Secretos Esmeralda

VII Hombre desconocido

Apago el Kindle y termino mi café. No lo sé, esta frase me ha dejado pensando... Uff, enigmáticos poemas y complicado amor; hacen que mi mente trabaje a mil por hora. Es decir, ¿qué tal si hay alguna persona allá afuera esperando por mí y yo sigo sufriendo por alguien que ni siquiera era para mí? ¿Cómo será sentir esa conexión con la persona correcta? ¿Cómo saber quién es el amor de tu vida? A pesar de todo lo sucedido entre Mauro y yo, jamás llegué a sentir una conexión como la que relatan en los libros. Yo decía amarlo, pero ahora que lo pienso, más bien me acostumbré a estar siempre con él. No sentía esas chispas volar, esa deliciosa sensación de saber que la persona que amas está cerca tuyo. Al contrario, mató todo sentimiento en mí con su indiferencia, sus palabras carentes de amor; con su engaño.

Estoy al borde de rebanarme los sesos cuando veo a Noemi entrar a la habitación.

—Hey Abi, ya es hora de arreglarse. En una hora tenemos que estar en el parque—dice sonrojándose.

—Hmm... ¿Ansiosa querida amiga? ¿Preparada para bailar frente a Lucas? —digo burlándome y ruedo por la cama.

—Nada que ver. Lucas por ahora es sólo un amigo. Uno muy bueno y guapo.

—Ay Noemi, eres una libidinosa—bufo tirándole un cojín en la cabeza—. Pero reconozco que me cae bien y siento que es excelente para ti—digo levantando las cejas.

—Si, pero por ahora sólo estamos conociéndonos. En fin, es hora de arreglarse. Una tarde llena de baile espera por nosotras.

 5pm.

A las cinco en punto llegamos a Champ de Mars. A lo lejos veo a Lucas hablando con varios grupos de baile. Su mirada se enfoca en mí y me regala una cálida sonrisa, no obstante, cuando observa a Noemi; sus ojos sueltan chispas. Lucas Vélez parece ser un buen chico y no sé porque, pero me parece que estos dos terminarán juntos en menos de lo que canta un gallo. Cuando termina de saludar a todos, viene a nuestro encuentro. Me da un beso en la mejilla y a Mimi le susurra algo al oído. Ella sólo se ríe tímida y lo abraza. Sí, bueno; tal para cual. Ruedo los ojos y suelto una risita.

—Me da mucho gusto que estén aquí y que vengan muy bien preparadas—dice mirando nuestro vestuario—. Se ven estupendas.

—Muchas gracias, Lucas—sonrío.

Nuestro vestuario consta de un vestido estilo Kathak color vino. Tiene un bonito encaje en forma de flores y pequeñas moneditas doradas que adornan la parte de los pliegues. Debo decir que es bastante moderno, fresco y de una u otra forma combinado con nuestro maquillaje, más los brazaletes dorados; hace vernos muy llamativas. Lo único que nos diferencia la una de la otra son los peinados. Noemi decidió hacerse una trenza cocida y adornarla con pequeñas flores blancas, en cambio yo escogí llevar el cabello suelto. Solo lo adorné con algunas flores del mismo color para no salirme de la temática.

—Chicas, ¿están listas? Si gustan, ustedes serán las primeras en pasar.

— ¡Sí! ¡Estamos preparadas! —grita Noemi super contenta.

Y yo, estoy entrando en pánico. Bailar me encanta, pero esta gente es nueva; no conozco a nadie excepto a Lucas.

—Tranquila Abril—digo echándome ánimos—, tú puedes hacerlo. Déjate llevar por la música como siempre y pásala bien.

Lucas sube a la plataforma y da la bienvenida a todos.

—Bonjour a tous, me da muchísimo gusto que hayan aceptado la invitación. Como ya se les había informado, tendrán la oportunidad de concursar esta tarde por una cena para dos en el gran Jules Verne. Además, todos los fondos generados en este concurso se donarán a La Fondation pour l'Enfance, que como ya saben; protege a los pequeños y hace valer sus derechos. Dicho todo esto y una vez hecho los honores, ¡es hora de presentar a las primeras concursantes! —sonríe mirando en nuestra dirección—. Ellas son Abril y Noemi. Originarias de México, su más grande pasión es bailar y disfrutar de la música. Hoy nos harán una demostración de lo que saben hacer. ¡Démosles un gran aplauso!

Todos gritan y aplauden mientras nos levantamos del pasto para prepararnos.

—¿Estás lista, amiga? —pregunta Noemi tomando su posición.

—Sí, hagámoslo—digo abrazándola para tomar mi lugar.

Las primeras notas de Lean On de Major Lazer comienzan a sonar. Veo a algunos moverse al compás de la música, otros tararean la letra, y nosotras; movemos las manos paso a paso a la vez que hacemos movimientos Jatka. A media canción, nuestros movimientos Tandava son menos suaves y más rápidos. La combinación de pasos hindú con música de Major Lazer hace que este baile sea colorido, alegre y explosivo. A pesar de ello, hay algo que me incomoda; es como si alguien me observara demasiado o tratara de llamar mi atención. Sin perder el hilo del baile, giro mi vista hacia el costado y distingo a un hombre alto de camisa azul marino y saco en mano. Está a tan solo unos escasos metros de la tarima. Sonríe al entender que me he percatado de su presencia. Quizás es un error y estoy imaginando cosas así que doy una vuelta siguiendo el ritmo de la coreografía y vuelvo a observarlo. Esta vez me guiña el ojo y sonríe de tal manera que no me quedan dudas. Nerviosa le sonrío devuelta. Él arregla su cabello, niega con la cabeza y me dedica toda su atención.

Abril Maccalli, más vale que no te tropieces.




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