### Capítulo 4: Revelaciones
Los jardines del castillo estaban bañados por la luz de la luna, creando un escenario perfecto para el encuentro de Alaric y Elinor. La tensión en el aire era palpable, cada palabra parecía cargar con un peso extra de significado.
**Elinor**: (mirando directamente a Alaric) —Es cierto que hemos cruzado caminos en muchas ocasiones, pero no veo qué beneficio puede traer esta conversación.
**Alaric**: (dando un paso más cerca, su voz baja y firme) —Elinor, no podemos seguir ignorando lo que sentimos. Aunque no nos queramos, hay algo entre nosotros que no podemos negar.
**Elinor**: (cruzando los brazos, sus ojos llenos de desafío) —¿Y qué propone, Sir Alaric? ¿Que dejemos de lado años de orgullo y prejuicio solo porque hay una chispa de atracción?
**Alaric**: (su expresión se endurece) —No estoy pidiendo que renunciemos a quienes somos. Pero creo que podemos encontrar una forma de coexistir sin esta hostilidad constante. Quizás incluso aprender a trabajar juntos.
Elinor lo miró fijamente, sopesando sus palabras. Recordaba todas las veces que habían chocado, todas las miradas frías y las palabras cortantes. Pero también recordaba cómo la había salvado del frío mortal, y cómo su presencia, por muy estricta que fuera, la había hecho sentir segura.
**Elinor**: (con un suspiro, su tono más suave) —No es fácil para mí confiar, Alaric. He vivido toda mi vida siendo fuerte y orgullosa porque es lo que me ha mantenido a salvo.
**Alaric**: (acercándose lentamente, su voz teñida de comprensión) —Entiendo eso, Elinor. Pero quizás, solo quizás, podemos encontrar una forma de bajar nuestras defensas, al menos un poco. No estoy pidiendo una alianza inmediata, solo una tregua.
Elinor lo miró por un largo momento, sus ojos escrutando los de él. Finalmente, asintió ligeramente.
**Elinor**: —Una tregua, entonces. Pero no espere que sea fácil para mí.
**Alaric**: (sonriendo ligeramente) —No esperaría menos de usted.
La conversación fue interrumpida por el sonido de pasos acercándose. Una figura apareció entre las sombras, su rostro iluminado por la luz de la luna.
**Sir Cedric**: (con una sonrisa amigable) —Espero no estar interrumpiendo algo importante. Solo quería felicitarte, Alaric, por tu victoria. Fue un enfrentamiento digno de recordar.
**Alaric**: (inclinándose respetuosamente) —Gracias, Cedric. Tu destreza en combate siempre es un desafío.
**Elinor**: (con una sonrisa cortés) —Sir Cedric, es un placer verle. Su combate fue impresionante.
Cedric asintió, su mirada pasando de Alaric a Elinor con curiosidad.
**Sir Cedric**: —Gracias, milady. Espero que disfrute de la celebración. (dirigiéndose a Alaric) Podemos hablar más tarde, entonces. (se aleja, dejándolos nuevamente solos)
Elinor y Alaric se quedaron en silencio por un momento, la tensión entre ellos un poco aliviada pero aún presente.
**Elinor**: —Supongo que deberíamos volver a la fiesta. No quiero levantar sospechas.
**Alaric**: (asintiendo) —Sí, será lo mejor. Pero esta tregua, Elinor, no la olvidemos.
Ella asintió, y juntos regresaron al castillo, cada uno con pensamientos entrelazados sobre el futuro incierto que los esperaba.
### Fin del Capítulo 4