Semi-humano

La casa de los sustos

Después de cenar subí a mi habitación y tome mi celular para hablar con Chris, me sorprendí al ver que ya tenía algunos mensajes de él que básicamente decían que Emilie había aceptado ir, que la acompañaría samantha pero que Penélope no podría ir con nosotros ya que estaba castigada en casa, una pena porque así Chris no iba a poder llegar a nada con ella, aunque yo me sentí aliviado porque de ese modo yo no tendría que hablar mucho, también decía que el planeaba que fuéramos todos a la casa embrujada a las 3:00 am pero que había sido difícil conseguir que fuéramos a esa hora así que solo lo dejo para las 12:00 am. Todo estaba marchando muy bien hasta que leí la parte en la que preguntaba si había conseguido el permiso para ir.  
Hasta ese momento no pensé jamás en el permiso era obvio que mi mama no me dejaría salir tarde y mucho menos a las 12:00 am, pero no estaba con mi mama estaba con mi tía, tal vez ella me diera permiso si jugaba mis cartas de manera inteligente. Tome el celular y le escribí a Chris que no se preocupara. Y que estaría ahí a la hora acordada. 
-Recuerda llevar una lampara, así tendrás una excusa para acercarte a Emilie, que no se te olvide, no pienso prestarte la mía -me dijo y luego se despidió  
Dejé el celular cargando en la mesa de noche y me quede dormido, para mi sorpresa descubrí a la mañana siguiente que no había tenido ningún sueño pensé que sería señal de buena suerte así que intente dejar de pensar en esos sueños, al menos hasta que se hicieran más claros. Baje las escaleras a toda velocidad en busca de mi tía. Ella estaba en la cocina preparando el desayuno, entre en la cocina decidido a contarle lo de la casa embrujada y no aceptaría un no como respuesta, al verme me hizo una seña con la mano para que me acercara y yo fui hasta conde ella se encontraba.  
- tu madre me ha contado lo bien que cocinas ¿me podrías ayudar un poco con el desayuno? La verdad yo no soy muy buena cocinera.  
-  tengo algo importante que pedirte… 
- lo que sea que sea, aceptare solo si me ayudas, ¿trato hecho? -dijo ella interrumpiéndome 
- está bien, ¿qué es lo que quieres cocinar? -le respondí emocionado, todo había resultado mejor de lo que podía imaginar  
- nada muy complicado solo un omelelette con queso 
Me puse manos a la obra, en pese a picar cebollas y tomates, mientras cocinaba mi mente divagaba entre fantasías y anhelos, no paraba de pensar en esa casa y en las historias que de ella se cuentan. se rumoreaba que esa casa había sido un antiguo hospital donde muchas personas murieron y según las mismas personas todas sus almas seguían vagando por el lugar, las personas que Vivian cerca de aquella casa aseguraban que en ocasiones por el lugar retumban gritos y alaridos los cuales parecían como si vinieran de todas partes, algunas personas dicen que al entrar se siente como si abrieras la puerta de un refrigerador y que se puede sentir como si las paredes tuvieran ojos que te siguen constantemente. A mí todas estas historias para asustar a los niños me tenían sin cuidado, iríamos a la casa embrujada y si tenía suerte iba a poder tomar a Emily de la mano definitivamente no podía pedir nada mejor. 
Antes de darme cuenta ya casi había terminado con mi labor culinaria, le di a mi tía las indicaciones de lo que tenía que hacer para terminar de hacer los omelettes, luego de eso Sali de la cocina y me dirigí hacia el jardín para tomar un poco el aire fresco una vez afuera me tumbé sobre el suelo y me puse a pensar en mi tía y mi familia 
Mi madre Emma Evans era la adoración de mi vida, a pesar de ser una madre sobreprotectora y obsesionada con el orden era la persona que más me quería y a la que más le importaba y yo sentía el mismo afecto hacia ella que el de ella hacia mí, mi padre Barry Evans era un gran hombre el cual me quería mucho, pero siempre estaba trabajando para asegurarse de que no nos faltara nada por eso casi siempre estaba ausente y era el tipo de hombre el cual nunca puede decir que no al momento de dar ayuda a las demás personas, ese era su peor defecto, debido a que mucha gente se aprovechaba de él (aunque según mi mama, se enamoró de el por su gran corazón) , él y mi mama se conocieron en la universidad y se enamoraron casi de inmediato, un dato curioso es que al casarse mi padre fue el que cambio su apellido de soltero y no al revés (ni siquiera sé cuál era su apellido de soltero). Sobre mi tía Evelyn Evans y mi abuela aurora Evans no hay mucho que agregar, excepto que mi mama y ella han sido muy unidas desde pequeñas y que mi tía tenía un esposo, pero este se fue lejos por motivos de trabajo y decidido que lo mejor era divorciarse, debido a que mi tía no podía viajar con él. Mi padre no tenía ninguna familia aparte de mi mama y yo debido a que sus padres habían muerto ya hace mucho tiempo y nunca tuvo hermanos y al parecer tampoco tíos o primos.  
