Secretos Dolorosos

⚡CAPITULO 3

Estaba en una de las muchas salas de la mansión,  este lugar en específico estaba compuesto por habitaciones divididas por grandes estantes algunos llenos de libros y otros llenos de figuras de porcelana, podría decir que este lugar era la parte donde el señor Bennett o su esposa coleccionaban cosas, según mi papá los hijos de ellos no llegaban a esta ala de la casa pues nunca lo había visto y yo tampoco, estaba sola, un poco aburrida, pensando en ese hombre, ¿Cuál es su nombre? Debería investigar cuál de los hermanos Bennett es, estaba sentada en un mueble mirando hacia el techo el lugar a pesar de tener tantas cosas era cálido, no hacia mi frío mi calor; mi cuerpo se levanto al instante de escuchar algunos besos, y palabritas provenientes de la ante sala la cuál lo dividía un gran estante llenos de trofeos, había otra puerta de aquel lado así que, cualquier persona podría entrar sin que yo me enterará, había otro estante lleno de muñecos de porcelana así como también de mármol, de hecho el estante estaba hecho en mármol, me levante y camine a paso lento porque los ruidos precisamente se habían empezado a oír en ese lado.

—¿Hay alguien ahí? —pregunté con una voz temblorosa, sabía que estaba sola, según mi papá, entonces ¿y esos ruidos de dónde provenían? Tenía miedo.

—¿Rebecca? —uno de los hermanos Bennett apareció frente a mi luego apareció otro y me di cuanta que eran los gemelos, por primera vez los veía de cerca—. No, no puede estar tan joven, ni que fuera bruja, además... No, es imposible.

—Pero sí era una bruja —Dijo el otro. Ambos hermanos echaron una carcajada con el chiste, a mi no me pareció gracioso porque no podía decifrar de quién hablaban y porqué hablaban así de esa persona.

—No, solo era una zorra —contestó el principal gemelo, a estás alturas me daba pena de cómo hablaban de la tal Rebecca.

—Yo soy Lorena —dije un tanto nerviosa y asustada, si papá me viera con estos hombres se moriría de un infarto, uno de ellos se acercó a mi sin previo aviso y acarició mi rostro.

—Eres demasiado hermosa, como ella ¿Verdad hermano? —dijo sonriendo, el de atrás solo sonrió afirmando con la cabeza.

—No lo puedo negar.

—Me tengo que ir —Balbuceo y trato de salirme de ellos muy de prisa, pero el gemelo que estaba frente a mí me tomó del brazo.

—Esta bien nena no tengas miedo; queremos conocerte mucho mejor ahora que se puede, mi nombre es Reaven y el es mi hermano gemelo Renato, Obviamente sabíamos que no eres Rebecca —Este miró a su hermano—. simplemente fue una broma porque pensé que la conocías. En fin, te podemos ayudar en lo que necesites.

—No dudes en pedirlo, total eres de la familia —Le interrumpió el de atrás, sus voces eran idénticas, a decir verdad, todo de ambos hombre era igual. Me causaba terror de solos verlos sonreir, al final Reaven me soltó y no perdí pie ni pisado para irme, doblé sobre mis talones pero el de atrás pasó delante muy deprisa y me agarró por el brazo otra vez.

—No, ella no vio nada—dijo Raeven quitando las manos de su hermano, el agarré que me tenía el cuál era mucho más fuerte casi me lastima—. Además ella es una buena chica ¿verdad? —no sabía de que estaban hablando así que solo afirmé lentamente con la cabeza hasta que ese hombre me soltó.

—En caso, no digas nada nena la familia se debe apoyar —Dijo y solo afirmé con la cabeza otra vez. cuando por fin me dejó ir casi corri de aquél lugar con el corazón en las manos. Corrí tanto que no supe hasta donde llegué. Me choque con Berenice antes de entrar a la cocina.

—¿Qué te sucede Lorena? Esta despavorida —La mujer me estudio de pies a cabeza.

—No fue nada, digo, no es nada, adiós —Salí de su vista lo más rápido que pude, respiré profundo y entre a la cocina papá estaba acompañando a Beatriz cocinando, la señora Beatriz es una de las cocineras principales de la mansión, pero ya estaba muy anciana así que mi padre la ayudaba mucho.

—Lorena, ¿sucede algo?

—No sucede nada papá —Bebi el trago de agua y me fui a mi habitación. No sé que estaban asiendo eso dos en aquel lugar, pero una idea cruzaba por mi cabeza no lo sé, tal vez es cosa mía, pero escuché besos o sea, no; no puede ser son hermanos y aparte ambos son hombres. Sacudí mi cabeza para despistar lo que mi cerebro estaba calculado, otra cosa ¿Por qué me llaman familia?
 




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