Han transcurrido varias semanas desde los acontecimientos pasados. Chen, con una mirada sombría y malévola, aún se encuentra en Tailandia, sin apartar de su mente su plan para arruinar a Sung. Su malévolo plan podría perjudicar no solo a Sung, sino a toda su familia. En la oficina de su casa, Chen está sentado frente a su computadora, mirando las noticias que informan sobre la recuperación de Sung.
Con una sonrisa retorcida en su rostro, Chen murmura para sí mismo:
"De esta vez has escapado, Sung. Pero veremos si la suerte te acompaña cuando yo arruine a tu familia".
La expresión facial de Chen refleja su malicia y determinación. Sus cejas están fruncidas en una mueca de desprecio, y sus ojos brillan con una mezcla de satisfacción y maldad. Su sonrisa está llena de confianza, como si estuviera seguro de que su plan tendrá éxito.
Por otro lado, con Sung que ya había salido del hospital, aún con la polémica sobre su tío quien intentó casi matarla, ella salió adelante sin importar las circunstancias. Muchas personas afuera del hospital le deseaban una buena recuperación y salud. Sung, con una sonrisa, les lanzó un gesto indicando que no se preocuparan, que todo estaba bien. Al subir al auto rumbo al hotel, Sung miraba por la ventana con una expresión triste, algo que su primo notó.
- ¿Qué sucede, Sung? - preguntó su primo, preocupado.
Sung, al escuchar a su primo, fingió una sonrisa para que no se preocupara.
- No es nada, Primo, solo me siento algo cansada. Quiero llegar al hotel, descansar y retomar la filmación de la película.
El primo de Sung frunció el ceño y movió la cabeza indicando un no.
- ¿Estás loca? Aún tienes tu herida. Hablaré con el CEO para que retroceda la fecha de filmación.
- ¡No lo hagas! Sé que tengo mi herida, pero tengo que trabajar. Tenemos una fecha establecida y no la vas a retroceder - respondió Sung con determinación.
El primo de Sung, algo molesto al saber la terquedad de su prima, se preocupa por ella porque aún su herida no se ha recuperado del todo. Pero para no disgustarla, hace caso a su petición. Al llegar al hotel, todos se encuentran esperando a Sung, entre ellos Kim Jeon Suk y Lucas. Ella, al bajar, se sorprende por el abrazo de Lucas.
- Bienvenida, Sung. Es un alivio que ya estés aquí, te extrañé.
Kim Jeon Suk, con una mirada seria por aquella situación, finge no tener celos y espera a que Lucas deje de abrazar a Sung. Al terminar Lucas de abrazarla, Suk la abraza también con algo de fuerza, demostrando que está muy feliz de que se haya recuperado. Él susurra al oído de Sung.
- Te extrañé demasiado, pequeña.
Sung, al escuchar esas palabras por parte de Suk, se siente bien. Nunca se imaginó que él cambiaría tanto y eso le agrada.
- Yo también los extrañé, chicos. Aún no me recupero del todo, pero saldré adelante.
Sung sonríe dulcemente a ambos, camina hasta su habitación. Muchas personas del hotel vienen con ella para desearle buena salud y se alegran de verla. Sung les sonríe tiernamente, entra a su habitación y se recuesta poco a poco con cuidado por su herida.
En mi habitación, traté de ocultar mi angustia por lo sucedido, temiendo que algo aún peor estuviera por venir. Miles de pensamientos se agolpaban en mi cabeza cuando, de repente, alguien tocó a mi puerta. Salí para averiguar quién era, y me encontré con el CEO.
"¿Cómo te encuentras, Sung?" preguntó el CEO con una expresión preocupada, mientras se sentaba en el sofá sumido en sus pensamientos.
"Me encuentro bastante bien", respondí con una sonrisa forzada, aunque sabía que mi verdadero estado se reflejaba claramente en mi rostro.
"No finjas conmigo, Sung. Sé perfectamente que no estás del todo bien", dijo el CEO con una mirada llena de preocupación, observando detenidamente mis facciones.
Traté de desviar la conversación hacia otro tema para evitar abordar algo tan delicado que no quería discutir en ese momento.
"¿Vino solamente por eso? ¿O hay algo más que quiere hablar conmigo?", pregunté.
"Sí, vine para avisarte que se va a posponer la filmación. Tu salud es lo primero", respondió el CEO.
Me levanté del sofá con determinación. "No, CEO, realmente quiero seguir con la filmación...", intenté argumentar, pero fui interrumpida.
"En el estado en el que te encuentras, es mejor que descanses un poco más. En dos días continuaremos con la filmación", sentenció él antes de retirarse de la habitación.
Sung reflexionó detenidamente. Sabía que tenía que aprovechar esos dos días para descubrir qué tramaba Chen. Antes de eso, decidió salir de la habitación para dar un paseo por la playa. La arena bajo sus pies le proporcionaba cierta tranquilidad. Sin darse cuenta, alguien se acercó por detrás y le habló al oído.
"¿Una compañía no está nada mal, ¿verdad?"
Sung se giró rápidamente, algo asustada. Era Kim Jeon Suk, quien no había cambiado en absoluto en ese aspecto.
"Siempre con la ironía y acercándote de esa manera", bromeó Sung, esbozando una sonrisa.
"¿Alguien te ha dicho que eres un loquillo?" preguntó con curiosidad y broma. Él soltó una carcajada y la miró con incredulidad.
"Quién sabe, tal vez tú sabrás si lo soy o no, pequeña", respondió Kim Jeon Suk.
Un leve sonrojo apareció en las mejillas de Sung al escuchar ese apodo. Apartó la mirada en un intento por disimular, pero era demasiado tarde.
"¿Acaso la 'pequeña' se sonrojó?" Kim Jeon Suk acercó su rostro a centímetros de los labios de Sung con tono juguetón, disfrutando su incredulidad.
Sung se ruborizó intensamente, sus ojos clavados en los de Kim Jeon Suk, latiendo su corazón con fuerza. Aunque intentaba sofocar sus sentimientos por él en la escuela, estos seguían ardiendo en su interior. Kim Jeon Suk, con una sonrisa pícara, se acercó tanto que sus narices se rozaron, provocando que Sung se apartara nerviosa.
"¿Mis palabras te hicieron pensar, mi pequeña?" - preguntó con coquetería. Sung respondió con un tono desafiante