Secretos Callados

Señora cara de sapo

-¿Había que traer un informe?-. Le pregunté impaciente a victoria.

-Si, tiene doble nota.- Me respondió. Estaba segura de que no me iba a salvar de esta. Lo peor era que mi dignidad que ahora estaba por el suelo, ahora lo iba a estar por el subsuelo.

-Señorita Brown, no trajo el informe ¿verdad?-. Maldito profesor con su calva que me deja ciega por los reflejos de las luces en el.- Le tendré que poner cero.

-¡Eso es! Póngale cero.- Salto Axel. Aunque este enamorada de él, seguía siendo insoportable.

La clase transcurrió con alguna que otra broma de parte de mis agradables compañeros de clase (Notese el sarcasmo) y a la hora de receso estaba más aliviada que nunca. Salí rápidamente de la clase para dirigirme hacia los baños. Quería arreglar mi pelo, ya que parecía que mi peluquero fue el joven manos de tijera. Cuando llegue estaba vacio, lo que fué un alivio. Entré a uno de los cubículos, ya que tenían espejo en la parte trasera de las puertas. Me vi al espejo y efectivamente tenía una bola de pelos en lugar de mi cabellera habitual y me sentí ridícula. 

-Lea, ¿estás ahí?-. Me preguntó una voz familiar. Era sofía. Tenemos clases separadas, por lo que no nos vemos mucho en la escuela.

-Aquí estoy.- Le dije para luego abrir la puerta y encontrarme con la arreglada de mi amiga, obviamente en contraste con mi persona.

-No desayunaste, ¿verdad?-. Me preguntó. Me conoce perfectamente.

-¿Tan obvio es?

-Lea, desde los trece que pasa esto, obvio que este no es uno de tus mejores días.

Juntas fuimos a la cafetería a buscar a violeta y a comprar mi desayuno. Mientras estaba en la fila para ordenar un sandwich oí que una voz familiar que llamaba mi nombre. Era Jude. Me acordé de el desafío y me acerqué a ella.

-Hola ¿cómo estás?-. Le pregunté. Se veía preocupada.

-Más o menos, a mi hermano lo internaron en el hospital porque tiene una fractura en la parte alta de la espalda.- Auch. Pobre, ella adora a su hermano.-Pero lo bueno es que le dan de alta el jueves.

-Ojala se recupere pronto.- Le dije. Ví a su hermano un par de veces y es una persona agradable.

-Gracias Lea, uhmmm ¿Qué miras?-. Me preguntó. A unos metros de ella, Sofía acompañada de Violeta, me hacía señas para estar con ella. Todo el mundo la miraba, no tiene vergüenza.

-No, nada.- Le respondí un poco incómoda.- ¿Qué te parece si me acompañas este receso?

-Está bien.- Me respondió alegre. Bien. Estamos progresando. 

Pasamos el receso juntas y ella, que no había desayunado, se tomó unos zumos de cereza. -Sus labios son lindos.- Pensé mientras comía mi sandwich. Era una chica con su belleza única, tal vez por esono se fijaban en ella los chicos. Cuando tocaron para ir a clase nos fuimos juntas, ya que nos tocaba en la misma. Creo que fue mi impresión, pero al subir las escaleras sentí que su mano rozaba la mía. 

Esa clase nos sentamos juntas y hablamos de varios temas.

-Y... ¿vas a hacer algo el viernes en la tarde?-. Le pregunté.

-No, ¿te parece si vamos al cine?

-Bien, ¿a las cinco está bien?

-Sí.- Me respondió. Era una chica tranquila. Me contó que no tenía muchos amigos y que adoraba las lagartijas. 

-Ustedes dos.- Nos señaló la profesora.- Afuera por diez minutos.- Mierda. ¿Porqué nos señala a nosotras siendo que todo el salon conversa en su clase? Señora cara de sapo.

Salimos de la sala refunfuñando y estando afuera nos sumimos en un incómodo silencio.

-Te gusta Axel, ¿verdad?-. Me preguntó de la nada. ¿Es tan obvio? ¿Cómo lo supo? 

-Ehhh no, ¿Por qué lo dices? claro que no.- No soy buena actuando. Mi cara se puso roja como el trasero de un babuino mientras balbuceaba.- ¡Bien! Me gusta ¿Ok? ¡P-pero solo un poquito!-. Judy sonrío como si lo supiera desde un principio.

-Se te nota a kilómetros. Parece como si te lo hubieras tatuado en la cara desde que naciste.

-Y ¿Qué hay de ti? ¿Te sigue gustando Violeta?-. Al nombrar su nombre se vio un poco incómoda.

-N-no, lo que pasa en que antes eramos amigas, pero ella pensaba que cuando le decía que la quería era de otro modo, cuando yo solo la veía como amiga.- Eso me dejó sin palabras. Si no era lesbiana, o bisexual o no le gustaba el género femenino no podré hacer el reto

-Entonces... ¿No eres bisexual?-. Le pregunté

-Si lo soy, pero ella no me gusta.- Suspiré aliviada. Estamos progresando.

 

 

 

 



#24692 en Otros
#3727 en Humor
#37880 en Novela romántica

En el texto hay: humor, amor, lgtb

Editado: 22.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.