Capítulo 26. Pueblo. 2.

Pronto ya estábamos entrando en un pueblo con el extraño nombre de Ershinsky. Los residentes, hombres lobo y personas, fueron amables y acogedores, nos saludaron cordialmente, nos explicaron y mostraron todo. Vi que estaban felices de ver a Vseslav, la mayoría de los habitantes lo conocían desde pequeño, bromeaban, hacían preguntas, expresaban la esperanza de que no desapareciera por mucho tiempo.
Me gustaban mucho los habitantes del pueblo, pero no podía distinguir quién era un hombre lobo y quién era un humano.
Visitamos una bodega, cavas de vinos y una carnicería, donde generosamente nos dieron vino y delicias de carne para degustar. Vi largas hileras de viñedos, una plantación de jazmines y todo un campo de rosas. Caminamos por el pintoresco lago, donde los peces “jugaban”, saltando de vez en cuando y chapoteando en el agua con un fuerte ruido. Vseslav me convenció durante mucho tiempo para ir a nadar, pero yo, aduciendo la falta de traje de baño, me negué resueltamente. Luego él mismo, habiéndose desvestido, se metió en el agua, flexionando sus músculos y luciendo su bella figura. Incluso en el cuerpo humano, era como un animal salvaje, sintiendo su fuerza y ​​atractivo. Sus movimientos eran un poco lentos, pero estaba claro que, de ser necesario, podría convertirse en un tornado viviente. Involuntariamente lo vi nadar. Y cuando empezó a llegar a tierra, satisfecho, reluciente con las gotas que brotaban de su hermoso cuerpo, apenas se obligó a darse la vuelta.
Luego Vseslav me llevó al prometido café Ruff, donde probé el paté anunciado, la sopa de pescado, las chuletas y los sándwiches con caviar ruff. Realmente todo resultó increíblemente sabroso.Dicen que cuando pruebas comida que nunca antes has comido, puedes pedir un deseo. Y definitivamente no había probado ruff antes. Durante mucho tiempo, mientras saboreaba nuevos platos y escuchaba las historias de Vseslav, pensé: ¿qué debería desear?
¿Debería volver a casa y olvidarme para siempre de las aventuras que viví aquí? Pero nunca volveré a ser el mismo, la sangre de los hombres lobo permanecerá en mí, incluso si aprendo a no dejar que el lobo quede libre.
¿Deseas quedarte aquí? ¿Con quién? Todavía no puedo decidir quién me gusta más: Radobor, Vsevolod o Vseslav. Disfruto comunicarme con todos, son muy amables y me tratan bien. Probablemente soy yo quien está haciendo algo mal. Si tan sólo supiera con quién son posibles los verdaderos sentimientos....
En general, no se me ocurrió nada inteligente. Mis "deseos" son demasiado volubles y dispersos. Que no sea entonces como yo quiero, sino como es mejor.
¿Quizás los poderes superiores sepan qué es lo mejor para mí? ¿Para todos nosotros?
Seguramente deberían saberlo...