Kiara Coleman POV.
—Agh, maldito calor — Ryan se bajó del coche mientras se abanicaba con sus manos — Estoy sudando por lugares que no sabía que se sudaban
—Demasiado detalles — Lo callé con una mirada de asco.
Entramos a la casa la cual se sentía demasiado fría, aún con el intenso calor que hacía afuera
— ¿Mamá? ¿Papá? — Ryan gritó pero no hubo respuesta — Que noticia, no están — Dijo con sarcasmo y lo seguí a la cocina.
— ¿Quieres pedir pizza? — Me senté en un banco balanceando mis piernas hacia delante y hacia atrás.
—Sí, muero de hambre — Tomó el teléfono y comenzó a marcar.
—Oh, una nota — Tomé el amarillo papel del frutero y me acerqué a Ryan para leerla.
Kiara, Ryan:
Lo sentimos tanto, nos dieron horas de mas, prometemos compensarlos muy pronto, hay comida congelada en el refrigerador, si no pueden pedir una pizza, ya saben dónde hay dinero.
Con cariño, Mamá y Papá.
—Seguiré marcando a la pizza, los dos sabemos que la cocina y mamá no son amigas — Dejó la nota a un lado y caminó hacia la sala una vez que le atendieron la llamada.
Estiré mis piernas y tomé un vaso con agua, abrí la despensa la cual estaba vacía y suspiré regresando a la barra, saqué mis cuadernos para comenzar a hacer la tarea.
Mamá y papá últimamente habían tenido problemas económicos, había días en los cuales apenas y nos alcanzaba para comer, todos nos estábamos esforzando bastante excepto Ryan, no quería darse cuenta de la realidad y quería seguir disfrutando de lujos los cuales eran imposibles.
Habían tratado de vender el coche que compartíamos pero Ryan se había negado rotundamente, no quería usar el autobús escolar y ni se diga de caminar.
—Llega en diez minutos — Me interrumpió entrando a la cocina — ¿Vas a hacer tarea tan temprano? — Arrugó la nariz.
—Tengo que estar en casa de Nicholas en cuarenta minutos, además quiero conseguir un buen promedio para obtener una beca.
—Bah, como sea —Rodó los ojos y sacó sus cuadernos.
Permanecimos en silencio hasta que llegó la pizza, comimos y subí a bañarme, me cambié a unos jeans negros, una blusa de tirantes blancas, planché mi cabello y me maquillé.
Una vez lista tomé las llaves de la casa, y avisé a Ryan que ya me iba.
Decidí caminar para ahorrar gasolina, además de que la casa de Nicholas quedaba a tan solo quince minutos caminando, cuando llegué me quedé de pie a la puerta admirando la enorme casa llena de cosas lujosas.
Toqué el timbre y no pasó un minuto cuando un señor con traje me abrió la puerta dejándome verla por dentro, el piso era interminable de mármol color negro, grandes cuadros colgaban de las paredes y los muebles lucían impecables.
—El señor Dunn bajará en un minuto — Me informó y se fue escaleras arriba.
Me quedé en mi lugar observando con cuidado todos los pequeños adornos que le daban un toque especial y elegante a toda la casa, me miré en el espejo que se encontraba a un lado mío y me arreglé un poco mi maquillaje.
—Tú debes ser Kiara — Una chica unos cuantos años menor que yo me miraba con curiosidad, su cabello negro suelto a un lado de su rostro, su maquillaje era cargado resaltando sus increíbles ojos azules.
—Sí, ¿Eres la hermana de Nicholas?
—En vivo y en directo —Me sonrió de lado haciendo notorio el piercing que se encontraba en sus labios, sus diminutos shorts mostraban sus largas piernas al igual que su blusa que dejaba al descubierto su abdomen.
—Oh, la última vez que te vi tenías doce años.
—Ahora tengo dieciséis — Ladeó su cabeza.
—Al parecer mi hermana te encontró primero que yo — Nicholas apareció con una gran sonrisa en su labios.
—Es toda tuya — Mordió su labio inferior mirándome de arriba a abajo y desapareció por un pasillo con sus manos en los bolsillos de sus pantalones.
—Puede intimidar, pero es un amor ¿Vamos? — Comenzó a caminar hasta llegar a un estudio color crema con sillones rojos.
—Bueno, profesor, ¿Qué veremos hoy? — Reí sentándome en un sillón.
—Oh, déjamelo a mí — Rio y se sentó en el sillón frente a él mientras prendía un proyector mostrando apuntes y palabras en inglés — ¿Empezamos? — Asentí.
Después de una hora y media de clase con Nicholas comenzaba a entender bastantes cosas que antes no conocía.
—Creo que ya debería irme, ya es tarde — Me levanté guardando mis cosas.
— ¿Quieres que te lleve?
—No te molestes — Tomé mi bolsa y salí del salón con el detrás de mí.
— ¿Kiara? ¡Qué alegría tenerte aquí! — La Sra Dunn se acercó y me abrazó dándome un beso en la mejilla.
—Hola, Sra Dunn —La saludé cordialmente pero me miró achicando los ojos.
—Oh, dime Elizabeth, me haces sentir vieja.
—Elizabeth, me dio mucho gusto verla pero tengo que regresar —Le regalé una sonrisa y caminé un poco hacia atrás.
—Oh claro, no te preocupes, ¿Vienes en coche?
—No, pero mi casa está cerca, unos cuantos minutos caminando.
—De ninguna forma, Nicholas, llévala — Ordenó apuntándolo con su dedo índice — Pero usa tu coche por favor, no quiero que la lleves en tu motocicleta.
—Con gusto — Nicholas me sonrió y salimos de su enorme casa.
—No pasa nada, enserio puedo irme caminando no está lejos.
—No me cuesta nada — Me abrió la puerta del coche — Así tenemos más tiempo de practicar.
—Gracias — Le regresé la sonrisa y subí abrochándome el cinturón.
—Creo que recuerdo donde vives — Entró al coche y lo prendió — Pero no muy bien así que vas a tener que guiarme.
—Escuché sobre tu fiesta del viernes.
—Ah, sí, vas a venir, ¿Verdad?
—No lo sé, mis papas no son tan fan de las fiestas de adolescentes — Me encogí de hombros.
—Puedes escaparte, yo puedo ir por ti y traerte de regreso — Se ofreció — No tomaré alcohol, no te preocupes por eso.