A primera hora a Ada le tocaba lengua castellana, lo que significaba que iba a ir a la biblioteca con Erlik. No lo vio por ninguna parte, a sí que decidió ir a la biblioteca y esperarlo allí. Dentro de esta no había mucha gente, la mayoría de mesas estaban vacías, aunque era de esperar, ella era de las pocas personas que iba a la biblioteca.
Mientras Ada esperaba a Erlik, se paseó por el pasillo de ciencia ficción, y luego por el de fantasía, sin duda sus géneros literarios favoritos. Miró de arriba a abajo las estanterías hasta encontrar un libro que le llamó la atención. Crepúsculo.
Ella se había visto todas las películas. Gracias a crepúsculo se empezó a obsesionar con los vampiros, pero nunca se había leído el libro, a sí que lo cogió prestado de la biblioteca.
Se sentó en una de las mesas que se encontraban cerca de la entrada para poder ver a Erlik cuando llegara, de mientras empezó a sacar su portátil y un par de hojas en blanco. Les quedaba mucho trabajo por hacer.
Cuando por fin llegó Erlik, Ada vio que no llegaba solo, sus amigos entraban a la biblioteca junto a él. Erlik se sentó junto a ella y sus amigos se sentaron en una mesa que no estaba muy lejos de ellos. Al principio prefirió no preguntar nada pero al final no pudo evitarlo y terminó haciéndolo.
– ¿Puedo preguntar por qué están tus amigos aquí?
–Bueno, nos están vigilando –. Respondió naturalmente Erlik mientras seguía buscando información sobre una escritora en Google.
– ¿Y puedo preguntar por qué? –Ada observaba atentamente a los chicos, ellos fingían no verla, pero estaba claro que fingir no era lo suyo. Dajjal incluso le saludó con la mano y Abaddón le tuvo que dar un codazo "disimulado".
–No, no puedes.
– ¿Por qué?
–Estás haciendo demasiadas preguntas, Ada –se quejó Erlik.
Durante toda la hora siguieron haciendo el trabajo de literatura, avanzaron más de lo esperado, al final a Ada no le parecía tan espantosa la idea de tener que hacer el trabajo con él.
A la hora de comer ella se sentó en el mismo lugar que de normal, sacó el libro que había traído de la biblioteca y aprovechó para empezar a leerlo.
Si antes ya estaba obsesionada con Edward Cullen, sin duda alguna el libro hizo que se volviera aún más obsesionada.
Sin saber muy bien porque, por un momento Ada desvió la mirada a la mesa de aquellos cuatro raritos, por primera vez se había fijado en que ellos no estaban comiendo, toda su mesa estaba vacía, simplemente estaban conversando. Ada intentó recordar si ayer también tenían la mesa vacía o quizás habían comido algo, pero sus recuerdos no eran del todo claros a sí que prefirió dejarlo estar.
Cuando al final llegó la última clase del día, Ada tuvo la suerte de que el profesor de biología no había venido, y al parecer los demás profesores también se olvidaron de ellos porque no trajeron a ningún sustituto. A sí que ella aprovechó para seguir leyendo.
Erlik, en cambio, ese día había mirado más de lo normal a Ada, igual que en esos instantes, mientras ella leía, él la miraba como un maldito acosador.
–Erlik ¿Nos estás escuchando? –Le preguntó Abaddón, el cual estaba hablando sobre un tema (que según él era muy importante) y estaba claro que Erlik no había escuchado ni la mitad de lo que le habían dicho.
–Si, si ¿Qué pasa?
– ¿Has escuchado lo que he dicho?
–Si... –se rascó la nuca nervioso.
–Vale, a ver ¿Por dónde iba?
–Lo del director –respondió Samael el cual tenía la cabeza sobre la mesa.
–Ah, si, bien pues que...
–Oye chicos, ahora vuelvo –le cortó Erlik. Él sin esperar ninguna respuesta se levantó y se dirigió hacia la mesa de Ada, la cual aún leía tranquilamente.
–Hey –se sentó a su lado.
– ¿Qué te trae por aquí? ¿Alguna pregunta sobre el trabajo?
–No, solo quería saber qué lees.
–Vaya, que novedad ¿Tú sabes leer? –Respondió con tono irónico Ada.
–Si, que extraño ¿Verdad? –Respondió de la misma forma Erlik.
Ada cerró el libro y le enseñó la portada.
– ¿Crepúsculo? ¿Enserio?
– ¿Qué tiene de malo?
–Es muy poco realista.
–Pues claro que es poco realista, es una historia sobre hombres lobo y vampiros ¿Cómo esperas que sea realista?
En este punto de la conversación Erlik debía controlar sus palabras, no quería que sospechara que él es un vampiro, ya era suficiente con que ella pensara que eran raros.
–No sé, yo creo que si los vampiros existieran, no serían como los de crepúsculo, ni tampoco actuarían así ¿No crees? –Respondió él. Bajo la mesa jugaba con sus dedos, nervioso.
– ¿Por qué piensas eso?
–Y yo que sé, solo lo pienso, deja de hacer tantas preguntas –se quejó (como siempre) Erlik.
Antes de que Ada pudiera contestar, Abaddón intervino en su conversación.
–Erlik, puedes hacer el favor de volver ya.
Él se levantó de la silla y volvió con sus amigos sin ni siquiera despedirse antes de Ada, la cual aún tenía muchas cosas que decir.
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Editado: 25.08.2021