Capítulo 30. Hombres lobo.

A la mañana siguiente, mis nuevos familiares se fueron a trabajar. Para ello no era necesario saltar al pozo. El agua sólo se utilizaba para viajes largos o para ir a lugares donde nunca antes habían estado. Por ejemplo, durante el fin de semana simplemente buceamos en el gimnasio y salimos a la superficie cerca de la costa en una de las islas del Caribe. Nadamos y tomamos el sol, fuimos a un bar local y, en definitiva, lo pasamos muy bien. Y me gustó mucho la habilidad de esta bruja; no necesitas aviones ni visas para viajar a ningún lado. Es cierto que bucear en el agua volvió a ser desagradable y aterrador para mí, pero creo que uno puede acostumbrarse. Además, para poder teletransportarme así, todavía tengo que estudiar durante muchos, muchos años.
Para los “viajes” al trabajo y otros lugares que las brujas suelen visitar, hace mucho tiempo habían instalado miniportales, a través de los cuales mis familiares corrían después del desayuno, despidiéndose de mí con la mano.
Al quedarme solo, comencé a buscar el brazalete de llaves. No puede ser que no quede repuesto. Al fin y al cabo, cuando insertamos una nueva cerradura, siempre nos aseguramos de tener llaves en reserva.
Sólo me cerraron la sala con el pozo, porque se utilizaba para la brujería. Todas las demás habitaciones estaban abiertas. Me moví metódica y con mucho cuidado de una habitación a otra, mirando todos los armarios y mesitas de noche, para que las brujas no se dieran cuenta de lo que estaba haciendo.
Al final encontré lo que buscaba, ni siquiera escondido, sino en una gran caja tallada sobre la repisa de la chimenea.Allí, entre otras joyas o objetos mágicos, ¡yacían tranquilamente tres de esas pulseras! Simplemente acaricié las bolas de obsidiana, sintiendo claramente el poder que dormía en ellas, y las dejé en su lugar por ahora.
Se ha dado el primer paso. Ahora podía, si era necesario, dejar a las brujas sin preguntar, y esto satisfacía enormemente mi ego. Por ahora, sin embargo, no voy a hacer esto porque necesito aprender a controlar el poder. Pero todavía no estoy completamente seguro de la sinceridad de mis familiares, a pesar de su actitud amistosa. Aún así, me mantienen encerrado, aunque lo justifican como necesario, y mintieron (o no me dijeron) sobre los hombres lobo, lo cual es alarmante. ¿Me están contando todo ahora? Una vez que te han engañado una vez, empiezas a desconfiar y es difícil hacer algo al respecto.
El segundo obstáculo fueron los hombres lobo que custodiaban la salida. Salí al patio. Cuando me vieron, gruñeron y corrieron, castañeteando los dientes con ira. Sí, esto es comprensible, ahora para ellos soy una de las brujas odiadas que los mantienen cautivos. Pero en mi cabeza se formaron los pedazos de un caleidoscopio y tuve que comprobar la versión que había surgido.