Después de dejar de pensar en mi familia pensé en mí mismo y en las historias que mis padres contaban acerca de mi niñez, cuando mis padres me tuvieron decían (como dicen todos los padres) que yo iluminé sus vidas. cuando yo era solo un bebe mis padres tenían que trabajar fuera de casa casi todo el tiempo, entonces me dejaban con una vecina para que me cuidara, la cual les contaba historias muy raras a  mis padres acerca de mí, ella decía que los gatos de su casa se asustaban cuando me tenían cerca, se erizaban y salían corriendo de la habitación, además difundió el rumor entre las demás vecinas de que yo podía detectar la infidelidad de sus maridos, según ella si cuando un hombre me cargaba yo empezaba a llorar significaba que esa persona era infiel, el mito al parecer estaba comprobado porque no paso mucho tiempo después de que todas las vecinas empezaran a pelearse para cuidarme, el rumor llego a tal grado que mi padre tenía miedo de cargarme pero no por que fuera infiel, sino porque sabía que si yo lloraba por cualquier razón mi madre posiblemente pensaría eso. mis padres decían que Cuando tenía cuatro años (época que no recuerdo bien) hablaba con muchos amigos imaginarios todo el tiempo, además también me contaban que a esa misma edad yo lloraba desconsoladamente cada que pasábamos por el cementerio que estaba enfrente de la estación de tren más cercana a casa y que cuando ellos me preguntaban que me había pasado después de que me calmara yo les respondía como si no recordara nada. Siempre fui alguien raro pero mis padres no le daban tanta importancia, cada que algo me molestaba de pequeño como lo del cementerio ellos solo decidían que mudarse seria lo mejor, en parte supongo que esa era la razón de que yo nunca haya tenido muchos amigos. 
Después de pasar un rato recostado en al césped, decidí subir a mi cuarto para organizar lo necesario para estar listo esa noche metí en mi mochila un abrigo, un par de guantes (sobra decir que el clima era totalmente gélido en las noches), 2 linternas debido a que estaba casi seguro de que Chris olvidaría  la suya, lleve también una navaja multi propósito y un pequeño botiquín debido a que aunque no lo admita soy casi tan “precavido” como mi madre, además  mi tía era enfermera y me había contado tantas historias de sala de emergencias que desarrollé cierta paranoia en cuanto a esas cosas, puse otra cosas sin importancia en la mochila y luego baje al comedor. mi tía había anunciado que el desayuno estaba listo hace poco y yo estaba impaciente por pedirle el permiso para ir a la casa embrujada. 
Comí a toda prisa, el desayuno estaba increíblemente bueno (aunque no lo debería decir yo), mientras comíamos en la mesa mi abuela y mi tía hablaban de temas de actualidad mientras yo me apuraba a comer siendo totalmente ajeno a su conversación hasta que mi tía fijo su atención en mi y empezó a hacerme las preguntas de rutina. 
-¿cómo vas en la escuela?  
-… bien -le dije agachando la cabeza con vergüenza. 
-ahh esa cara lo dice todo, cuéntame la verdad -dijo un poco preocupada. 
-no es nada grave solo que estoy tomando algunas… clases extra por así decirlo, la profesora de matemáticas me dijo que tenía que estudiar un poco después de clases con una compañera, así que ahora tengo un poco más de trabajo, pero no esta tan mal. 
-está bien. Y por qué no me cuentas un poco de tu compañera, ¿Cómo se llama? ¿es guapa? -me pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.  
- se llama Emily Williams y si, supongo que si es guapa, también es inteligente y una persona muy dulce – le respondí sonrojándome. 
-¿y te gusta? -pregunto mientras mi abuela y ella intentaban ocultar su emoción. 
-para que quieres saber eso, no es como si pudiera llegar a nada con ella -dije agachando la mirada de nuevo. 
-patrañas, eres un muy buen chico -dijo mi abuela entre orgullosa e indignada. 
-hazle caso a tu abuela samuel, ella tiene razón eres un encanto. Te pareces mucho a Andrew (ese era el nombre de su ex esposo), que no daría yo por tener la misma suerte que tiene esa Emily. 
-está bien, tía, necesito preguntarte algo, me darías permiso para ir a una casa embrujada hoy con Chris, Emily y otra compañera, veras es que… 
-por supuesto que si querido, después de todo ese era el trato, solo no llegues muy tarde ok -dijo sin dejarme terminar. 
