⚡ CAPITULO 22

HOLA FELIZ LECTURA ❤️
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La señora beatriz se cruzó de brazos mirando a Lorena con una mueca. La chica no supo que hacer, ¿Había metido la pata? ¿Por qué? Si solo hizo una pregunta.

—No es una afirmación solo estoy preguntando, es que tiene muchas cosas de usted no soy bruta —Lorena intentaba salirse con la suya aunque eso lo tenía en duda.

—Por supuesto cariño, no lo eres, el caso es que no debiste gritarlo —Eladio se limpio las manos y caminó hacia Lorena.

—Entonces, ¿es su hijo?—Prosiguió la criada esta que no se había ido desde que llegó, tenía que saber el chisme completo para discutirlo con las otras criadas.

—No lo es —Contestó Beatriz.

—Pero si nos dijo que sí hace un mes —Protestó Berenice, Eladio le dió una mirada de desaprobación a Bere la cual se dió cuenta de su error—. Digo que, por qué...

—¿Y para que tienes tantas ganas de saber? —Cuestionó Eladio. Andres entro por el tanto alboroto que se estaba armando y que los 30 criados que hay en la mansión se habían acumulado en frente de la cocina, dónde hay un chisme allí los encontrarás a todos.

—No, yo solamente quiero saber, todos queremos saber, no podemos negar que usted, Eladio y el señor Andrés están aquí desde hace décadas —Continúo Berenice.

—¿Que está sucediendo? —Preguntó Andrés cruzándose de brazos al igual que su mujer.

—Solo fue una pregunta, pero ya veo que fue un error —Contestó Lorena cabizbaja.

—Bueno amor eres muy curiosa no te puedes culpar por eso lo conseguiste de tu madre —dijo Eladio acariciando su rostro.

—Y por esa razón está aquí con ella ¿verdad? ¿Donde está? No esta verdad ñ, está muerta! —Eladio sintió una punzada en el pecho al escuchar la frase de Andrés—. No quiero que sigan hablando de este tema quedó claro — Salió de la cocina llevándose al grupo de limpieza al otro lado.

—Siento lo que haya dicho ese viejo tonto Eladio, a veces es muy cruel —Dijo la señora beatriz al acercarse al hombre.

—Lo entiendo, es difícil, pero espero unas disculpas de su parte eso me dolió mucho —Eladio tomó a Lorena de las manos y salió de la cocina. Se fueron hasta su habitación y se sentó en la silla de madera frente al gavetero. Lorena se acercó a él viéndolo cabizbajo, se veía la tristeza y nostalgia que sentía.

—Papá lo siento es mi culpa lo que pasó.

—¿Cómo lo supiste? —aun tenía la cabeza entre sus manos—. No estabas allí cuándo ella lo dijo.

—Lo vi y me pareció que era identificó a ella, ¿él lo sabe?, ¿él sabe que ella es su mamá?

—No.

—Pero él lo debe saber no es justo papá.

—Lorena no te metas en esos asuntos de familia menos de esa familia.

—Papi aunque no lo quieras admitir soy parte de esa familia, quisiera que fuera normal, que se acabará de una buena vez las mentiras y las falsedades.

—Lorena si esa familia no cambió en 15 años menos ahora lo hará, ¿Lo entiendes?

—Yo creo...

—¡Basta! —La interrumpió—. Si lo dices por tu padre te diré la verdad, si intentas o tratas de adentrar a ese hombre en tu vida te arrepentirás y no por mí sino por lo que te enterarás más tarde —Se levanto del asiento y salió de la habitación dejándola sola.