Pov Mafer.
¿Por qué te duele que no le haya importado el beso? A ti tampoco te importo, solo fue un beso, nada del otro mundo — me dije a mi misma.
Entre a mi habitación, no quiero estar cerca de él, me molesta verlo, es que yo... ¡¡maldición!!
Enserió te imaginaste que le podrías gustar, que estúpida, eso nunca pasara.
Pasaron unos minutos y Flor me trajo el desayuno, como tengo hambre me lo termine todo, voy a dejar los platos y veo que Flor estar por salir y va muy apresurada.
—Flor, ¿sucede algo?
—sí, a mi nieto lo van a operar de urgencias.
—vaya con cuidado y tranquila su nieto saldrá bien de la operación.
—Gracias señorita —me dio una pequeña sonrisa.
Ella se va, voy a dejar los platos en la cocina y los lavó, termino y voy a mi habitación, me pongo a escribir casada con el enemigo.
El tiempo se pasó muy rápido, mi estómago pide comida, Flor no esta se ha ido ¿Quién va a cocinar?
Son la dos de la tarde, no tengo más opción que bajar a buscar comida, entro a la cocina y veo a Mael cocinando, no hago ruido y voy por un vaso de agua y de paso tomo una manzana, no se a dado cuenta de mi presencia, voy a salir de la cocina, pero su voz me detiene.
—¡¡no te vayas!! el almuerzo ya casi esta— dijo.
—no tengo hambre, gracias — dije de espalda.
Iba a avanzar para irme, pero el me sostuvo del brazo, me acerca más a él ¡¡Dios!!
—¡por favor! Almuerza, no quiero que te vuelvas a enferma — se preocupa por mí.
Mi corazón comenzó a acelerarse, nuestras miradas se conectaron, su mirada bajo a mis labios y solo quiero algo, quiero besarlo.
Se va acercando a más a mí, me puse de puntilla, no quiero hacer larga la espera ya quiero volver a sentir sus labios.
— ¿vas a almorzar? —susurro sobre mis labios.
Por que no puede besarme simplemente, por que me tortura de esta manera.
— si — respondo.
Cierro mis ojos ante el primer roce, abro un poco mi boca y estoy a punto de besarlo, cuando el olor a quemado llegar.
Él se aparta y va a apagar la cocina, asiento mis pies al suelo, no puedo creer lo que estuvo a punto de pasar nuevamente, si no fuera por qué la comida se quemó, otra vez nos hubiéramos besado.
Salgo de la cocina, esto está mal, está muy mal, yo no puedo besarme con él, no somo nada, bueno estamos casado, pero eso no cuenta.
Entro a mi habitación, cierro la puerta y me recuesto en ella, llevo mi mano a mi pecho.
¿Cómo es posible, qué a mí, me guste ese amargado? Tengo que ser sincera conmigo misma, el me gusta, ¿Qué te paso corazón? Te volviste a enamorar — le hable a mi corazón.
Pov Mael.
Después de esa incomoda conversación, ella se fue a su habitación, le pedí a Flor que le llevara el desayuno a su habitación.
Estoy en el despacho, pensando en ella, cuando Flor apareció y me pidió permiso para ir al hospital, por qué a su nieto lo van a operar.
Llego la hora de almuerzo de almuerzo y como Flor no está y Fernánda no sabe cocinar, yo voy a hacer el almuerzo, que bueno que aprendí.
Me puse a cocinar, después de unos minutos ya casi estaba, solo falta que el estofado seque un poco, ella vino a la cocina, me hice el loca que no me di cuenta que su presencia, la vi que se iba, la retuve y en ese trascurso, vino de nuevo ese deseo, ya casi que la besó, pero es estofado se ésta quemando, voy rápidamente a apagar la cocina.
La miro y ella se ha ido, llevo mi mano a mi cuello lo sobo, ella me está volviendo loco.
Sirvo la comida y se la llevo a Fernánda, toco la puerta de su habitación, pero no responde.
—oye, te dejo el almuerzo, aliméntate si —dije, dejo el almuerzo el suelo, me voy a almorzar.
Termino de almorzar, dejo arreglada la cocina, voy al despacho en el camino veo que no está la comida, sonrió, entro al despacho y reviso las cuentas de este mes.
Llego la noche, tocar la puerta de mi despacho, es ella, por qué no hay nadie más en esta casa y que yo sepa no hay alma en pena.
—pasa — hable.
— ¡señor amargado!, necesito un favor —miro su cara de preocupación, que a la vez esta sonrojada.
Me pongo rápidamente de pie, me acerco a ella toco su frente, doy un suspiro de alivio, pensé que tenía fiebre, se aleja un poco de mi y mira hacia otro lado.
— dime, ¿qué paso? — sigue sin mirarme.
—bueno, pues, como, es que — está nerviosa.
—¿dime que paso? — tome su mentón para que me mirara.
—es que me bajo la regla y ...
— ¡¿y?! — ¿por qué me dice de una vez?
—no tengo toallas, ya que se me acabaron el mes pasado - hablo.
—pero, ¿por qué no compraste?
— me había olvidado, además si hubiera comprado las toallas, ya me hubiera dado cuenta de que la tarjeta estaba congelada — me saco en cara la tarjeta.
— ¿Flor no tiene?
— estuve buscando y no hay — me mira — ¿puedes irme a comprar un paquete de toallas? Por favor — une sus dos manos.
La observo, se ve tan tierna pidiendo favores, mi corazón se acelera... vuelvo en si.
— ¡está bien!, hay una farmacia que no esta tan lejos, iré a comprarlas.
— gracias.
Ella se quedó en el despacho y yo voy a comprar las toallas, Carlos no está, ya se fue, así que me toca sacar unos de mis autos.
No sé qué voy a decir. Señorita me da un paquete de toallas, ¡ay! No suena muy extraño. Fernánda, lo que hago por ti.
Después de uno minutos llego a la farmacia, por suerte está abierta pensé que estaría cerrada ya que hoy es domingo.
Estacionó y voy a la farmacia y para mi suerte hay chicas, ¡¡qué vergüenza!!
—¿en que lo puedo ayudar? — pregunta la chica.
— me da ...
Es guapo.
Es Mael.
Esta en la lista de los hombres más guapo, junto a Ismael Laudex.
Tómale foto, no todos los días se tiene suerte.
Que guapo.
El tiene mucho dinero, es uno de los soltero más codiciado.