-no tía, creo que no estas comprendiendo, no me dejaste terminar te pensaba decir que se supone que tenemos que ir a las 12:00 am, entonces no podré llegar temprano. 
-¡de ninguna forma!, tu madre me mataría si se diera cuenta que te deje salir a quien sabe dónde con tus amigos a media noche, lo siento pero no podrás ir -me dijo de manera fulminante. 
- pero dijiste que si te ayudaba en la cocina me darías permiso a lo que sea. me lo prometiste, además sabes que he estado bajo mucha presión todo este tiempo por lo del tren, esta es una manera para vaciar mi mente de preocupaciones, ¿podrías reconsiderarlo? mi mama no tiene por qué saberlo yo no se lo diré, por favor déjame ir –dije intentando mantener la compostura, aunque estaba a punto de estallar de ira y tristeza. 
-lo siento, sabes que no puedo dejarte ir, no hablaremos más del asunto -me dijo con una voz que vacilaba, como si de verdad me quisiera dejar ir.  
Guarde silencio durante el resto del desayuno, no dije nada incluso cuando mi abuela trato de dar un sermón sobre las malas compañías o que la calle es peligrosa de noche, ni siquiera preste atención a lo que sea que había dicho. después de terminar con el desayuno dejé mi plato en la cocina y me dirigí hacia mi cuarto, me encerré dentro y no Sali en todo el día, ni siquiera cuando me llamaron para almorzar no estaba de humor para comer, mi apetito había desaparecido totalmente. En la oscuridad de mi cuarto relució la pantalla de mi móvil, lo tome y mire el mensaje de Chris. 
-Si podrás ir a la casa embrujada ¿cierto? 
-ahí estaré -escribí con una sonrisa maliciosa. 
Cuando fueron las 10:00 yo seguía sin salir de mi cuarto, con la excepción de que ya estaba totalmente vestido y listo para ir a aquella cabaña, estaba recostado en mi cama perdiendo el tiempo en mi celular hasta que escuche el sonido de la puerta y me apresure a taparme con la sabana tan rápido como pude, la puerta se abrió totalmente dejando escapar un destello de luz que ilumino todo el cuarto el cual se encontraba en una oscuridad casi absoluta. Era mi tía la cual entro en mi cuarto y se sentó al borde de mi cama, yo aparte la mirada desviando la cabeza en la dirección opuesta y cerrando los ojos para que ella supiera que no era bienvenida. 
-estoy muy preocupada por ti, no has probado bocado después de lo del desayuno, además has estado pasando por mucha presión últimamente y te mereces un respiro, te mereces poder sentirte como una persona normal, por eso decidí que si es tan importante para ti romperé las reglas, pero solo esta vez.  
abrí los ojos y le dije emocionado -muchas gracias, prometo que mama no se enterara, eres la mejor. 
-no será gratis, tendrás que comer antes de ir y además tendrás que ayudarme con las labores domésticas cada vez que me visites. 
-me suena como un trato justo, gracias otra vez. 
-no hay nada que agradecer, de todas formas, si yo no rompía las reglas por ti ya lo harías tu por ti mismo – dijo mientras me arrebataba la sabana de encima dejándome expuesto.  
-cómo lo supiste -le pregunte totalmente asombrado. 
-tu madre y yo también fuimos jóvenes, ¿Por qué no le preguntas a tu abuela cuantas veces nos escapamos de casa? Te reirías mucho si te lo contara, que tal si te traigo algo para comer, debes estar muerto de hambre -dijo con una sonrisa cálida dibujada en su rostro mientras me acariciaba el cabello.  
Después se marchó y yo quedé en mi cuarto con la conciencia un poco mas liviana, lo extraño era que a pesar de no haber comido en todo el día no tenía apetito en absoluto, solamente estaba muy emocionado por poder ir a la casa embrujada con Emily… y también con el tonto de Chris, cuando mi tía trajo la cena yo le agradecí, encendí la luz del cuarto y comí en el escritorio. Después de comer un poco de las alas de pollo rellenas que había preparado mi abuela deje el resto y me puse a juguetear con un par de monedas, después de aburrirme tome mi celular y jugué con el hasta que fueron las 11:30, momento en el que tome un abrigo, me metí el celular al bolsillo, agarre un gorro de invierno, mi mochila y Sali del cuarto intentando hacer el menor ruido posible, tome las sobras que había dejado ( lo cual equivalía a casi toda la comida), deje el plato en el refrigerador y Sali.  
