Capítulo 5

Brooke Anderson

Ya son las 8:00 AM y como había imaginado los fuertes gritos de auxilio me despiertan de mi profundo sueño como un hombre de negocios me arreglo y bajo los gritos estremecen toda la casa.

- Ana llévale el desayuno a la señorita – ordeno a la señora que ha estado conmigo por anos demostrando fidelidad y agradecimiento ha sido como una madre estos anos desde que me mude para acá – luego dile a Luis que te lleve a comprarle ropa y zapatos y todo lo que necesite.

- Si mi niño como tu digas – expresa con todo cariño.

Desde el despacho controlando mis negocios unos toques en la puerta me interrumpe.

- Adelante!!!

- Amigo mío, ¿Cómo estás? Puedes explicarme que significa esos gritos, ¿Por qué volvimos repentinamente? – ataca a preguntas sabiendo que no me gusta.

- Debo un favor y estoy protegiendo a esa chica de francisco – le digo esperando a calmar sus curiosidades.

- Espera estas de niñero, lo siento, pero no puedo parar de reírme, sabes que significa enfrenarse a francisco - advierte

Sus gritos ya me tienen que no los aguanto me levanto con gran velocidad hasta llegar a su habitación y abrir la puerta.

Le digo que se calle que estoy teniendo una reunión en mi despacho y no deja escuchar, a lo que ella responde con razón pero no puedo ablandarme eso no está en el trato su rostro se torna de tristeza, preocupación, una parte de mi se siente mal por ella por no poderle decir la verdad, me pide al menos una explicación la cual no le puedo dar hasta que no sea su momento, me acerco lentamente, es aún más hermosa y sexy de cerca, su perfume se siente tan natural y confortable que es inexplicable lo que me está ocurriendo.

Me alejo rápidamente para salir de la habitación cuando me toma de la mano para impedírmelo y con su mirada suplicante me dice que la deje ir a lo cual yo reacciono soltándome de su agarre y sin decir nada más me retiro dejándola sola.

Por un momento me quedo parado frente a la puerta sintiendo cada nota de su llanto y tristeza.

Aun Danilo esta en el despacho.

- Hasta que al fin regresas, ya estaba por irme – cuestiona levantándose del asiento – y bien no me contaras nada de tu princesa Rapunzel que tienes encerrada en tu castillo.

Suelta sin más acompañada de unas carcajadas divertidas.

- No digas tonterías, solo estoy devolviendo el favor que me hicieron hace unos años – le respondí dejando todo claro que es más que eso.

- Como digas, me retiro tengo varias reuniones – se despide saliendo con una sonrisa marcada y burlona.

En este instante recibo una llamada de cornelio llevándome el teléfono al oído contesto.

- Que quieres ahora, que te haga otro favor – contesto con sarcasmo.

- Solo quiero saber cómo está mi hija – pregunta preocupada.

- Tu hija está perfectamente bien, puede ser cantante, ya que tiene buenas cuerdas vocales – le respondo con ironía – no ha parado de gritar desde que se despertó esta mañana.

- Siento todos los problemas que te está causando, pero por favor debes comprenderla – dice apenado – ¿te puedo pedir algo? No le digas nada por ahora de que se trata esto, no quiero que se enfade conmigo por todo lo que le he hecho pasar.

- No estoy de acuerdo con esa decisión, pero la respetaré al menos por un tiempo – continué – no te prometo nada, será mejor que no hablemos por un tiempo, Aléjense de esa ciudad, francisco puede llegar a ser peligroso si se entera de todo esto, tu hija estará bien no te preocupes ya te llamaré yo.

Colgando cierro mis ojos por un momento y me viene un suspiro de esos profundos con mezclas de toda preocupación, enfado y no sé cuántas cosas más, pensamientos de en que lio me he metido cuando mi tío sepa se va a armar una grande y fea, él es alguien que no cree ni en el mismo.

En cuanto Alessia no estoy de acuerdo con Cornelio, pero tengo que respetar su decisión, mientras que ella no sepa porque está aquí no lo va a comprender y seguirá comportándose como una niña pequeña haciendo berrinches, es imposible negar lo hermosa que es natural y con carácter.

Me levanto y me da ganas de beber unos tragos de wiski para relajarme y fumarme un puro.

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Alessia Roberts

Por fin puede bajar bien, desde aquí estoy visualizando la puerta de entrada en la cual hay dos guardias, pero creo que tengo un perfecto plan, mientras los guardias están distraídos en su conversación tomo varias piedras en mis manos las cual empiezo a tirar para el lado contrario para llamar su atención hasta que funciono fueron a ver qué pasaba levantando sus armas, una ves que dieron la espalda corrí lo más que puede hasta llegar a la puerta en ese momento no se me ocurrió otra cosa que brincarla porque al ver ese cerrojo extraño que no tenía ni idea como podía abrirlo, una ver del otro lado se resbalo un pies y me fue imposible evitar el gemido de dolor, los cuales los guardias pudieron escuchar que rápido empezaron a gritar que me escapaba adicionando una bala al aire para alertar, sin importar dolores y rasguños corrí como si no hubiera un fin todo lo que había a mi alrededor eran arbole no tengo ni idea de donde pueda estar cada vez tengo más miedo y para más desgracias ha empezado a llover, parece que los he perdido me arrimo a uno de los árboles porque no soporto mas el dolor de tobillo y una herida en la rodilla sangrando, el agua que recorre por todo mi cuerpo es como si la hubieran sacado de la nevera estoy temblando del frio y de miedo, hasta que todo se va nublando y mareando hasta caer y no saber nada más…

Brooke Anderson

Cuando decido darme una ducha escucho disparos y voces de Pedro y Luis los guardias diciendo “se escapa la chica corran” casi semi desnudo ya me coloco la ropa nuevamente y saldo de prisa a ver que está pasando enseguida Luis.

- Patrón la chica acaba de escaparse – anuncia – ha brincado la puerta.

- Que hacen allí parado corran a buscarla – ordene enfadado y con el ceño fruncido – no puedo creer que una chica pueda más que ustedes.