Segadores de Almas

Capítulo I

Roma - 11 Julio1943

Bajo la intensa lluvia, jadeos fuertes, ojos asustados y un fuerte deseo de desaparecer, Rizevim Livan Lucifer no entendía que era lo que sucedía. Apenas y lograba safarse de las garras de aquel ser que no podía ser un humano, eso era imposible.

Había sentido la pérdida de uno de sus brazos de manera desgarradora, era lo más doloroso que había sentido jamás en su larga vida. Corrió tan fuerte como pudo, intentado escapar de su asesino, simplemente para encontrarse en un acantilado, cuya caída parecía ser un abismo sin fin. No tenía una ruta de escape por ese lado, tampoco por atrás.

El sonido del metal siendo arrastrado por el suelo lo tensó, sabía lo que estaba por venir. Pasos lentos, y un intenso chillido del metal, aún más fuerte fue captado por su oído. Si aquel ser no tenía misericordia, está seria su última noche, no tenía magia siquiera para un círculo de trasporte. El descendiente del Lucifer original estaba acabado.

—Felicidades humano, me tienes contra las cuerdas. Eso es algo que nadie antes, lo logró.— Intentó parecer lo más calmado ante la situación, a pesar de ser aplastado en términos de fuerza, aún debía mantener su orgullo como diablo. No podría expresar debilidad ante nadie, menos ante un humano. El diablo suspiró resignado. —Y pensar que un humano sería el que me llevara hasta este extremo. Es humillante.— Habló por lo bajo.

Su asesino se detuvo frente a él, su mirada fría y cansada fue expresada por sus ojos color cían, frunció sus labios algo molesto, deseoso de terminar con todo aquello. —Sabes cuantas veces eh escuchado esa frase. Sabes cuantas me importaron.— El sujeto de cabellos blanco se acercó aún más al diablo, su delgada katana, colgando de un fino hilo con una pequeña media luna al final fue balanceada elegantemente. Separando la cabeza del demonio, y dejando sin vida en el suelo. —No eres más que otro en larga una lista. Diablo o no, ahora eres otro cadáver del pasado.—

El sujeto peli blanco suspiró agotado. Su shihakusho negro estaba destrozado por la batalla, este era el último. Sonrió amargamente tras darle fin a su monotona vida llena de sangre y muerte, ahora sólo le tocaba vivir una vida lejos del campo de batalla, lejos de una espada, lejos del asesinato. —Todo esto.... mejorará...—

El terror de los diablos había desaparecido dejando como su última víctima a otro descendiente de los satanes originales. El mundo sobrenatural se había vuelto un caos por la noticia, la desaparición del verdugo no hizo nada para calmarlos, muchos querían su cabeza.

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Kuoh - 2 Noviembre2024

Ojeó la siguiente página de un libro, era aburrido, no trataba ningún tema interesante que llenara su vacía alma. El hombre cerró el libro ya agotado de decepcionarse y lo lanzó encima del mueble. ¿Esgrima Avanzada?, ¿Kendo para Expertos?, todo era una vil mentira, ninguno de los libros podía expresar el verdadero sentimiento de un espadachin en una batalla, sus estilos básicos solo eran para el aburrimiento.

—Ah~... que buen día es hoy.—

Gojo Satoru sonrió calidamente mientras estiraba su cuerpo a tempranas horas de la mañana. Era un buen día para ir al trabajo, el sol acalorado y el cielo totalmente despejado era una de las vistas más emocionantes para Satoru, no parecía haber nada que lo estropeara. El maullido de un gato lo sacó de sus profundos pensamientos.

—¿Eh?— Miró hacia la entrada de la sala, perezosamente un felino entraba al lugar. Pequeño de pelaje azabache, y ojos de un peligroso color rojizo hizo su aparición alrededor del pie del adulto. Rodeando su pelaje a su alrededor, mientras le maullaba pidiendo comida. Gojo sonrió. —Parece que alguien tiene hambre. Vamos pequeño Su, es hora de comer algo.— El hombre tomó al gato entre sus brazos y lo llevó hasta la cocina.

En el refrigerio había comida para gatos, en uno de los platos del animal, dejó gran cantidad de comida, mientras que el otro fue rellenado de leche. La suficiente como para que el gato sobreviviera hasta por la tarde, esperando su regreso. Gojo dejó al gato y caminó hasta su cuarto, un piso más arriba. Cambió su vestimenta informal, a una más adecuada para su trabajo, y tomó su maleta. Despidiéndose de su mascota, el hombre cruzó la puerta principal, marchándose completamente de ma casa.

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Kuoh Highschool / Kuoh - 2 Noviembre2024

Gojo llegó al salón principal de los profesores, tiró la maleta sobre su escritorio y se dejó caer en su asiento. Sacó su teléfono y reviso sus notas, tocaba impartirle clases de historia a 1-B. Hace un año que esta escuela dejó de ser solamente para mujeres, por lo que primer año es el único grupo que tenía hombres entre sus estudiantes, aunque no fueran muchos tampoco. Quitó las notas y entró a su bandeja de mensaje, habían algunos mensajes que necesitaba leer, sin embargo no tenía tiempo para eso. Tampoco es que lo hubiesen dejado.

La puerta del salón la abrió una hermosa mujer de cabellos oscuros. Ella aparentaba estar cerca de sus treinta y tantos años, junto a Gojo ella impartía clases a los de primer año, solo que ella daba matemáticas. La mujer sonrió mientras se acercaba a él, y suavemente tocó su hombro para sacarlo de su interés al teléfono. Gojo levantó la mirada rápidamente.

—Llegarás tarde a tu clase Señor Gojo.— Ella le habló amablemente. A diferencia de Satoru quien siempre se mostraba despreocupado o desorganizado, Kusanagi Himiko siempre era todo lo contrario, responsable, interesada y muy organizada cuando se trataba de dar clases. Habitualmente era quien mantenía a Satoru dentro del horario estudiantil.

El sonrió nerviosamente. Ajustó sus oscuros lentes y se acarició su cabellos por un momento. —El teléfono me hechizó. Creo que debo apagarlo.— La mujer lo miró con una ceja arqueada. Gojo guardó su móvil en su bolsillo, y se fue rápidamente del salón. —Nos vemos más tarde Señorita Hi. Gracias por lo de antes.— Sonriente se marchó, dejando despreocupadamente atrás su maleta.



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En el texto hay: magia, romance , acción

Editado: 21.03.2024

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