Me apresure a la estación de trenes para poder tomar la ruta que me llevaría a la escuela y de ahí caminar unas cuantas cuadras hasta poder llegar a la casa embrujada. No tuve problemas tomando el tren el cual estaba casi totalmente vacío a esa hora. llegue a la estación que quedaba cerca del colegio y me baje del tren viendo hacia todas partes intentando ver algún rostro conocido, pero fue en vano, después Sali de la estación y camine un poco, antes de darme cuenta sentí una mirada sobre mí, no le di importancia y seguí caminando, un poco más adelante note que un una persona encapuchada, vestida con un saco negro me estaba siguiendo en medio de la desolada callejuela por la que iba, el frio de la noche se mesclaba con e frio de su mirada y ambos hacían que mi cuerpo temblara de miedo, el encapuchado empezó a acercarse, sin voltearme trate de apresurar el paso pero el hizo lo mismo en poco tiempo me encontré corriendo desesperado con el hombre de la capucha justo detrás de mí hasta que el cansancio me hizo detenerme, fue cuando recordé la navaja de mi mochila, metí la mano y busque desesperadamente en la mochila pero ya era muy tarde el hombre se abalanzó sobre mí y me puso el brazo al hombro.  
-pensé que no vendrías, la próxima vez que me hagas perseguirte por la calle te golpeare -dijo Chris tratando de conservar el aliento.  
-casi me matas del susto, por que no me dijiste algo -le dije enfurecido. 
-porque no me dijiste algo tu a mi -respondió con calma.  
-por que no me voltee a ver quién era el hombre sospechoso que me perseguía por la noche como un loco -le dije.  
-como iba a estar seguro de que eras tu si no volteabas, no le iba a gritar a un desconocido en medio de la noche “samuel, eh samuel, ¿eres tú?” –dijo intentando calmarme. 
-creo que tienes razón, ya vámonos antes de que venga un asesino serial de verdad. 
Nos dirigimos hacia la casa donde nos estaban esperando Emily y samantha, ambas se veían increíbles, Emily llevaba puesta una falda, unas medias largas de invierno, una blusa de manga larga de color purpura, un abrigo sin mangas vino tinto, una bufanda de un color celeste muy claro, unos guantes de invierno, y unos tenis blancos. Samantha por otra parte vestía unos jeans, una blusa rosa, y unos tenis del mismo color. faltaban 5 minutos para las 12:00 así que todos acordamos esperar a que fueran exactamente las 12:00 para poder entrar, la antigua casa le hacía honor a su nombre era una mansión enorme por fuera se podía ver como en sus paredes había varias capas de pintura vieja desprendida en algunas partes se podía ver directamente la madera de la pared sus ventanas estaban totalmente polvorientas y la mayoría de ellas estaban rotas, desde afuera se podía ver como algunos de sus balcones estaban gastados, su tejado negro estaba lleno de hojas muertas de los árboles que lo rodeaban, los cuales estaban solo en las ramas, no se podía ver ni una sola hoja en los viejos árboles. mientras esperábamos Chris empezó a contar la historia de cómo me había asustado al verlo por la calle. 
-eso enserio paso -preguntaron samantha y Emily asombradas de tal escenario.  
-sí, de hecho, fue peor de lo que él dice -dije sin apartar la vista de mi reloj que daba las 11.59. 
-ya son las 12:00 entremos -dijo Chris entrando por el marco al cual le faltaba una puerta.  
Yo mientras tanto buscaba en mi mochila una linterna para poder iluminar el interior de la casa, para mi sorpresa Chris si había traído una linterna así que puse la que me sobraba en mi bolsillo, al entrar sentí un frio que me caló los huesos.  
