Secuestrada por un mafioso Arrogante y cruel

Capítulo 6

Alessia Roberts

Los temblores y escalofrío me despiertan acompañado de un intenso dolor de cabeza, al abrir mis ojos lo primero que veo es la figura masculina por su rostro cerio ya sé que esta enfadado y me espera una grande, pero prefiero ignorarlo desviando la vista.

- El doctor está por llegar – anuncia con su voz masculina fuerte – estas refriada y pareces que tienes fiebre será mejor que te quedes allí tranquila.

- No necesito ningún doctor – le contesto enfadada – lo que necesito es que me dejes ir y lo sabes.

- De momento eso no será posible, tendrás que conformarte con estar aquí y seguir mis ordenes – repitió levantándose del asiento iba a continuar cuando unos toques en la puerta interrumpen.

Es la señora anunciando que llego el doctor.

- Hola Dr. Jaime pase con confianza- saluda amable - le presento Alessia una amiga, necesito que le hagas una revisión.

Una amiga en serio, no puedo creer como tiene el coraje de presentarme como su amiga cuando en realidad no es así.

El señor de unos 60 años más menos se acerca en este instante si no tengo más opción que obedecer y quedarme tranquila, lo primero que hace es tomarme la temperatura y efectivamente, tenia 39° de fiebre para la cual me da una pastilla.

- Al parecer ha cogido un resfriado - anuncia el Dr. Jaime - te tomaras estas pastillas para que baje y te darás un baño.

Gimo al levantarme por un dolor fuerte en el pie, procede a revisarlo este inflamado y enrojecido.

- Al parecer tienes el tobillo fracturado tendrás que hacer reposo por varios días y tomarte estos medicamentos y te pondrás fomentos, eso sería todo vendré dentro de un par de días a ver como sigues.

Me dirige su mirada es fría y escalofriante despide al doctor y en seguide vuelve.

- Viste todo lo que has provocado – cuestiona acercándose – para que lo sepas ya todas las ventanas están selladas por si vuelves armar un numerito como el de ayer será, peor para ti te lo advierto.

- Me estas amenazando, lamento decirte que no te prometo nada, que harías en mi lugar si un desconocido te secuestra y te trata como si nada como si eso fuera algo normal, ponte en mi lugar.

- Lo sabrás cuando sea el momento, por ahora tienes que conformarte con que estas a salvo aquí.

- ¿A salvo? ¿De qué hablas? – pregunte confundida – el único que me hace daño eres tú teniéndome encerrada aquí como si fuera un animal enjaulado.

- Créeme te arrepentirás de tus palabras – sin añadir nada más salió, dando un portazo fuerte.

Con uno de esos suspiros gigantes me dejo caer en la cama de que estará hablando porque dice que aquí estoy a salvo, ¿Por qué debería creerle a él?, mi familia debe estar preocupada sin saber dónde estoy, pero el me las va a pagar.

Obedeciendo al doctor en medio de todo esto me apetece relajarme en un buen baño de burbujas y es exactamente lo que hago, el aroma tan exquisito del jabón inunda toda la habitación, después de largo rato en mi burbuja de relajación.

Saliendo del baño envuelta en una toalla blanca que apenas cubría mi cuerpo, el vapor aun flotaba en el aire y me seco el cabello con una segunda toalla mientras camino hacia el vestidor, me sentía mas relajada tras esa ducha y un raro momento de paz, sin embargo esa tranquilidad se vio interrumpida cuando Brooke Anderson abrió la puerta sin previo aviso.

- Lo siento, no sabias que estabas… - dice con una voz apenada y mirando fijamente sorprendido.

Me quedo paralizada al ver lo que acaba de ocurrir, el rubor extendiéndose por mis mejillas, la toalla apenas me cubría y el tiempo pareció detenerse mientras ambos nos mirábamos fijamente

- ¿Qué haces aquí? ¡Sal ahora mismo! – Con el seño fruncido, incomoda pero tratando de mantener la compostura – ¿Qué no te enseñaron modales?

Brooke intento apartar la mirada, pero el impacto de la visión le hizo tropezar ligeramente. Sabía que había cruzado una línea, pero la situación le resultaba inquietantemente desconcertante, pero sin ocultar su ego y su figura de macho alfa.

- Lo siento, Alessia, debería haber tocado antes de entrar. No era mi intención – dijo con un tono de voz más suave y acercándose lentamente hasta quedar tan cerca de mí.

- ¿No era tu intención? ¿entonces cuál era tu intención, Brooke? ¿entrar sin permiso y verme en esta... situación? – cuestiono aún ruborizada, pero enojada – como sea ¿que quieres?

Brooke se tomó un momento para responder, luchando con sus propias emociones. Era evidente que estaba avergonzado, y la tensión en la habitación se hacía palpable, además de notar su expresión de superioridad.

- Como podría saber que estarías así por toda la habitación – dijo con voz firme – solo venía a saber cómo estabas.

- En serio y desde cuando te preocupas tanto por mi o mejor dicho por tu animalito enjaulado – le deje saber con ironía acompañado de un poco de sarcasmo.

- Aunque no lo creas me preocupo más de lo que piensas – con tono suabe y acercándose lentamente, esta tan cerca de mi puedo sentir su respiración.

De pronto nos invade un profundo silencio, Brooke inclina la cabeza ligeramente su expresión mostrando, una mezcla de curiosidad y preocupación, sus labios se acercaron con un gesto cargado de emoción y deseo reprimido. Sintiendo su aliento cálido en la piel, y antes de que pudiera pensar en reaccionar, me besa.

Fue un beso inesperado, suave al principio, pero lleno de una pasión acumulada. Sus labios se movieron con delicadeza sobre los míos, que, sorprendida al principio, pronto comencé a corresponder al beso. Nuestras lenguas encontraron en un ritmo natural, como si siempre hubiéramos estado destinados a unirnos.

- Lo siento - separándose ligeramente, con voz entrecortada – no sé, que paso.

Sin decir una palabra salió de la habitación, dejándome sola y desconcertada ni yo se que acaba de pasar estoy totalmente en shock pero sin duda fue el mejor beso me hizo sentir cosas extrañas que no me habían pasado.




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