⚡ CAPITULO 15



Lorena estaba sentada en la silla de la biblioteca, escuchó algo moverse al otro lado de la gran biblioteca y esta vez paso sin preguntar si alguien estaba ahí entendiendo que quizás se trataba de alguna rata; estaba lejos de que se podría encontrar con unos de ellos nuevamente, en este punto que pase eso ya no era coincidencia, tal vez estos hermanos la perseguían o querían algo de ella tales cosas pasó por su mente, al otro lado de la biblioteca estaban el par de gemelos, sus ojos se habían quedado en blanco al ver lo que hacían. Dió un paso hacía atrás para retirarse del lugar.

—No se puede estar cometiendo incesto al frente de su sobrina —Melquicedec apareció detrás de la chica dándole un gran susto, y sí, aquí fue donde ella afirmó de que realmente la perseguían. Lorena se volteó para ver al alto hombre ahora frente a ella. Era el más alto de los cinco. ¿Algún metro ochenta y pico? Tal vez, a ella le parecía que era más alto. No era broma cuando pensaba que ese hombre era un gigante.

—Yo...Es-ta —Lorena tartamudeo, estar en medio de tres her lunáticos no era cosa buena y ella tenía la mala suerte de estarlo, la chica suspiró con nerviosismo, la presencia de esos hermanos le ponían los pelos de punta y no de una buena manera.

—Sé que estabas leyendo, te estaba viendo hacerlo —Comentó Melquisedec ya no era cosa de su mente el hombre habia confirmado que la perseguía, esto la hacía sentir incómoda, él se acercó a ella y se arrodilló para verle mejor—. Es que eres demasiada guapa, te pareces mucho a tu mamá, ella era el amor de mi vida; la muy perra nunca me vio de esa manera.

—De hecho si te quiso, pero diste instrucciones de matar a su mejor amiga y desde luego todo cambió, o tal vez fue el hecho de que le hayas dicho "zorra aléjate de mí" cuando te enteraste de su embarazo. Puedo recordar todo eso perfectamente —Interrumpe unos de los gemelos, Mel sonrió con sorna. Lorena trago en secó, había maldecido a Michael por haberle quitado el micrófono inalámbrico que le había puesto su padre y Kevin, gran prueba de asesinato había perdido. Maldito Bennett salvó a sus hermanos sin darse cuenta.

—¿Y como se llamaba? La amiga de mi difunta madre —Preguntó la chica, así por lo menos sacaría algo de información del asunto.

—Amira.

—No, ahora que recuerdo fuimos los dos que la matamos —Habló nuevamente Renato señalando a su gemelo—. No se te olvide darnos los créditos, sobre todo a mí, fue mi idea —Terminaba de ponerse la ropa al igual que su hermano gemelo. Raeven no estaba muy de humor por la interrupción de su "despedida romántica".

—Sí, eso—Afirmó Reaven con la cabeza—. pero cuando lo hicimos pensé que no lo merecía —Ambos hombres hablaban como que si matar a una persona fuera algo tan normal —. Tambien creo que tu mamá no mereció quedarse sola después que mi hermano le metio mano —Ambos hombres carcajearon, Lorena no sabía si reír o llorar, esos hombres eran demasiados crueles. Pero la información sería buen recibida.

—Y bien, ¿Que te pareció el libro?—preguntó Melquiceded —. Lo leí cuando tenía tu edad, lo he leído unas treinta veces a decir verdad —Lorena observo al hombre, pensó en una forma de hacer que este la condujera a la tumba de su madre.

—En serio, ¿amabas a mi mamá? —La pregunta tomó por sorpresa al hombre.

—¿Que tanto te interesa? —Mel sonrió de lado, dolido, fingiendo que para nada le interesaba el tema.

—No sé, quizás pueda recompensar el amor que mi mamá no te dió, ¿cómo pudo no hacerlo? eres más guapo que Michael —Melquicedec no supo que responder, a Lorena se le cocinaba una idea de como controlar a este hombre, no mucho sino hasta que todo se sepa, hasta que sepa donde esta el cadáver de Rebecca, pero no sabía si le podría servir o sea, este hombre es literalmente su tío y al parecer le había llamado la atención que ella le supliera el amor de su madre ¿Que tipo de familia era está? Dos hombres idénticos se gustaban y el tío consideraba a su sobrina como una mujer.