Chis y yo iluminábamos el pasillo principal de la mansión mientras samantha y Emily estaban detrás de nosotros sin decir nada. La casa se veía igual por dentro que por fuera con la excepción de que en el piso faltaban algunas tablas, las cuales se habían roto o habían sido carcomidas por las termitas. Chris y yo nos preguntamos si teníamos que ir hacia arriba primero o bajar al sótano y los dos llegamos a la conclusión de que lo mejor sería dejar el sótano para lo último, inspeccionamos el primer piso lo mejor que pudimos y todo lo que encontramos fue una que otra rata que se espantaba al ver la luz de la lampara y  corría, a veces hacia nosotros y samantha se asustaba tanto que se gritaba y se aferraba tan fuerte de mí que por un momento perdía el equilibrio por toda la casa se escuchaba un muy pequeño sonido de crujido el cual nos enfriaba la sangre, llegamos a la conclusión de que ese ruido solo eran las termitas comiéndose la vieja casa. subimos las escaleras para poder ver el segundo piso. cada que pisábamos un escalón este rechinaba produciendo un ruido que no hacía temblar a todos, yo empecé a escuchar susurros, les pregunte a los demás si también podían escucharlos pero ellos dijeron que aparte de las termitas, el rechinar de las tablas de la vieja casa y el chillido de algunas ratas no podían oír nada más, pero yo estaba seguro de lo que estaba escuchando, trate de ignora aquellas voces pero no podía, no note cuando terminamos de subir las escaleras del segundo piso, Emily me toco el hombro, yo voltee a verla y pude notar que estaba totalmente pálida, todos lo estábamos, pensé que me pediría tomarla de la mano pero lo que me pidió fue que le prestara la linterna que tenía en el bolsillo la cuál sobresalía de mi bolsillo, no quería dársela, por que hacerlo seria arrojar por la ventana todas mis oportunidades de tomarle la mano, la cual era la única razón por la que había ido en primer lugar pero no pude decirle que no al ver que estaba tan aterrada quería que ella estuviera bien, y si eso significaba arrojar todas mis oportunidades con ella por la ventana, estaba totalmente dispuesto a hacerlo le di la linterna despidiéndome de mis oportunidades de tocar la felicidad esa noche, voltee a donde estaba samantha y note que estaba temblando, pero no de miedo sino de frio, al parecer había olvidado su abrigo en casa así que yo saque el que tenía en mi mochila, olvide que lo tenía ahí cuando Sali de mi cuarto pero gracias a Chris pude recordar que lo tenía guardado. Caminé hacia donde estaba samantha y le puse al abrigo  
-te vas a resfriar si sigues así, toma esto, ya me lo devolverás más tarde -le dije con una sonrisa 
Ella me devolvió la sonrisa y me agradeció de forma tímida, metí mi mano a la mochila y saque los guantes que había guardado y se los di ella se los puso sonrojándose y sin poder decir nada de la vergüenza, los susurros no habían cesado, trate de concentrarme en lo que decían, pero me fue imposible, eran tantas voces hablando tan rápido y despacio al mismo tiempo que resultaba imposible identificar lo que decían. Antes de darnos cuenta ya estábamos en el tercer piso, Abrimos una puerta del tercer piso e iluminamos con las linternas de repente una sombra negra se abalanzo sobre nosotros y todos gritamos y nos alejamos corriendo después iluminamos hacia la sombra que resulto ser solo un gato negro el cual estaba erizado y furioso, saltaba y daba zarpazos al aire como si estuviera poseído, antes de que pudiéramos tomar aire para pasar el susto el gato corrió hacia nosotros Chris intento espantarlo, Emily y samantha se acercaron tanto como pudieron a mí, los intentos de Chris por espantar al gato fueron en vano, este no paro, llego hasta donde estábamos y salió por un balcón que se encontraba justo detrás de nosotros todos nos cálmanos y me di cuenta de que alguien sujetaba me fuertemente de la mano, yo me ruborice totalmente hasta que me di cuenta de quien me sujetaba era samantha. no me desagradaba que me tomara la mano, después de todo samantha también era una chica muy atractiva, casi tanto como Emily, pero eso no era lo que quería. trate de no decirle nada, la pobre había pasado una noche tan desagradable que no quería molestarla. después de eso descubrimos la escalera del ático, Chris sugirió bajar la escotilla y subir, ninguno de nosotros quería subir ahí pero ninguno tenía el valor de negarse, nos aliviamos mucho al descubrir que la escalera estaba trabada y no bajaba así que todos decidimos que bajaríamos al sótano y terminaríamos con esto de una vez por todas, bajamos las escaleras, samantha aún estaba sujeta a mi mano, yo me ponía cada vez más frio debido a que los susurros se hacían cada vez más fuertes conforme bajábamos, cuando estuvimos parados frente a la puerta del sótano los susurros se volvieron insoportables por un instante y luego volvieron a la normalidad la puerta estaba cerrada con candado, pero antes de que todos decidiéramos irnos de ahí Chris metió la mano en su mochila y saco una cizalla con la cual rompió el candado y presumiendo se hizo camino por medio del sótano con nosotros detrás. 
Diferente a lo que pensábamos el sótano era el cuarto menos aterrador de la casa solo era como un viejo almacén vacío después de inspeccionar un rato nos aburrimos nos dimos vuelta para irnos, samantha seguía sujeta a mi mano, aunque ya no apretaba tan fuerte como antes, justo cuando estábamos en la puerta del sotano Chris metió sus manos en su mochila y saco una tabla ouija. 
-¿dónde van? Si el terror acaba de comenzar – dijo intentando esforzar una sonrisa aunque el también estaba atemorizado y no quería hacerlo realmente, (eso lo pude sentí en el).  
-¿Cómo conseguiste algo así? -tartamudeo samantha mientras se aferraba de mi. 
