Señor Amargado [serie Las Marías #1] Corrigiendo.

Capitulo 23

Pov Mael.

—antes de decirte lo que quieres saber me presento bien soy: Maria Fernánda Castillo —me mira y después mira a Ana — de Flores de Vargas — agregó.

Es la primera vez que la veo así, esta celosa, estoy seguro.

Lo que no entiendo de donde se conocen las dos y por qué se llevan tan mal. Hasta donde yo tengo entendido, Ana estaba en londres, lo único en la universidad, pero mi madrina Esperanza no me advirtió de que ya había regresado.

— Mael ¿eso es cierto? — Ana espera mi respuesta.

De nada me sirve mentir, además Fernánda esta que me apreta la mano fuertemente.

— si, ella es si esposa.

—¿pero cuando fue? no escuche noticia, mamá tampoco me dijo nada.

— la boda se hizo en privado — si le digo que su mamá lo sabía, se enojaría con ella — solo lo saben mi familia y la familia de ella.

— entiendo — mira a Fernánda y ella le da una sonrisa — nunca pensé que serias la esposa de Mael.

— ni yo pensé que fueras cercana a el.

— a diferencia de ti, lo conozco desde que tengo conciencia — Fernánda se puso seria.

¡¡Dios!! que no se peleen, conozco a Ana desde que ella era una niña, ella estaba y creo que sigue, enamorada de mi.

— y diferencia de ti, estoy legalmente casada con él, si quieres te enseño la acta de matrimonio — comento Fernánda.

— eso es solo una hoja que se puede romper — Ana le dio una sonrisa burlona.

— verdad — apreta más mi mano — pero lo sentimientos no se puede romper fácilmente, a diferencia de ti el me ama — añadió y Ana se quedó en silenció.

— me tengo que ir, otro día hablamos Mael.

— chao Ana, salúdame a tu mamá.

— lo haré — se da la vuelta.

Ana se va, miro a Fernánda quien sigue sosteniendo mi mano. Me acerco un poco a ella y le susurro al oído.

— ¿estas celosa?

Me mira rápidamente y su cara, queda frente a frente con la mía.

— yo .... —se queda en silencio —me voy a mi habitación.

Sale corriendo, sube rápidamente las escaleras y entra en su habitación.

Pov Mafer.

Salí corriendo por la pregunta de Mael, es que tengo que aceptar que estoy celosa, es que la Ana esa lo abrazo, estuviera tranquila si fuera un abrazo normal, pero a ella se le nota claramente que le gusta Mael.

Debo averiguar como se conocen, Rosy debe saberlo, ella conoce a Ana. Mafer modo FBI activado, busco mi celular y llamo a Rosy.

Inicio de llamada.

— Rosy.

— dime.

— ¿de donde conoces Ana a Mael?

— ya lo sabes — ella lo sabía.

— Rosy ¿sabías que Ana y Mael se conocían? y no me dijiste nada.

— si, y no te dije fue por que no quería que tuvieras mas problema con Ana.

— olvidemos eso, ¿dime de donde se conocen ellos?

— por lo que yo tengo entendido, la mamá de Ana es la madrina de Mael — así que la madrina.

— dime algo ¿Ana esta enamorada de Mael?

— si, no se ahora si le seguirá gustando como antes, pero ella desde niña ha estado enamorada de el — tengo que estar pendiente, no puedo dejar que se acerque a Mael.

— Gracias por la información Rosy.

— responderme algo ¿te gusta Mael? — me quedo en silencio.

Llevo la mano a mi corazón, late fuertemente, suspiro, como es posible que a mi me guste ese amargado.

— si, él me gusta — confesé.

— ¿y el lo sabe?

— no, y no lo voy a decir hasta que el me diga algo, por que se que siente algo por mi, por que si no sintiera nada, no besara.

— ¡¡¿se han besado?!! — ¡que dijiste Mafer!

—si y no se que hacer, por que yo quiero que el me diga lo que siente, pero me da cosa esperar a que el me.ño diga.

— Mafer y si el no te lo dice, no le vas a decir lo que sientes por el.

— si, pero es que no quiero que piense que estoy desesperada por él, a sí me gusta mucho, pero quiero que él de el primer paso.

— es tu decisión, pero dime ¿como besa?

— besa rico — manifeste.

— ¡te mueres por el! ¿pero como paso? ¿como fue que te enamoraste de él?

— no sé, en que momento paso, pero paso.

— Fernánda — Mael me llama.

— ¡¡ese es Mael!!

— si, te dejo chao.

— chao.

Fin de llamada.

Me doy un mirada en el espejo, estoy bien arreglada, me acerco a la puerta y la abro.

— dime — dije seria.

— vamos a almorzar, y no quiero escuchar: no tengo hambre.

— ¿Ana es bonita?— por que soy así, no puedo disimular mejor, doy pena.

— no más bonita que tu — eso me hace feliz.

— eso quiere decir que es bonita.

— ¿por que pregunta esos?

— simple por curiosidad — se revienta el hígado, de recodar como Ana lo abrazaba.

— Ana no me gusta, ella es una amiga — confesó.

— amiga que se babea por ti — y ahí sigo yo, echándole más leña al juego.

— Fernánda no peleemos si — me da una mirada profunda.

¡¡Dios!! ¿por que me miras así? Eso hace que mi corazon se quiera salir.

— ¡esta bien! — mire hacia otro lado.

Me toma del mentón, y me mira fijamente.

— estoy casado contigo, y mientras lo siga estando yo te pertenezco — ¡aah! eso es una flecha, directo al corazón.

— prométemelo, prométeme que mientras estemos casado, solo serás mío — no despego mi mirada de el.

— lo prometo — se acerca a mi y besa mi frente.

Cierro mis ojos y muerdo suavemente mis labios, quiero que me bese, pero un beso en la frente es una gran muestra de afecto.

— ahora tu prométeme lo mismo, prométeme que solo seras mía

— lo prometo, prometo solo ser tuya.

Su mano deja mi mentón, para darme un abrazo que correspondo.

— Fernánda — mi corazón se acelera más.

— si — se queda en silencio.

— la comida se enfría — ¡que decepción! Pensé que me diría algo más.

— esta bien, vamos a almorzar — nos separamos y bajamos a almorzar.

Pov Mael.

Quería besarla, moría por hacerlo, pero me detuve y solo bese su frente.




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