VI Nueva vida

"En algún lugar te encontraré y soñaré con tenerte, en algún lugar estarás. Por ti lucharé en un grito desesperado, por ti moriré sintiendo solo dulzura, y solo podré sonreír si un día consigo tu mirada..." Anónimo

La semana ha pasado demasiado rápido. Llamé a mis padres para avisarles que todo estaba en orden, que la casa era increíble y que París me estaba tratando bien. Sabía que me extrañaban porque yo también lo hacía. Nunca habíamos estado tanto tiempo separados, pero entienden mi situación y me apoyan en todo.

A la mañana siguiente de nuestro encuentro con Lucas, Mimi me mostró el proyecto secreto en el que tanto había trabajado. Quedé anonadada con lo que tenía ante mis ojos. Era un salón de baile. Si, como lo oyen. Un precioso salón lleno de espejos, piso de madera, dos sofás camas, vestuario y un equipo de sonido que estoy segura le costó un ojo de la cara.

Tomo un sorbo de mi espumeante cappuccino y examino los espejos de nuestro salón. Aún resuenan en mi mente las palabras de aquel día.

—No fue fácil contratar al diseñador mientras estábamos en México, pero por una buena suma de dinero lo tuve trabajando para mí durante meses—dice satisfecha—. Hice cientos de videollamadas y me aseguré de que todo quedara perfecto para antes de nuestra llegada.

—Ay, Mimi. No debiste—mis ojos se llenan de lágrimas y el nudo en mi garganta se acrecienta.

—No digas nada. Este lugar es para que podamos ensayar juntas las veces que lo necesitemos y deseemos. Siéntete libre de utilizarlo como te plazca, ¿está bien? Este es mi regalo para ti. Bienvenida a tu nueva vida, Abru.

Juro que esa tarde me lancé a sus brazos y lloré por un buen rato al escuchar sus palabras. Uno de mis más grandes anhelos era tener nuestro propio salón de baile. Le había prometido desde muy pequeñas que un día lo conseguiríamos. Años después, henos aquí. Es increíble; otro sueño hecho realidad.

Noemi es de esas personas únicas en el mundo, de aquellas que da sin pensarlo dos veces y hace hasta lo imposible por ofrecerte lo mejor. No sé de verdad qué haría sin ella, sin sus locuras, sus consejos y su amor incondicional. Me siento afortunada, muy bendecida de tenerla en mi vida. Pero bueno, dejando atrás mi lado emocional, al fin está todo listo para el evento de mañana. Hemos creado una coreografía que sé que les encantará a todos. Me he encargado del vestuario y Noemi del peinado y maquillaje. Créanme cuando les digo que esa cena en la torre Eiffel será nuestra. Oh, sí que lo será.