-¿cómo que donde? Las hace hasbro. no es tan difícil conseguir una realmente, es gracioso que la misma empresa que te vende un monopolio para compartir con la familia que tienes también te pueda vender una ouija para compartir con la familia que ya no tienes  -dijo intentando ocultar su voz temblorosa. 
En el momento en que Chris saco la ouija los susurros aumentaron y se hicieron insoportables, le pedí a samantha que me soltara la mano y me dirigí a donde estaba Chris acercándome lo más que pude y traté de hacerlo entrar en razón. 
-ya es suficiente todos estamos cansados no tenemos tiempo para jugar eso, vámonos ya Chris. 
-sí, tienes razón, esto es ir demasiado lejos, aunque es una pena 23.99 dólares tirados a la basura de la manera más estúpida ¿no crees? -dijo esta vez sonriendo aliviado. 
Tome la tabla para ayudar a cris a guardarla. en el momento en que toque aquella cosa los susurros pasaron a ser una secuencia desordenada de gritos, gemidos, llanos, lamentos, risas y muchas otras cosas, era totalmente insoportable, deje caer la tabla al suelo y me tape los oídos con ambas manos, me tire al suelo y me revolqué en el suelo nunca había sentido algo así Chris solo me miraba totalmente impactado samantha y Emily empezaron a llorar de miedo e impotencia, yo empecé a gritar de dolor y antes de que pudiera hacer nada más el mundo empezó a ennegrecerse y dar vueltas mientras yo perdía poco a poco el conocimiento.  
Volví al mismo lugar de mis sueños. Pero esta vez no encontré al sujeto de cabello blanco. explore todo el sitio el cual estaba iluminado con una tenue luz de luna a pesar de que no se podía ver la luna por ninguna de las ventanas las cuales tenían la cortina cerrada. Me di por vencido y me senté en mi cama cerrando los ojos y haciendo todo el esfuerzo que podía para despertar. 
-no pensé que “pronto” seria ahora -dijo una voz a mí lado, la cual me hizo pararme de la cama de un salto y caerme en el suelo. 
Era el sujeto de pelo blanco, estaba sentado al borde de la cama justo a mi derecha, no vi cuando se sentó solo apareció ahí tenía una sonrisa maliciosa que me hizo comenzar a sudar de los nervios. Traté de aclarar bien la vista para poder reconocer a aquel tipo y pude ver claramente su aspecto. ¡era yo!, Él era exactamente idéntico a mí, era como verme en un espejo a excepción del color de su cabello el cual era totalmente opuesto al mío nadie nunca se daría cuenta de la diferencia entre uno y otro. Me quede ahí parado temblando ante tal escena mientras el me miraba con una expresión de desdén, sin decir nada solo viéndome con unos ojos tan fríos que sentí como si nevara en mi interior. Trate de tragar saliva y devolverle la mirada, pero a pesar de mis esfuerzos no pude hacer nada ante una presencia tan intimidante, estaba paralizado, pero entonces trate de buscar fuerza en lo más profundo de mí y con todas mis fuerzas le grite “¡qué quieres de mí!”.  Entonces el comenzó a reír descontroladamente, se me erizo todo el cuerpo y pude sentir en el algo que nunca había sentido antes un odio tan profundo que podría cubrir la tierra, su risa no paró y con cada carcajada yo sentía como el ambiente se hacía cada vez más tenso a mi alrededor, luego esa persona se calló y por un segundo la habitación se llenó de un silencio de muerte luego sin dejar de sonreír acerco su rostro al mío para susurrarme en el oído. 
-lo que yo quiero tu no me lo darás, yo lo tomare.   
Abrí los ojos y me encontré de nuevo en el sótano, estaba sudando frio y me sentía muy mal a pesar de que no me dolía nada, las voces se habían callado totalmente, aclaré la vista y me di cuenta de que Emily estaba encima de mí con una expresión de preocupación que nunca antes había visto en ella, Chris y samanta también estaban agachados a mi lado, samantha estaba llorando y Chris trataba de calmar las cosas. Moví un poco la cabeza para que todos pudieran darse cuenta de que ya estaba consciente, me percate de que mi cabeza estaba reposando sobre el regazo de Emily entonces me ruborice y me intente poner de pie, pero me di cuenta de que todas mis fuerzas se habían ido, así que solo me volví a recostar y trate de decirle a todos que ya estaba bien. 
Todos me miraron aliviados, a pesar de que estaba hecho polvo y que aquel sueño me había hecho estremecer yo me sentía bastante bien porque estaba sobre el regazo de Emily y además ella se había preocupado por mí, lo que significaba que yo le importaba, eso hizo que todas mis preocupaciones se despajaran un poco, el hecho de saber que tenía buenos amigos los cuales se preocupaban por mí, el hecho de saber que no estaba solo, me hizo sentir un poco mejor. 
