Capítulo 4: Mi primer corazón roto
Ya sé lo que van a decir, que de ahí surgió “10 veces tuya” por el tema del romance entre profesor y alumna... Pero no, ni de ASOMO.
No les voy a mentir, ese profesor llamémoslo... Marin.
Marin era joven, empezó a dar clases apenas se graduó de la misma universidad pero nunca me cayó bien, era un poco más bajo que yo, no tan agraciado físicamente y le encantaba restarme puntos en las pruebas sin razón solo porque él tenía la razón absoluta, lo odiaba en el tiempo que me dio clases, sin embargo el día de mi graduación me regaló unos ponques porque el día anterior había sido mi cumpleaños junto con una cursi nota que me preguntaba si quería salir con él.
Yo de tonta acepté, sí, me dejé vender por unos ponques olvidando por completo lo malo que fue conmigo durante mi último año en la universidad.
En fin...
Fue en pandemia, y sabía que esa relación iba destinada al fracaso cuando yo le daba mi atención, tiempo, dinero, recordaba fechas importantes y estaba siempre pendiente de escucharlo, pero él estaba pendiente de su emprendimiento de pasteles.
No digo que estuviera mal, pero invertir literalmente todo tu tiempo en tu emprendimiento de pasteles y nunca tener tiempo para escucharme, escribirme o tener al menos un detalle de darme una flor... era doloroso, aún para vernos yo tenía que tomar el bus hasta un centro comercial para verlo (a pesar de que él tenía carro) solo a mirarnos las caras y hablar por horas con los oleres de la feria de comida, porque si yo no aportaba el dinero entero o la mitad, él no me ofrecía comprar algún helado ni se aparecía con algun detalle para mí cuando yo sí lo hacía muchas veces.
Alguien debió darme un golpe para quitarme la venda de los ojos ante su tacañería.
Todo acabó cuando se murió mi perrita Suky. Fue una mañana donde mi perrita amaneció muy mal, junto con mi papá la llevamos al veterinario pero padecía de algo ya que el veterinario no nos supo explicar; sus padres eran hermanos así que esos perros no suelen vivir mucho tiempo. Ibamos de camino a comprar las cosas del perro, recuerdo claramente que mi padre se bajó en el mercado dejándome dentro del carro con la perrita; la tenía envuelta en una sabana contra mi pecho, me veía; sus ojos profundos, su respiración cada vez más pesada cuando chilló y estiró la pata, siempre creí que era un dicho eso de estirar la pata, pero no, es real, cuando los perros mueren lo hacen.
Ese día algo dentro de mí no volvió a ser igual, no cuando tu mascota con la que dormías cada noche murió en tus brazos.
Me dio parálisis del sueño; la popular pesadilla, me levantaba llorando, la ansiedad se me desarrolló y... no fue hasta el otro día que Marin apareció deseándome buenos días para irse al trabajo ajeno a toda la horrible pesadilla que pasé con mi perro el día anterior.
Ese día, le terminé por mensajes y él reaccionó echándome la culpa de todo, ni siquiera una sola condolencia por mi perro solo se molestó porque le terminé por no ser el amigo que necesitaba y él se justificó diciéndome que estaba ocupado y que si no lo entendía entonces que le daba igual, que me fuera.
No amigas, mejor solas que mal acompañadas.
Moraleja: Nunca le den la oportunidad al feo, las tratará como si ustedes fueran las feas.
Desde ese día me encerré más en mis libros, y fue la primera vez que experimenté lo que se sentía tocar fondo, el corazón lo tenía aplastado por mi hermosa perrita y por mi relación donde di más de lo que recibí y nunca fue apreciado. Después de eso, me llegó una propuesta de publicar mis libros por dinero, yo acepté porque no sabía muy bien qué tenía que perder, y fue cuando empecé a trabajar como escritora online, así que renuncié a mi trabajo y me dediqué a la escritura a tiempo completo una manera de levantarme del pozo en el que me había metido.
Mi hermana para ese momento iba a casarse, así que yo como su dama de honor empecé a planificar su boda. Empecé a buscar presupuestos y entre eso estaba contratar a un fotografo profesional, así que pregunté en un estado de whatsapp quién conocía de un fotografo profesional.
Fue el momento en que me pasaron el número de Angel.
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Esto es una historia corta, estoy haciendo una clase de maratón jijiji, se siente bien raro contar estas cosas, pero espero que mis errores las ayuden en algo :p