Capítulo 29. Formación.

Es bueno que Grishka me dejara mi teléfono inteligente cuando me escapé como un lobo. Al menos descubrirá qué escribirles a sus padres para que no se preocupen. Es tan peculiar.
¿Qué hay de mí? Ahora soy aprendiz de bruja. Ya hay algunos cambios. Es cierto que estoy empezando a sentir el movimiento de la fuerza en mis manos: estoy en el grupo de jardín de infantes. Entiendo perfectamente que aún quedan años de escuela y universidad por delante. Sé que todavía no sé nada. Mis maestras, Lucía, Flora y Tamila, son mujeres jóvenes maravillosas. Sin embargo, no tengo idea de qué tan jóvenes son, la conversación sobre la edad no surgió, pero por insinuaciones entiendo que la belleza del cuerpo se debe en gran medida a las habilidades de las brujas. Creo que son de diferentes edades, aunque su relación es amistosa, son relajados y espontáneos, les gusta bromear y reír. Y en esto me parece que son completamente diferentes de las brujas clásicas. Se llaman a sí mismas hermanas y me dijeron que las llamara así.
Por cierto, no llevan un estilo de vida apartado en absoluto, como pensé al principio, sino muy activo.
Tamila enseña historia en una universidad local.
Flora es corresponsal de choque en el canal de televisión de la ciudad.
Lucía es gerente de relaciones públicas de un cantante que está ganando popularidad rápidamente (puedo adivinar por qué).
Por lo tanto, estudiamos por las tardes y por la mañana me dejan solo. Tengo a mi disposición una lujosa biblioteca, una casa (excepto el salón con un pozo, destinado a la brujería), un patio y... Y eso es todo. Sé que la casa, el jardín y parte del territorio circundante están protegidos de miradas indiscretas, al igual que la familia de Polotsk. Y entiendo que tampoco podré salir sin permiso.Sí, ni siquiera puedo salir de la cerca, porque alrededor del perímetro hay una varilla de metal a lo largo de la cual la cadena se mueve libremente. Dos cadenas. En cada uno hay un gran perro gris. Eso es lo que dicen las brujas. Pero entiendo perfectamente que se trata de hombres lobo. Puedo sentirlo. Dos machos adultos. Y sufren. Los collares encantados no les permiten convertirse en personas, y es terrible estar atrapados durante muchos años en forma animal e incluso en cautiverio. Gruñen y se desgarran, pero cualquiera de las brujas hace sólo unos pocos pases con la mano y los formidables animales gimen, doblan la cola y se acurrucan contra la valla. Y odio que las brujas me mientan, llamándolas perros corrientes. Si mienten sobre una cosa, también pueden mentir sobre otra. ¿Cómo puedo confiar en ellos a pesar de que son tan amables y amigables?
Y siento que también estoy sentado en una cadena. Parece que nadie me retiene por la fuerza y, al mismo tiempo, no puedo traspasar la valla.
- ¿Soy un prisionero? – les pregunté a mis familiares el séptimo día durante la cena.
- ¡¿Qué estás haciendo, querida?! – Flora estaba indignada. – ¡Eres nuestra querida hermana!
- ¿Pero por qué estoy encerrado entonces?
- Sólo por tu seguridad, niña. – Tamila suele decir eso de “niña”, por eso sospecho que es mucho mayor que yo.
- Pero quiero ir a casa y visitar a mis padres.
"Tú mismo entiendes que esto es peligroso hasta que aprendas al menos los conceptos básicos del control de tus poderes". ¿No quieres hacerle daño a tu familia, querida?
- No, claro... - Todo parece correcto, pero todavía me siento como un pájaro encerrado en una jaula, y los gorriones son pájaros libres.– ¿Pero por qué no puedo traspasar la valla?
“Esto también es por tu bien”, Tamila vestía hoy de azul, lo que le sentaba muy bien. – Vivimos lejos de zonas pobladas, por lo que todavía no puedes ir a la tienda ni al cine.
- Pero... yo... me siento apretado aquí. Al menos da un paseo por la naturaleza... ¿Por qué están cerradas las puertas?
- Cariño, por el bosque. No es seguro caminar solo. Los animales salvajes pueden acercarse a la valla...
“O los hombres lobo atacarán como la última vez”, dijo inesperadamente Flora, lamiendo la cuchara.