-lo siento mucho todo esto es culpa mía, de no ser por mí no te hubiera pasado nada -dijo cris mirando hacia el suelo cerrando los ojos y dejando escapar una lagrima de tristeza y angustia mientras apretaba los puños. 
-oye. estoy bien, no me paso nada, esto no es tu culpa solo que me desmaye porque no me alimente bien en todo el día, estaré bien en un rato -le mentí para que estuviera más tranquilo.  
- que bien que no te pasara nada nos tenías a todos muertos de la preocupación, estábamos a punto de salir a buscar ayuda -dijo samantha. 
- ¿salir a buscar ayuda?, ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?  
-unos 20 minutos -respondió ella. 
Miré hacia arriba y me pude percatar de que Emily me miraba con una gran sonrisa de alivio y me acariciaba el cabello lentamente. Mi rostro ardió totalmente a causa de la vergüenza, intenté ponerme de pie, pero todavía me encontraba exhausto, lo único que logré hacer fue sentarme sobre el suelo. 
-¿crees que puedas ir a casa así? -me pregunto Emily preocupada. 
-tengo que, mi tía moriría de preocupación si no llego a su casa y mi mama me mataría si supiera que estoy aquí -le respondí yo. 
Luego de estar por un rato sentados esperando a que me volvieran las fuerzas Chris decidido romper el silencio. 
-tienes tu celular contigo ¿cierto? -me preguntó.  
-si, pero eso en que nos ayudara, no pienso pasar la noche en un hospital así que olvídate de llamar una a emergencias o algo parecido – le respondí firmemente. 
-tan tonto como siempre, el celular es para avisarle a tu tía de que no podrás llegar hoy -dijo con una sonrisa de oreja a oreja, seguramente sintiéndose un genio. 
-para que le diría que no voy a llegar si es el único lugar al que puedo ir, no iré a casa por que como ya dije mama me mataría y también mataría a mi tía si se enterara. 
-quien dijo que te quedaras en tu casa, te quedaras en la mía, es lo menos que puedo hacer por ti -dijo con su característica sonrisa. 
-tienes razón, tu casa no queda tan lejos de aquí, además como no puedo caminar bien podrías ayudarme, pero se te olvido un mínimo detalle… ¡tu padre no te dejaría hacer algo así idiota! – le dije un poco irritado, aunque no estaba molesto con él porque estaba tratando de ayudarme tanto como podía. 
-en primer lugar; podría convencer a mi padre de que fuera flexible por esta vez y en segundo lugar, eso no será necesario, mi padre salió a un viaje de negocios o algo así y no volverá hasta dentro de unos días. 
-genial, que suerte tenemos -respondí aliviado. 
-qué suerte tienes de tener un amigo que se preocupe tanto por ti -dijo Emily viéndome con una mirada alegre. 
-sí, soy muy afortunado de tener amigos que se preocupen tanto por mí, gracias, gracias a todos.  
-pero si nosotras no hemos hecho nada por ti, no tienes por qué agradecernos a nosotras también -dijo samantha agachando la mirada. 
-no, no es cierto, ustedes también me han ayudado mucho, están aquí y solo eso basta para que también este agradecido con ustedes, ustedes que no me dejaron aquí y me acompañaron durante 20 largos minutos de incertidumbre y que incluso derramaron lágrimas de angustia por mí, también son mis amigas y lo mínimo que puedo hacer después de haberlos hecho pasar algo así es agradecerles. Así que gracias por ser mis amigos.  
-¿Eso de verdad lo dijiste tu? sabes que nada de eso es verdad -dijo una voz en mi cabeza la cual pude escuchar tan claro como el cristal. En parte tenía razón, no me podía creer que fuera yo quien había dicho esas palabras en especial por qué no soy del tipo hablador, pero en algo se equivocaba y es que de lo que había dicho cada palabra era cierta y no retractaría ni una sola de ellas ni aunque mi vida dependiera de ello.  
- de nada -dijo ella tartamudeando y ruborizándose tratando de desviar la mirada. 
-creo que ya puedo caminar un poco -dije mientras me levantaba.  
Chris me ayudo a llegar hasta su casa donde nos despedimos de Emily y samantha. Estando ya dentro de la casa Chris acomodo un poco la habitación de huéspedes y me dijo que me podía sentir como en casa, yo le agradecí y me tendí en la cama sin cerrar los ojos, no quería quedarme dormido porque hacerlo significaba que seguramente me encontraría con ese sujeto, ese “otro yo” el cual me perseguía en mis sueños, no sabía que era lo que quería de mi pero de algo estaba seguro, lo que sea que quisiese no era buena idea dárselo. Antes de cerrar la puerta y sin voltear Chris me pregunto. 
