Señor Amargado [serie Las Marías #1] Corrigiendo.

Capítulo 11

Sigo corrigiendo los capítulos, pero los subo de nuevo porque algunos ya estaba casi terminandola.

 

Pov Mafer.

 

Me despedí de Ismael, me divertí mucho con él, es muy agradable, me gusto su visita, ya que en esta casa me la paso más aburrida que una clase de matemáticas.

 

Mael fue a su habitación, no si ante darme una fea mirada, que yo también le devolví. Voy a mi habitación, comenzó a llover, eso da miedo, pero no está haciendo trueno y eso es bueno. Me doy una ducha de agua tibia, me pongo una pijama térmica en forma de chacho color rosa.

 

Me siento en mi cama, estoy tan aburrida, no sé qué hacer con mi vida. Mi mirada se desplaza al sobre de la matricula……. Ya se que hacer, voy a molestar a Mael…… ¿Por qué soy así? Mael va a medio matar por molestarlo, pero igual, es muy divertido molestar a Mael.

 

Agarro el documento y salgo de mi habitación. Camino por el pasillo, y me pongo la capucha de mi pijama de cerdo, y me escabulle en su habitación.

 

Toco la puerta y nadie me contestan, ¿No creo que este dormido? Y si lo está le daré un buen susto. Agarro la manija, la muevo poco a poco y la puerta se abre, dándome el permiso de ingresar.

 

Ingreso mi cabeza primero y no veo a nadie….. mi boca se abre al ver su habitación, es más grande que la mía, y todas las cosas que hay también, esa cama se ve muy linda, como quisiera dormir una noche hay. Todo esta súper ordenado,  mi curiosa me mata, así que entro, no creo que se enoje, ¿O si?

 

Entro y dejo la puerta ajustada, comienzo a ver las cosas que hay, recorro con la mirada todo. Me doy la vuelta y por la puerta hay un escritorio con algunos portarretratos, me acerco a ver, dejo el sobre encima del escritorio y veo los portarretratos.

 

Agarro uno donde hay tres personas. En la foto está una chica muy hermosa, su cabello es castaño claro y sus ojos son verde. El chico es muy apuesto, su cabello es oscuro y sus aparenta ser café, ellos se ven muy jóvenes, no pasan de treinta años, y por el niño creo –estoy segura–, que son los padres de Mael, ya de donde saco lo feo.

 

Dejo el portarretrato y agarro otro donde esta Mael solo, en la foto el esta so riendo y se ven tan lindo; no como ahora que tiene  esa cara amargada. No puedo dejar de ver la foto, ¿Cómo las personas pueden cambiar?, él de tener una linda sonrisa, paso a solo tener una cara tan amargada .

 

— ¿Qué haces? — Me susurran al oído.

 

Siento una corriente recorrer mi cuerpo, me doy la vuelta y abrazo al portarretrato al ver esa mirada seria y fría…. Nadie me mando a busca lo que no se me ha perdido.

 

Recorro su rostro con mi mirada, bajo a su cuello, a su clavícula, sus pectorales, su abdomen bien marcado y me doy cuenta que solo tiene una toalla liada en su cadera y todo su torso descubierto.

 

¡¡Santa virgen de los abdominales!! — dije en mi mente, sin dejar de verlo toda embelesada.

 

Él tiene una tableta de chocolate en su abdomen, y con lo me gusta el chocolate….. esto debe ser un sueño… ¿Verdad?, yo solo he visto un cuerpo así en películas.

 

Con mi mano temblorosa toco sus pectorales que están fríos y duros, trago grueso mientras bajo mi mirada a su abdominales y bajo mi mano un poco más, saboreo mis labios, definitivamente esto no es un sueño, esto es real y quiero seguir tocando.

 

Bajo un poco más mi mano, quiero tocar sus cuadritos, pero el agarra mi muñeca y saca mi mano de su cuerpo de un solo y eso me hace entrar en razón.

 

— ¡¡Ay!!, ¡Me estás lastimando! — Me quejo mientras lo miro a los ojos.

 

— ¡No me respondiste!, ¿Qué haces aquí?

 

— Yo... — bajo mi mirada, ¡¡Maldición!!, su cuerpo es una maldita escultura bien hecha.

 

— ¡Deja de mirar lo que no debes! — Vuelvo a entra en si.

 

— ¡No estoy mirando nada! — Aseguro rápidamente.

 

Que cínica soy, lo manoseo, estoy que me lo como con la mirada y tengo el descaro de decir que: no estoy viendo nada…. ¡¡Ah!!, ¡¿Qué pasa conmigo?!

 

— ¡En serio!— se acerca más a mi de una manera peligrosa.

 

Retrocedo unos pasos, pero él se sigue acercando y sigo retrocediendo. La puerta se cierra, se acerca más a mi, se agacha un poco y su cara queda muy cerca de la mía.

 

— A..a.le..jate — titubeo por su cercanía.

 

¡¡Mierda!!, esto no es normal, pero es que es la primera vez que veo un cuerpo así cerquita de mi, de lejos cualquiera; aunque sea una vez, ha visto un cuerpo descubierto, pero tan de cerca y de con buena calidad no se ve todos los días.

 

— ¿Estas segura de qué quieres que me aleje? — Se acerca más, ¡Ay mi cuerpo! — Eso no parecía hace unos minutos — susurro y sentí su aliento fresco en mi cara, trago grueso.

 

Ni con Moisés me sentí intimidada a pesar que me solía decir cosas como: "Me muero por estar contigo" o “Te deseo” cosas así, pero no puedo decir lo mismo ahora, él me hace sentir diferente, sus palabras son más potente y me intimidad. Él se acerca a mí odio y puedo sentir claramente su respiración.

 

— ¡¡Vete!! — Exclamo con su tono frío de siempre.

 

Se apartó de mi bruscamente, y yo en menos de un dos segundo salí de esa habitación como alma que lleva el diablo.

 

Entro a la mía, e inhalo y exhalo. A mi corazoncito casi le da algo de tanto latir. Toco mi pecho, justo donde está mi corazón y este no deja de latir. Suelto un suspiro y me percato del portarretrato….. ¡¡Ah!!, ¿Qué me pasó? ¿Por qué hui?

 

Camino hacia el tocado y dejo el portarretrato ahí, me siento y alzó mi mirada y veo mi reflejo y estoy roja como un tomate.

 

— ¡¡Ay no!! — Me cubro mi cara y la siento caliente.

 

Me pongo de pie y camino hacia mi cama, me quito las pantuflas y dejo caer mi cuerpo en mi cama. — ¡¡¡Ahh, qué vergüenza!!, ¡¿Qué fue lo que acabe de hacer?!, ¡¡Toque su pecho!! ¡¿Cómo lo voy a haber ahora?! — Doy vuelta en mi cama de la vergüenza. Agarro el edredón y me cubro de píe a cabezas. Trato de conciliar mi sueño, pero lo primero que veo al cerrar los ojos es su cuerpo horriblemente bien formado.




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