Secuestrado por un hombre-lobo

Capítulo 25. Mazmorra. 3.

Subí a Iskra. A la niña, a pesar de sus trece años, le gustaba dibujar y recortar trajes para muñecas de papel. Ella iba a convertirse en diseñadora de ropa y me involucró en la creación de nuevos estilos. Cuando era niño también me encantaba esta actividad, por eso ayudaba a Iskra con mucho gusto.
“Me siento tan bien contigo”, la niña se apretó contra mi hombro cuando terminamos una colección de vestidos de fiesta para una muñeca de cartón con grandes ojos marrones. – Me gustaría que te quedaras con nosotros para siempre.
- No se quedan con los huéspedes para siempre, querida.
- Pero... ¡Podrías casarte con uno de mis hermanos!.. Ya hay tres para elegir.
¿Por qué todos me cortejan?
- ¡Iskra, esto no es tan sencillo como crees! Para el matrimonio debe haber sentimientos y relaciones mutuos. ¡Necesitas creer en un hombre como en ti mismo!
-¿Sigues enojado porque Rad te secuestró?
- Bueno... Hay un poco.
- ¡Pero todavía no querías casarte con el tío Gregory!
- Sí, me habría ocupado de él hace mucho tiempo. Me divorcié, presenté una demanda y él me habría pagado una compensación considerable para que no inflara el caso. Pero... seguiría siendo humano.
- ¡Pero yo también soy un hombre lobo! ¿No soy humano al mismo tiempo? – Spark estalló, respirando con entusiasmo. - Aún no he tenido un cambio de volumen... ¿En qué me diferencio de una chica común y corriente? Y después del cambio, ¿seré diferente? ¿Malo? ¿Sí?
- No, no, ¿qué eres, querida? No empeorarás ni mejorarás con esto, seguirás siendo tú mismo. Es solo que creciste en una familia de hombres lobo, estás listo para convertirte en un hombre lobo desde que naciste, porque es natural para ti. Para mí, que todavía ni siquiera creo en los adivinos, me resulta muy difícil aceptar esos cambios en la vida. Entender...“Entiendo”, suspiró Iskra. – Necesitas tiempo para acostumbrarte.
La alegre voz de Vlad llegó desde el pasillo:
- ¿Cuánto tiempo os quedaréis ahí sentadas, chicas? – Entró con paso amplio y con su característica sonrisa en el rostro. - ¡Oh! ¡Qué vestidos más bonitos! Iskra, ¡te convertirás en un diseñador de fama mundial!
- Stella me ayudó.
- Estela, ¿verdad? Iskra, ¿puedo robarte a Stella? Realmente lo necesito también.
La chica asintió.
- ¿Nos vamos? – Vlad le tendió la mano.
Saludé a Iskra y le ofrecí la palma, sí, no me dejarían aburrirme.
-¿Adónde vamos? – pregunté cuando ya estábamos bajando las escaleras.
- Satisfaré la curiosidad de un gorrión omnipresente. Querías saber a dónde lleva el pasaje subterráneo, ¿verdad?
- Sí.
Mi corazón comenzó a latir con entusiasmo. Los acertijos y los secretos siempre me excitan.




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