Segunda oportunidad

Segunda oportunidad

No recuerdo cómo pasó, no recuerdo el porque, ni siquiera recuerdo la fecha exacta, pero lo que sí recuerdo es lo que sucedió después.

Recuerdo que era un día cualquiera y una noche cualquiera, salvo que no era un día cualquiera ni una noche cualquiera.

Me encontraba en mi habitación escuchando música, los gritos de mis padres se escuchaban de fondo, siempre era lo mismo. Discutían por cualquier cosa: que alguien dejo una media tirada, que alguien no levantó su plato, por que la impresora se quedó sin tinta, por cosas así de estúpidas, no espero al día en que se divorcien, no me malinterpren los amo los dos, pero está claro que ello no se aman, preferiría que se separaran y estén tranquilos a que discutan como siempre lo hacen.

La escuela también era un problema, había desaprobado fotografía con un 6, si ya se, no es una nota tan baja, pero las notas era mi vida, adoraba sacar notas altas, eso alegraba a mis padres, eso hacía que dejaron de discutir por al menos un momento.

Mi gata saltó sobre mis piernas, la acaricie y ella comenzó a ronronear, la adoraba, ella era mi lugar seguro en momentos como, los gritos cesaron, al fin pude cerrar los ojos y descansar.

Al día siguiente volvía de la escuela, entré a la casa, estaba repleta de silencio, era raro, creí que tal vez mis padres no estarían en casa, pero me equivoqué. Ellos estaban en el sofá ¿Lo raro de esto? Estaban hablando en voz baja, carraspeé la garganta, ellos me miraron con una expresión entre tristeza y preocupación, me ilusioné con la idea de que tal vez con la idea de que tal vez me darían esa noticia que tanto esperé, que me hablarían con tranquilidad, que dirían que era lo mejor para todos, que dirían que al fin se divorciarían, pero no fue así, ellos no firmaron el divorcio, no me dieron esa noticia, en su lugar lo que me dijeron fue otra cosa, algo que me rompió en mil pedazos, recuerdo haber creído que era una broma, busque alguna mínima expresión de gracia en su cara, no la encontré, me aferré a la mínima esperanza que aún me quedaba, no lo podía creer, no quería creerlo, no podía aceptar que lo único que me mantenía en pie en este mundo se había ido y no regresaría, no podia dejar que mi gata se fuera así, tan de repente sin decir adiós, no quería dejarla ir, no podía.

Pase días llorando, no fui la escuela un tiempo, de todas maneras las vacaciones estaban por comenzar, no teníamos mucho que hacer que digamos. Le pedí las actividades a mi amigo, él estaba preocupado por mi ausencia, yo no le había dicho lo que sucedió, él no sabe nada de mí, no de mi vida fuera de la escuela, no conoce la situación en la que se encuentra mi familia, no es que me queje, yo fui quien decidió eso desde un principio, no quiero que sienta pena por mí, no quiero ser una carga para él, ni para nadie, no busco que alguien resuelva mis problemas, puedo hacerlo por mi cuenta.

Sucedían muchas cosas en mi vida últimamente, no se lo contaba a nadie, ni siquiera a mi amigo, en su lugar me lo guardaba todo solo para mí, solía desahogarme en las noches, le rogaba a Dios todas las noches porque mi tortura terminara, siempre buscaba de su ayuda en momentos como este, nunca la recibía, o yo no lo sentía así, yo siempre creí en él, tal vez era mi necesidad de aferrarme algo o alguien, siempre mantenía la esperanza en él, tenía la fe de que algún día vería mi esfuerzo, que un día su amor me rodearía, resolvería todos mis problemas y podría descansar al fin, no perdía la esperanza en eso, pues cuando el mundo estaba por destruirse es lo que te salva, lo que te mantiene cuerdo, la esperanza.

También me sostenía mi fe en él, podrá no haber mandado señales alguna de un amago de ayudarme, las cosas se ponían feas, pero procuraban no andar sobre caminos malos, caminaba tratando de que mi fe me guiará, así un día tal vez sería recompensado. A pesar de todo lo que sucedía creía en su amor, algún día pondría sus ojos en mí, quizás él estaría ocupado en alguien con más potencial, pero en algún momento vería mi empeño, mi situación y su amor me recompensaría, me salvaría.

Era una noche silenciosa ese día, el día del suceso, no recuerdo bien cómo pasó, no recuerdo qué pasó por mi cabeza ese momento. Mis padres dormían, era tarde, estaba recostado en mi cama, el silencio llegaba cada rincón de mi casa ¿Cuál era el problema? Cuando todo estaba en silencio me ponía a pensar, cuando todo estaba callado, mis padres no discutían y no estaba estresado por tareas o exámenes pensaba, pensaba en cada suceso reciente de mi vida.

Realmente no me tomaba un tiempo hace ya bastante, ni siquiera cuando falleció mi gata, la cual no he superado aún. Me sentía realmente mal, habían sucedido tantas cosas que no podía procesarlas por completo, en momentos como este desearía tener un hermano, alguien que pase por lo mismo que yo, con quién pudiera hablar de mis penas, alguien con quién poder equilibrar la carga, y que él hiciera lo mismo, pero estaba Claro que mis padres no tendrían otro hijo, ni siquiera dormían juntos ya, mi padre dormía en la habitación de invitados, no entendía por qué seguían juntos.

Me puse a pensar, reflexionar sobre mi vida, siempre evitaba hacerlo,sé que estaba mal, pero eso solo tenía problemas y más problemas, siempre que me sentía mal escuchaba una canción específica, una que con su letra me devolvía la esperanza, una canción que aseguraba que todo estaría bien, que no importaba cuál era el problema no era más grande que Dios, que la fe podía salvarme, que su amor lo resolvería todo, esa noche no la escuché.

En cuestión de minutos exploté, tenía tantos pensamientos que no sabía cuál escuchar, pero solo uno se repetía constantemente en mi cabeza: "termina con todo este sufrimiento", sabía exactamente a lo que se refería, hace ya unas semanas tenía pensamientos intrusivos, pensamiento que no me daban las mejores ideas, ni tampoco ayudaban con mi estado de ánimo. Siempre era lo mismo: "Hazlo, a nadie le importará", "Termina con todo esto de una vez por todas", "Hazlo, todos estarían más aliviados si lo haces", solía ignorar esos pensamientos, pero esa noche estallé, me levanté y me puse zapatillas rápidamente, salí sin hacer ruido, no quería despertar a mis padres, no quería que se enteraran de nada de esto, no iba a ser una carga, llegue al garaje, busqué por todos lados hasta que encontré lo que quería, lo tomé rápidamente y subí a mi habitación de prisa procurando no realizar ni un mínimo ruido.




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