Secretos & Venganza

Capítulo 42

Kaleb Campbell 

 

Las voces no cesaban, sus ideas para entrar sin ser detectados estaban quemando mi sentido auditivo.

Xander no ha dejado de mencionar que el ruido no importaba, que debíamos romper muros instalando C-4. Una estupidez digna de un estúpido como él.

William lo refutaba alegando que todo buen jugador conocía la discreción. Su intelecto se limitaba a operar en la oscuridad y al uso de bombas cegadora. Una idea tirada por un niñato fanático de los juegos cibernéticos.

Luka se pasaba las opiniones de los expertos por las pelotas, según él todo era mierda sacada de series taquilleras. Concordaba, pero siendo sincero me daba por los cojones que antes de pensar en nuestra seguridad su mejor opinión era que debíamos evitar alertar a cualquier civil.

"Mi deber es proteger a la comunidad"

Nueve años después recordaba que su trabajo era cuidar de una sociedad que sola se envenenaba. 

Las refutaciones abundaban y frente a nosotros se encontraban trece hombres esperando a que al menos uno de sus líderes les ordenara hacer algo. Pero, ¿para qué acelerase si sus jefes parecían muy cómodos discutiendo en qué restaurante cenarían? 

Mientras ellos imaginaban esto como unas putas vacaciones en el Caribe, yo sentía que la frustración comenzaba a mezclarse con la maldita ira.

Familia de mierda la que había unido.

¡Me tenéis los cojones por el suelo! —mascullé tirando los planos sobre la mesa.

Nadie, excepto Ulises y Xander, hablaba español. Estar enojado, pensar en que todo debía salir bien para nosotros y llevar noches sin llegar al descanso absoluto hacía que inconscientemente luciera mi procedencia.

Un aplauso sarcástico se oyó provenir desde atrás. Volteé encontrándome con una silueta femenina entallada en jeans azules y chaqueta de cuero negro. A pesar de sus prendas casuales su postura inspiraba elegancia y la misma seguridad que cualquier princesa del averno mostraría.

—A estas alturas los hacía sonrientes y con planes concretos. Pero veo que todos ustedes son la clara razón del porqué nosotras los superamos en intelecto —aproximándose a la mesa expresó una risa volátil—. Quiten esas caras que aún no he muerto —sonrió.

—Deberías estar... 

William intentó expresarse, mas ella lo detuvo alzando su mano y volteando a verlo con gesto implacable.

— ¿De camino a Rusia? —negó con una mueca desinteresada— No. Puedes volver a intentarlo, pero no me haré responsable de las consecuencias.

—Estás embarazada, Ksenia. No puedes…

—Estoy embarazada, no lisiada —repuso—. Te lo he dicho y lo volveré a repetir cuantas veces sea necesario para que te entre de una puta vez: no eres mi jodido dueño y el hecho de que espere un hijo tuyo no quiere decir que podrás manejarme como si fuese tu muñeca —espetó, irascible.

Lane Junior tenía un defecto que a futuro le podría ocasionar infinidades de problemas. Tener a una mujer tan osada e impulsiva como la rusa era un grito de peligro, pero él no podía luchar contra ello. 

Su rostro reflejó enfadado, lo entendía pues con Scarlett me sucedía exactamente igual. Antes podía dominarla e incluso llegué a presumir de mi poder de hacerle bajar la cabeza, sin embargo, y con algunos años encima, ahora era ella quien me doblaba como si fuera un puto e inservible pedazo de papel.

¿Orgulloso? Sí, después de todo yo también había contribuido a forjar su maldito y ardiente carácter.

 

"Creamos nuestra destrucción" 

Le habría dicho a mi padre que tenía total razón. Yo había creado la mía, y por alguna estúpida razón anhelaba ser destruido por ella. 

—Kaleb —Xander pronunció, ejerciendo presión sobre mi hombro derecho.

Inspiré, necesitaba mostrar calma y seguir oyendo sugerencias.

—No explosivos —mencioné volteando a verlo con una mano en alto—. No bombas segadoras —miré a William, quien seguía mirando a la rusa con los brazos cruzados—, y la comunidad me vale una mierda —calmo volteé donde Luka se mantenía apoyado.

Sonrió.

—Reitero: cuando digo comunidad me refiero a todos ellos —con gesto sereno señaló a los hombres que continuaban esperando.

—Campbell, debes poner atención en clases —William, comentó jocoso.

—Ksenia —espeté, sin quitarle la mirada al hombre que la admiraba.

—Christopher, mejor cállate —demandó ella, concentrada en el cúmulo de papeles desordenados sobre la superficie de madera—. Aquí —señaló sobre uno de los planos—. Sí podemos llegar aquí, podremos entrar sin tanta revuelta. Como en una ejecución ordinaria —pronunció alzando la cabeza.

Xander fue el primero en tomar la iniciativa de acercarse y ver lo que la única mujer entre nosotros puntualizó. De su parte hubo un asentimiento dudoso.

—No. Nadie subirá —refuté, pues subir significaba problemas para descender.

—Pero… —Xander intentó hablar, mas lo detuve.

—El equipo es limitado, solo tres hombres pueden hacerlo y si lo hacen, ¿cómo bajarán ante la presencia de fuerzas policiales?

—Que suban los francotiradores —Luka sugirió, contrarrestando importancia a través de una elevación de hombros.

— ¿Y qué disparen para salvar tu patético trasero? —negué— Ni de coña, si quieres sube tú, pero ellos no.

— ¿Entonces qué? —indagó William—, porque te recuerdo que esto debe hacerse en un tiempo máximo de cuatro días.

—Lo sé —asentí—, y acabo de decidir que lo mejor será, como dijo Ksenia, tomar esto como un trabajo habitual. ¿Están de acuerdo? —inquirí, obviando en que ellos también debían aportar.

—No del todo, pero sí. Todo sea por terminar esta mierda —Luka replicó.

—Hagámoslo —secundo William y Xander asintió.

—Bien —susurré—. En veintiocho horas terminaremos con esto —dije esforzándome por creer que todo saldrá bien—. Señores —pronuncié, logrando que los hombres parados frente a los peldaños me vieran atentos—, eviten los consumos en exceso y procuren descansar. Pueden retirarse.



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En el texto hay: mafia, romance, amor y venganza

Editado: 01.03.2023

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