Secuestrada por un mafioso Arrogante y cruel

Capítulo 8

Alessia Roberts

La noche en la mansión había caído en un profundo silencio. La casa estaba envuelta en una calma inquietante, rota solo por el ocasional susurro del viento. Me encuentro en mi habitación, dando vueltas en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Mis pensamientos giran en torno a mi padre y a la posibilidad de contactarlo. La desesperación por escuchar su voz y saber que está pasando, pedirle una explicación.

Brooke había dejado su teléfono móvil sobre una mesa en la sala de estar, mi mente trabaja a mil por hora, ideando un plan para tomar ese teléfono mientras él dormía y llamar a mi padre. me levanté de la cama con sigilo, asegurándome de que no hubiera ningún ruido que pudiera despertar a Brooke.

Me vestí con rapidez y me deslicé por el pasillo, mis pasos apenas perceptibles sobre la alfombra, me dirigí hacia la sala de estar donde había visto el teléfono. Mi corazón latía con fuerza, cada latido resonaba en mis oídos mientras me acercaba al objetivo. La mesa estaba cerca del sofá donde Brooke estaba dormido. Por un lado, estaba preocupada porque sabia en donde me estaba metiendo y lo que estaba a punto de hacer.

- Solo un minuto más – murmurando `para mí misma.

Extendí la mano con cautela y tomé el teléfono, intentando mantenerlo lo más silencioso posible. La pantalla del dispositivo iluminó brevemente mi rostro cuando lo desbloqueé, revelando la luz tenue de la pantalla. Estaba a punto de marcar el número de mi padre cuando un sonido inesperado me paralizó. Brooke se movió en el sofá, roncando ligeramente.

Contuve la respiración, mi corazón acelerado. Me quedé inmóvil, esperando a que Brooke se acomodara nuevamente. Sin embargo, el tiempo parecía interminable. Finalmente, cuando él se giró y se volvió a acomodar, retomé mi acción. Empecé a marcar el número de mi padre con los dedos temblorosos.

- Por favor contesta – susurrando mientras marco.

Mientras la llamada se estaba conectando, escuché el sonido de unos pasos acercándose. Mi estómago se hundió en un nudo. Él había despertado. Me dí la vuelta con rapidez, intentando regresar el teléfono a su lugar antes de que fuera demasiado tarde.

- ¿Alessia? ¿Qué estás haciendo? - con voz somnolienta pero sorprendentemente firme desde el sofá.

Me quede totalmente congelada, el teléfono aún en mis manos. No sabía si debía intentar devolverlo rápidamente o enfrentarme a Brooke. Su mirada se encontró con la mía, llena de mezcla entre sorpresa y preocupación.

- Yo... solo quería hablar con mi padre. No podía esperar más – titubié tratando de recuperar la compostura - necesito saber lo que está pasando.

Brooke se incorporó en el sofá, frotándose los ojos mientras la confusión y la preocupación se dibujaban en su rostro. Su tono se volvía más serio a medida que se acercaba a mí.

- ¿Te das cuenta de que esto no es solo un capricho, verdad? Esto es por tu seguridad. No puedes simplemente tomar el teléfono y llamar a quien quieras.

- ¡Pero no sé qué está pasando! Mi padre no me ha explicado nada, y estoy aquí sin saber por qué - con voz temblorosa pero decidida - ¿Cómo puedes esperar que me quede tranquila?

Tomó el teléfono de mis manos con un movimiento decidido, guardándolo en su bolsillo. La frustración y la angustia en mi rostro eran evidentes. Brooke sabía que estaba cruzando una línea, pero su preocupación por mi seguridad le impedía ser más flexible, al menos eso creo.

- Entiendo que esto es difícil para ti, pero llamar a tu padre sin preparación podría complicar aún más las cosas. Te prometo que te diré lo que sé, en su momento, pero tienes que confiar en mí. No quiero que te pongas en peligro.

- Me dejé caer en el sillón cerca de la ventana, mis manos temblando. La desesperación y la confusión me abrumaban, y las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

- No puedo seguir así, necesito respuestas – repetí sollozando - necesito saber por qué me hicieron esto y por qué estoy aquí.

Él se acercó, su expresión suavizándose al ver el sufrimiento genuino en mi rostro. Aunque su postura seguía siendo firme, sus ojos reflejaban una mezcla de empatía y frustración.

- Voy a hacer todo lo posible para darte respuestas – con voz más suave - ero hacer una llamada sin la debida preparación puede poner a todos en riesgo, incluido tu padre. Solo necesito que confíes en que lo estoy haciendo para protegerte.

Levanté la vista, mis ojos llenos de lágrimas y esperanza. La sinceridad en la voz de Brooke me hizo que sintiera un atisbo de alivio, aunque su preocupación no desapareció por completo.

- ¿Cuándo podré hablar con mi padre? - con una voz quebrada - ¿Cuándo me dirás la verdad?

- Aun no lo se, cuando llegue el momento, pero por ahora, necesito que descanses.

Asentí lentamente, sabiendo que no tenía mucho más que hacer en este momento. Brooke se dio la vuelta, volviendo al sofá mientras yo me recostaba en el sillón, sintiendo una mezcla de cansancio y resignación.

El me observó por un momento antes de cerrar los ojos, volviendo a un estado de semisueño. La tensión en el aire era palpable, y intenté calmarme mientras la noche se alargaba, esperando que el día siguiente trajera respuestas a mis preguntas.

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Brooke Anderson

La claridad que se asomaba me dejaba saber que había llegado un nuevo día, el cual era hora de levantarse.

Suena el teléfono y es Danilo.

- Que quieres tan temprano - así de seco es como le respondo aun soñoliento.

- Malas noticias – con voz firme y de enfado - Hugo ha decidido traicionarnos desviando casi todo el cargamento que debía llegar a la 7:00 AM.

- ¡Que! ¡Maldito! Bastardo imbécil – todo lo que se me ocurrió dando un salto de la cama – Me las va a pagar.

- No hay rastros de él, nadie sabe dónde puede estar esa rata de alcantarilla.

- No te preocupes nos vemos aquí, vente pronto, necesitamos resolver esto.




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