especificado, el dinero por el que vendí el piso, la tasación de "Tu sueño" y el importe en efectivo que me dejó mi amigo para arreglar el inmueble. Me sorprende lo bien que lo ha calculado, es la cantidad exacta que pensaba devolverle. También especifica que no va a cobrarme intereses y que sabiendo mis condiciones actuales está dispuesto a negociar un pago a plazos, si me niego a la devolución me emplaza a vernos en los tribunales sin posibilidad de negociar. En un arranque de ira tiro los papeles de un manotazo, éstos caen desperdigados por el despacho. No debería extrañarme, él me lo dijo, vino por su dinero pero cambió de opinión y ahora ha vuelto a hacerlo o quizás nunca lo hizo. Tomo el teléfono y armándome de valor lo llamo.

— Buenos días, Mel— reconoce mi número.

— Buenos días, Dave— mantengo la calma de momento.

— Supongo que has recibido los documentos.

— Ahora mismo— no me salen más palabras.

— ¿Aceptas?— dice fríamente.

— No tengo todo el dinero y lo sabes.

— No, no lo sé, Nico recibió mucho más, pudo dártelo en joyas o en efectivo— recojo una hoja del suelo y la estrujo con la mano haciendo una bola imaginando que es el cuello de Dave.

— No tengo nada más, pero si quieres ven y registra mi casa y las oficinas— no pierdas los nervios, Mel, aguanta, me repito.

— Lo pensaré— tiro la bola de papel que atraviesa la ventana abierta— De momento necesitamos vernos para negociar cómo me vas a pagar lo que me debes.

— No he dicho que acepto— su prepotencia me saca de mis casillas.

— A las nueve en mi casa.

— No voy a ir a tu casa— no me queda más remedio que hablar con él y negociar pero no se lo voy a poner fácil.

— Creo que no me has entendido, a las nueve en mi casa, la que está encima de la inmobiliaria—se me encoge el corazón al pensar en que voy a perderla, ¿Dónde viviré ahora?— Espero que estés allí o no habrá otra oportunidad— cuelga antes de que pueda replicar.

— ¿Más órdenes?— tomo el teléfono pensando que a Dave se le ha olvidado decirme algo.

— Mel— apenas escucho la voz de Sandy— ¿Estás sola?— ¿A qué vendrá tanto misterio?




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