-realmente si fue mi culpa que te desmayaras ¿cierto?, Dijiste lo que dijiste solo para tranquilizarnos, pero sabes tan bien como yo que todo esto es mi culpa.  
-no… no lo sé, no mentí cuando dije que no me había alimentado bien, pero en realidad no sé qué pudo pasarme. Sabes que no creo en fantasmas ¿cierto? Pero créeme cuando te digo que razones no me faltan para hacer lo contrario. 
-lo siento… de verdad lo siento, siempre estas metiéndote en problemas por mi culpa y yo nunca puedo hacer nada para devolverte el favor, siempre estás conmigo a pesar de que soy un dolor de cabeza y no tengo arreglo, pero te prometo que esto te lo compensare de alguna forma. 
-ya lo hiciste, acabas de salvarme el pellejo así que date un poco de crédito, los amigos nunca esperan nada a cambio y los amigos siempre se ayudan no es ¿cierto? 
-sí, tienes razón, ¿por qué tomas clases extras si eres tan listo? -bromeo.  
-porque lo tonto me lo pegaste tu -le respondí y nos reímos antes de que serrara totalmente la puerta.  
Quede solo en la habitación totalmente a oscuras, mis ojos se habían adaptado a la oscuridad totalmente. Me negaba totalmente a cerrar los ojos, no quería dormir y tampoco tenía sueño en absoluto así que me decidí por quedarme despierto toda la noche y pagar el precio por la mañana eso me resultaba más preferible que tener que volver a ver a ese otro yo. Estaba recostado en la cama con los ojos abiertos y pensando en lo que me había ocurrido, al comienzo me parecía que solo eran sueños muy raros pero que se podían ignorar, pero a esto que me pasaba era totalmente imposible hacerle la vista gorda, entonces todo empezó a cobrar sentido en mi cabeza, todo se empezó a conectar, mi habilidad de leer a la gente, las palabras que salían solas de mi boca, las cosas que veía, las historias de mi infancia, las miradas que siempre se posaban en mi desde la oscuridad. Me empezó a hervir la sangre de pensar que la razón por la que no podía ser una persona normal era culpa de mi otro yo, ahora yo lo odiaba a el tanto como el me odiaba a mí. Independientemente de todas las conclusiones a las que llegue la pregunta fundamental seguía estando ahí; por qué, por qué yo, por qué ahora, cansado de seguir en el mismo callejón sin salida decidí tomar mi celular con el propósito de encontrar cualquier información que pudiera serme de utilidad, como ya dije antes esta técnica nunca me sirvió de mucho, pero nunca me había puesto a investigar con la seriedad que el asunto merecía, además ahora tenía toda la noche para encontrar las respuestas que buscaba. 
Por más que investigue no pude encontrar nada, salvo por un dibujo que representaba exactamente lo que vi el día del tren, era un dibujo raro, había un hombre que parecía sufrir arrodillado en el suelo con una expresión tan triste que le hubiera quitado las ganas de vivir a cualquiera, rodeándolo estaba la misma aura que vi en la estación de trenes solo que esta vez los rostros que se asomaban en la bruma que le rodeaba estaban claramente sonriendo, era una sonrisa aterradora como si se alimentaran de su exquisita pena y dolor, detrás de él había un sujeto que parecía no inmutarse a pesar de estar presenciando tal escena, solo lo miraba con una expresión totalmente inexpresiva, si es cierto el dicho que afirma que los ojos son la ventana del alma entonces es más cierto aun que ese sujeto no tenía alma. Temblé un poco ante tal escena, pero después me dispuse a rastrear la imagen y descubrí que venía de una tienda “gitana” de “brujería y artefactos mágicos”. como era de esperar es obvio que yo no creía en la brujería y pensaba que todos los dueños de locales así lo único que hacían era aprovecharse de la desesperación de las personas a las que atendían, lo cual me parecía un acto totalmente repugnante. cuando note que la luz del sol se asomaba por entre las ventanas me sobresalte y vi la hora en mi teléfono y descubrí que eran casi las 8:00 am, desesperado corrí al cuarto de Chris y le desperté estrujándolo. 
-despierta, es tarde. 
-de que estás hablando, hoy es festivo -dijo frunciendo la ceño. 
-lo siento -tartamudeé enrojecido. 
-no te preocupes. deberías irte ya a casa, yo seguiré durmiendo, cierra la puerta después de salir -dijo mientras se volvía a acomodar en la cama. 
Sali sin decir palabra.



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En el texto hay: misterio, romance, magia

Editado: 20.02.2021

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