Seis club,un corazón

Primera Cita, Primer Caos (Y Un Poco de Magia)

Domingo por la tarde.
El sol brillaba sin exagerar, el viento soplaba con calma y Akira se estaba muriendo de nervios frente al espejo.

—No te pongas gel. Te ves como un cactus —dijo su hermano Yuu desde la puerta.

—¡No estoy nervioso!

—Claro. Por eso llevas diez minutos hablando con el desodorante.

Akira suspiró. Hoy era el gran día: su primera cita con Hinata.
Habían acordado encontrarse en el centro comercial después del almuerzo. Irían al parque, a ver unas tiendas, y quizás al cine…

Si sobrevivía a la caminata.

Hinata llegó puntual, con una falda azul, una blusa ligera y el cabello suelto. Akira sintió que su corazón dejaba de latir un segundo.

—¿Estoy bien? —preguntó ella, notando su cara.

—Estás... increíble.
—Y tú… estás más peinado que de costumbre.

—Me tomó cinco intentos y la bendición de Tanaka.

—¿El saco de boxeo?

—Es parte de mi religión ya.

Fueron primero a una tienda de helados.

—Quiero uno de matcha con chispas —dijo Hinata.

—Y yo uno de… ¿qué es esto? ¿Helado de wasabi?

—¡Pídelo! No seas gallina —bromeó ella.

Akira lo pidió. Probó un poco. Se le salieron las lágrimas.

—¿Estás llorando?

—De amor… y de sufrimiento —dijo entre toses.

Hinata se rió tanto que casi se le cayó el cono.

En el parque, se sentaron en una banca.

—Entonces… ¿así se siente tener novia? —preguntó Akira.

—¿Así cómo?

—Como si cada minuto fuera algo que quiero guardar en una caja de recuerdos.

Hinata se sonrojó.

—¿Sabes que dices cosas muy lindas sin querer?

—¿Sin querer? ¡Me estoy esforzando!

—Pues sigue así. Vas ganando puntos.

Ella apoyó la cabeza en su hombro. Akira se quedó congelado unos segundos.

—No te muevas. Esto es cómodo —susurró.

—Prometo no respirar muy fuerte.

—Akira…

—¿Sí?

—Gracias por no rendirte con todo. Por estar en cada club. Por seguir viniendo.
Por… fijarte en mí.

Él sonrió, nervioso, pero feliz.

—Lo volvería a hacer mil veces. Aunque tenga que cantar, bailar y pelear con sacos habladores.

Antes de despedirse, se tomaron una foto juntos en una cabina del centro.
La primera salió borrosa. La segunda, con ambos riendo.
La tercera… con un beso en la mejilla.

—Voy a enmarcar esta —dijo Akira.

—¿La del beso?

—No. La de la risa. Porque ahí fue cuando supe que esto… es real.

Esa noche, escribió en su cuaderno:

Capítulo 11: primera cita.
Corazones: sincronizados.
Helado de wasabi: prohibido para siempre.

Y por primera vez… se durmió con una sonrisa de verdad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.