Señor Amargado [serie Las Marías #1] Corrigiendo.

Capítulo 48

Pov Mael. 

Habitando en las profundidades de mis recuerdos, calma; mucha calma, siento frescura...... es como si estuviera encerrado en una burbuja de agua. No veo nada; pero siento y ahora escucho… ¡Su llanto!, mi corazón se estruja al saber que sigo siendo yo él culpable de su llanto, ¿Dónde estás? 

Te amo Mael. — Su voz se acerca cada vez más a mí, pero por más que trato no puedo abrir mis ojos. 

Mafer no llores, ¿Qué tengo que hacer para que no llores? 

Gracias por llegar a mi vida Mael, mi amor, mi señor amargado.....  aunque, ya no eres amargado, eres un amor..... ¿Debería llamarte ahora señor amor? — Siento mi corazón acelerarse. — Así pase mucho tiempo yo esperaré a que despierte, por que te amo y no dejare de hacerlo nunca — Una luz, una luz me encandila — Despierta. — abro los ojos. 

— Mafer — Veo su espalda. 

Ella no me mira, es como si no pudiera moverse, ¿Qué pasó? ...... varias escenas vienen a mi como si fuera una película, lo que si recuerdo claramente es el dolor inmenso por caer al agua, y mi cuerpo hundiéndose poco a poco. 

Mi mirada se encuentra con la de ella, su mirada está llena de emoción y alegría, sus lágrimas caen una tras de otra. 

— Mael.... — Su voz denota alegría — amor, despertaste — Ella se abalanza y llora en mi pecho como una niña. Alzó mi mano y acaricio su cabello. 

— ¿Por qué lloras? 

— Por qué estoy tan feliz de que hayas despertado. — Estoy algo confundido. 

— ¿Qué pasó Mafer? — Ella se separa de mí pecho y limpia sus lágrimas mientas me mira con tanto amor. Ella agarra mi mano y la besa. 

— Por la caída del acantilado sufriste varias lesiones, casis te mueres Mael, pero sobreviviste y quedaste en estado de coma por casi tres meses. — Pero para mi solo paso unos minutos. 

Recorro a Mafer y mi mirada se fija en su vientre, ya no esta plano; ya se ve voluminoso, siento como mi corazón se ensancha de felicidad al ver su hermosa barriga. Llevo mi mano a su vientre y lo acaricio. 

— Debes tener cuatro meses — Antes de que pasara todo ella ya estaba en la semana cinco. 

— Si Mael…… — la miro a los ojos — te amo como no te lo imaginas. 

— Y yo a ti mi amor — Me intento acomodarme mejor en la cama. Mafer me ayuda, sigo medio aturdido con lo que me pasó. 

— Iré al ver al doctor. — Se da la vuelta pero la agarro del brazo. 

— Espera, antes de ir a ver al doctor mejor darme un beso — Yo me siento bien, no me duele nada, pero si estoy como confundido, pero ante de que vaya a ver al doctor prefiero besarla a ella. 

Suelta un suspiro con una sonrisa — Te amo. 

Me besa, la beso, en conclusión solo la necesito a ella para estar bien. Devoro sus labios, hasta quedarme sin alientos. 

— Ahora si tengo ir a ver al doctor. — Susurra sobre mis labios. 

— No demores. — Me da un beso en la mejilla y se va. 

¿Qué habrá pasado con Galletana y Frédy? ¿Y Juan Pablo?...... ¿Qué pasó con Ismael, él también llegó ahí antes de que Frédy me empujará. 

El doctor y Mafer llegan. El doctor me revisa hasta la cabeza, ¿Qué me abra pasado? Se que quede en coma por la lesiones, pero, ¿Qué lesiones abre sufrido. 

— Todo esta bien, me alegra que haya despertado. 

— Gracias. 

— Doctor, ¿Seguro que está bien? — Pregunta Mafer. 

— Si, pero igual le haremos unos últimos análisis para ver si no hay secuelas. Mañana un enfermero vendrá por él, por ahora descanse. Señora y señor yo me retiro. 

— Gracias doctor — dijimos al mismo tiempo. 

El doctor se va y Mafer me abraza fuertemente. — Estás bien, estoy tan feliz de que despertarás amor — me besuquea. 

— Yo también estoy feliz de verte. — Acaricio su mejillas y acerco su rostros más a mí para besarla. 

Si ella está bien, es por que atraparon a Galletana y a Frédy y eso es bueno, ellos deben pagar por sus maldad. 

— ¡Ustedes no pierden el tiempo! — ¡¡Cristiano!! 

Cortamos nuestros beso y tanto Mafer como yo miramos a Cristiano. Él se está aguantando las ganas de llorar, camina hacia mí, Mafer se hace a un lado y Cristiano me abraza de un solo y eso si me dolió. 

— Cristiano me duele mi cuerpo — me quejo. 

— ¡¡Maelo, despertaste!! No sabes lo preocupados que me tenias, no me vuelvas a asustar así. — Doy suaves palmada en su espalda. 

— Siento haberte preocupado tanto, ya no volveré a hacerlo. 

— Eso espero. — Me aprisiona más. 

— Cristiano me estas apretando muy fuerte. — Él deja de abrazarme y que alivio. 

— La emoción me hizo olvidar que te fracturaste las costillas — Abro mis ojos. 

— No quiero saber cuanto lesiones sufrir..... ¿Cuando llegaste? 

— unas semanas después de lo ocurrido. 

— ¿Cómo sabías qué desperté? 

— Mi cuñada me llamo y como estaba cerca vine rápido. — Mafer me da una sonrisa. 

— ¿A quién más le avisaste amor? — Ella va a hablar, pero es interrumpida. 

— ¡Mael! — Fijo mi mirada en la puerta. Ismael esta todo desaliñado, corre hacia mi y me abraza. — Qué bueno que despertaste. — Ando bien confundido, pero igual lo abrazo. 

— Ismael. — Quiero preguntarle muchas cosas, pero no es el momento ahora.


— Nunca dejaste de ser mi amigo, siento haberte golpeado, traté de protegerte, pero no lo hice bien, lo siento, debí llegar a tiempo. 

— Gracias por protegerme. — Qué bueno que a pesar de todo nuestra amistad siga. Aunque necesito saber muchas cosas, pero después preguntaré.


— Llegue tarde. — La voz de Gustavo. 

Ismael se separa de mí y recibo otra abrazo de Gustavo. 

— Es bueno verte despierto hombre. 

— Siento preocuparlos a todos. Pero ya desperté y estoy bien. — Terminamos el abrazo. 

Mafer se sienta en la cama, pasó mi mano por su cintura hasta llegar a su pancita y acariciarla. 

Quiero preguntar por Galletana, pero no quiero arruinar el momento, talvez ellos no quieran hablar de ella. 

— Estamos muy feliz de que hayas despertados, pero, creo que debemos irnos y dejar a la pareja — Ismael codea a Cristiano. 

— Estamos de mal tercio — Cristiano codea a Gustavo. 

— No vamos, mañana venimos. 

Los chicos se despiden de Mafer y de mi y se van, dejándonos solos. Mafer quita los tenis y se acomoda en la cama. 

— Me quedaré a dormir aquí. 

— Pero.... 

— Pero nada Mael, además hoy es una fecha importante. 

— Estoy perdidos en los días, ¿Qué día es hoy? — Ella me da una hermosa sonrisa y acaricia mi mejilla. 

— Siete de diciembre. — Sonrío, desperté en un día importante para los dos.




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