Kiara Coleman POV:
Miedo.
¿Saber lo que es sentir miedo?...
¿Tienes miedo a la muerte?...
—Te lo juro — Traté de quitar sus manos de mi cuello — No le dije nada, por favor, me duele.
— ¿Cómo puedo estar seguro? — Apretó más su agarre acercando el cuchillo a mi mejilla — Sabes muchas cosas, ratoncita — Sonrió falsamente al ver cómo me estaba lastimando.
—De verdad, no le dije nada — Una lágrima resbaló en mi mejilla junto al afilado cuchillo — Créeme — Supliqué al sentir como cortó un poco mi piel.
—Bien — Me soltó y tomé mi cuello con mis manos tosiendo desesperadamente tratando de recuperar el aire — Sabes lo que va a pasar si abres tu linda boquita, ¿Verdad ratoncita?
—No diré nada — Lo miré por unos segundos tratando de regular mi respiración.
Mi cuello dolía bastante y tenía ganas de llorar desesperadamente, tenía ganas de gritar y correr lejos de él.
Toqué mi mejilla con dos dedos, hice una mueca cuando sentí como ardió al tacto, miré mis dedos los cuales tenían un poco de sangre.
—Fui gentil, Kiara — Se sentó de cuclillas frente a mí con sus dedos en mi mentón — Por favor no me tientes, no queremos que tu hermosa cara tenga alguna imperfección, ¿Verdad?
—No lo haré — Tragué el nudo de mi garganta.
Me sonrió y salió de la cocina tarareando una canción con las manos en sus bolsillos.
Mordí mi labio inferior cerrando fuertemente los ojos, no quería llorar, no más, no hoy.
— ¡Kiara! — Mi padre gritó desde la sala.
— ¡Ya voy! — Grité limpiando mi mejilla antes de salir de la cocina.
—Deja de desaparecer — Mamá me miró con desaprobación.
—Trataré de no hacerlo — Respondí con una sonrisa de boca cerrada.
—Déjala, seguro esta distraída por la escuela — El tío Erick acarició mi espalda.
—Esta semana ha estado tranquila — Ryan respondió tomando un puñado de palomitas sin despagar la vista de la televisión.
—Son cosas de chicas — Dije entre dientes.
—Oh, claro — Ryan sonrió de lado negando con la cabeza.
La tarde pasó dolorosamente lenta, vimos unas cuantas películas hasta que le reloj dio a las siete de la tarde.
Ryan y yo subimos a su cuarto a hacer la tarea, o más bien, yo haría la tarea y él jugaría videojuegos.
—Sé que sabes algo — Lo miré.
—Ya te dije que no sé de qué hablas — Me respondió aún con la mirada en la pantalla de su videojuego.
—Ryan — Amenacé.
—Cálmate, Kiara — Mordió su lengua concentrándose — ¡Agh! ¡Perdí por tu culpa!
—Qué bueno — Me levanté arrebatándole el control — Respóndame que es lo que sabes.
—Ya te dije que no sé nada — Rodó los ojos — Solo sé que Erick tiene bastantes negocios manchados, no sé si me entiendas — Puso sus brazos detrás de su cabeza conectando nuestras miradas.
— ¿Cómo sabes eso? — Me acerqué a él.
—No hay que ser un genio para saberlo — Suspiró — No puedes tener tantos negocios a los 35 años, y sobre todo tan fácil — Mordió su labio pensativo — Debe de tener alguien ayudándolo, y no me refiero a una ayuda del gobierno o algo así.
— ¿Eso es todo? — Sonrió de lado.
—A los dos nos conveniente que yo no sepa nada — Se levantó quedando frente a mí sin borrar su sonrisa — Sabes que no soy tonto, Kiara, se perfectamente lo que está pasando.
— ¿Y por qué no has hecho nada? — Lo empujé del pecho con rabia — ¡No has hecho nada Ryan!
— ¡Shh! — Me calló señalando la puerta — No puedo, es más poderoso de lo que crees — Suspiró pasando sus dedos por su cabello — He pensado que hacer por años, no encuentro ninguna solución, tiene comprada a toda la policía y lo sabes.
—Ya no quiero —Sollocé abrazándolo — Ya no quiero Ryan, han sido 10 años — Me devolvió el abrazo acariciando mi cabello.
—Lo sé — Besó mi cabeza — Vamos a encontrar una forma, lo prometo — Me alejé de él.
—Él no puede saber que lo sabes — Hablé desesperadamente — Si se entera... — Paré — No puede enterarse, es peligroso, él es más peligroso de lo que crees.
—Tranquila — Me tomó fuertemente de los brazos — Debemos de ser muy cuidadosos, tengo un plan — Me sonrió levemente — Si todo sale como lo he estado planeando, ese bastardo estará en prisión lo antes posible.
— ¿Lo prometes? — Limpié una lágrima que había escapado de mi mejilla.
—Lo prometo — Besó mi cabeza — Ahora, sigue haciendo tu tarea y no me interrumpas, ¿Sabes cuánto me ha costado conseguir el puesto número uno? Bastantes días.
—Bien — Rodeé los ojos divertida y regresé a mi lugar — Al menos pudiste haberme dicho que sabías — Dije de mala gana.
— ¿Hubiera servido de algo? — Elevó una ceja sin dejar de mirar el televisor.
—Me hubiera sentido menos... sola.
—Tienes razón, yo también me sentía solo al principio, cuando lo descubrí — Arrugué el entrecejo.
— ¿Cómo? — Volví a mirarlo.
—Sí, al descubrir que tenía amenazados a papá y mamá con sus trabajos me hizo sentir muy mal, pensé que era el único que lo sabía — Negó con la cabeza — Solo porque les prestó un poco de dinero no le da el derecho de nada.
—Oh — Mordí mi labio inferior.
No sabe de mí...
No sabe lo que pasa cuando llega lo noche...
— ¿Qué? — Puso pausa a su videojuego — ¿Hay algo que no sepa? — Me miró extrañado.
"Recuerda, Kiara, si alguien se entera de nuestro pequeño secreto... muchas personas van a salir heridas, incluido e chico que tanto te gusta" Su voz resonó en mis pensamientos.
—No — Le sonreí sacudiendo un poco la cabeza — No hay más.
—Bien — Me dio una mirada extraña antes de poner play.
Una parte de mi estaba demasiado agradecida de no tener que guardar este secreto yo sola, pensé que al fin podría compartir mi dolor con alguien, al fin podría llorar en el hombro de alguien y no sola en la madrugada en la obscuridad de mi habitación.