Secretos Dolorosos

⚡CAPITULO 7

El lunes habría una reunion de la familia, eso fue lo que había escuchado desde la puerta de la cocina en la mañana siguiente, era sábado y hoy tendría practica de lectura con mi padre en la biblioteca, no quería ir por lo que había pasado la ultima vez que fuí ya que, ese lugar queda cerca de ahí y no quería que mi padre se enterara de que había hablado con los gemelos Bennett. Pero ya saben, papá insistió para que le den la hora libre y poder enseñarme algo de ortografía ya que, no iba a la escuela como todos los adolecentes, porque de eso si estaba segura, si los hermanos Bennett fueron a universidades yo por igual tenía el derecho de ir a una, la cuestión aquí era, ¿Dónde conseguir el dinero para los gastos? Entonces me tendría que conformar con los libros de la biblioteca y las enseñanzas de mi padre.

—¿Estas preparada? —preguntó mi padre al verme, me tomó de las manos y caminó conmigo todo el pasillo pasando por la sala hasta llegar a la biblioteca. Esperaba no encontrarnos con esos hombres—. Hablando de todo ¿Dónde fuiste ayer cuando te fuiste?

Tragué en seco antes de responder.
—No hablabamos de nada papá —contesté sentandome en el sofa, sacó algunos libros y los puso en la mesa frente al sofá.

—Respóndeme la pregunta Lorena.

—Fuí con la señora Beatriz.

—Pero, eso no fue lo que te pedí Lorena, no me gusta que me desobedezca. Que rompa las reglas.

—No hice nada malo.

—¡Si lo hiciste! —gritó dandole a la mesa, respiró profundo y luego se calmó—. Solo quiero protegerte.

—¡¿De quien?! —Me levante de la silla—. No veo a nadie más que a los criados y la familia Bennett, los cuales apenas me he topado.

—¡Precisamente de ellos te estoy protegiendo! Y ya, esta conversación llego a su fin —Me pasó el libro.

—¿Por qué? ¿Por qué me tienes que proteger de ellos, acaso hicieron algo malo? —La pregunta fue irónica recordando el asesinato que cometió Malkier pero, para mí padre no sabía esa información así que no la tomaré en cuenta ahora.

—Ya dije que se terminó, abre el libro.

—Papá si no me dices que esta sucediendo como quieres que siga normal, ¡no puedo! Hay demasiadas cosas que quiero saber, sobre todo, ¿por qué un 5 de agosto es tan delicado para ustedes?

—¡Ya vasta!, Lorena, hay cosas que es mejor nunca saberlas —papi se pasó la mano por la frente secando su sudor—. Vete a la habitación con el libro, ya es tarde para estudiar.

Cerré el libro y me levanté de la silla ¿tarde para estudiar? apenas habíamos entrado a la habitación. Era así; cuando se trataba de confrontarlo perdida la conciencia y la capacidad y ya no quería hacer nada. Eso se debía a qué sabía demasiado y por más que le suplicará que me contarás al parecer nunca lo hará.

—Algún día me voy a enterar de todo y espero que no sea tan grave. Sabés qué, estarás en problemas conmigo —Dicho esto salí de la habitación.


 


 




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