Señor Amargado [serie Las Marías #1] Corrigiendo.

Capítulo 52.

Pov Mafer.

Sinceramente, estoy nerviosa, he esperado este momento y ya llegó. 

— Relájate Mafer. — Aconseja Maru. 

— En eso estoy. 

La maquilladora sonríe al verme tan nerviosa. En este momento me están peinando, maquillado y haciéndome los últimos arreglos para estar lista para mi boda. 

Mis hermanas y Maria Gracia también se están arreglando, ya que ellas son las damas de honor. Mi hijo y Mario Ángel está siendo cuidado por Grety, ellos dos se llevan muy bien. Matías ya tiene nueve meses y Mario Ángel tiene un año y cuatro meses, aunque, solo falta días para que cumpla lo cinco meses. 

Mi celular suena, como no lo puedo agarrar porque mis uñas están siendo pintada Maluli lo hace por mí. 

— Es Majo. — Manifiesta Maluli y abre la videollamada.


[....] 

Aunque Majo no puede asistir a mi boda me hizo muy feliz hablar con ella. Todavía me cuesta creer que ya sea mamá, Majo siempre fue traviesa y el ser madre es una gran prueba para ella. 

Mae tiene dos meses de nacida, y es una niña hermosa, cuando la vi me dio gana de darle una hermanita a Matías, pero por ahora no; no estoy lista para quedar embarazada de nuevo, lo de Matías me dejo media traumada, no me siento preparada para pasar de nuevo por ese dolor. 

— ¡Listo! 

Me gusta mucho como me veo, el maquillaje no es escandaloso es muy natural y eso me gusta. 

— Ahora el vestido. — Comenta Maria Gracia. 

Mi vestido de novia parece como el de una princesa, es super grande y hermoso. Con ayuda de Maru y Maria Gracia me pongo el vestido. 

Me veo en el espejo y no puedo evitar sonreír, me veo muy linda con el vestido, quiero llorar estoy tan emocionada, mi corazón esta rebosando de sentimientos. 

— Matías ya está listo. — Manifiesta Maluli, muero de amor al ver a mi hijo con su trajecito. 

— Mi amor, ven con mamá. — Él sonríe dejado ver sus pequeños dientes y se abalanza sobre mí. 

Ya tienes dientes y me ha hecho llorar cuando me muerde el seno, y si lo regaño se pone a llorar y no se calma hasta que papá lo mime. Cuando nació era idéntico a mí, pero con el pasar de los meses fue cambiando y es estar viendo a un mini Mael. El color de sus ojos pensé que le cambiarían y se le pondría café, pero fue al contrario, se le aclararon más. 

Maria Gracia se adelanta con Matías, Mario Ángel y Magi. Maluli me ayuda a poner el velo, me hacen los últimos retoques. 

— Ya es hora. — Manifiesta Maluli. 

Maru y Maluli me ayudan a salir de casa de papá. El chófer abre la puerta y con ayuda de mis hermanas ingreso, ya que el vestido es muy grande. El chófer nos lleva a las tres a la iglesia. 

Ya quiero ver a Mael, debe de estar más bello. Mael se encargó de preparar toda la boda, y eso me ayudó mucho a mí, ya que los preparativos de una boda suele ser complicado. 

[.....] 

El chófer para en la iglesia, Maru y Maluli sale del auto, papá me abre la puerta y una gran sonrisa se forma en su rostro. 

— Te ves hermosa Mafer. 

— Gracias papá. — Él me abraza. 

— Tu mamá debe de estar feliz, debe estar viéndote en este momento. Ella siempre quiso que se casaran como Dios manda y hoy tú lo estás haciendo mi tercera luz. 

— Papá, no quiero llorar. — Papá besa mi frente. 

— Siempre vas a ser mi tercera Niña. 

— Te amo papá. 

— Y yo ti Mafer. — Él se pone a mi lado y me ofrece su brazo. — Mael está ansioso por verte, no lo hagamos esperar más. 

— Vamos papá. — Agarro su brazo. 

Las campanas comienza a sonar dando aviso que ya llegue. Mi corazón late muy acelerado, llego a la puerta de la iglesia y puedo ver a Mael con su elegante traje a la medida. La música comienza a sonar y los invitados se ponen de pie y comienzo mi recorrido hacia mi amado. 

— Hija, te deseo felicidad, porque es lo que te mereces. 

— Gracias papá. 

— Jamás pensé que te enamoraría de tu esposo, pensé que una vez se acabará el contrato tú comenzarías una nueva vida, pero no fue así. Comenzaste una nueva vida junto a él, decidiste recorrer un nuevo camino a su lado, tienes un hijo y el amor incondicional de Mael y le estoy agradecido a la vida por eso, por ponerte a un buen hombre en tu camino. 

— Ni yo tampoco pensé que me enamoraría de él, y ahora estoy caminado vestida de blanco hacia la persona que amo. Papá, tome la mejor decisión de mi vida aquella noche en la que dijiste que solo había una solución: casarse. 

— Esa decisión cambió la vida de todos, a pesar de que hubo dolor de por medio al final se encontró la felicidad, hija gracias. 

— No tienes nada que agradecer padre. 

Señor Rigoberto no sé si me escuche, pero gracias, como se lo prometí antes, haré muy feliz a Mael. 

Mi mirada se encuentra con los ojos de Mael que destella mucha emoción y felicidad. 

— Cuídala mucho Mael, te estoy dando a mi tercera luz, a mi tercer tesoro más valioso que tengo en esta vida. 

— La cuidaré muy bien señor. — Papá me entrega a Mael, me da un beso en la frente y para al lado de Maria Gracia. 

— Te ves hermosa. 

— Tú no quedas atrás. 

El sacerdote da el saludo de bienvenida, y comienza la ceremonia. 

[....] 

— El Señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y les otorgue su bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Los declaró marido y mujer. — Mael se acerca a mí y me besa. 

La música, los aplausos se escucharon en la iglesia. Felicitaciones, fotos no faltaban. 

Al llegar la casa quede sin palabras, la decoración es preciosa, yo tenía claro que Mael se encargaría de los preparativos de la boda, pero nunca pensé que sería tan elegante, yo pensé que sería más sencilla. 

— Te amo, te adoro, te quiero, me siento tan feliz Mafer. — Me abraza por detrás. 

— Gracias por hacerme muy feliz Mael. — Nos besamos. 

— Hubieras escuchado los latidos de mi corazón al verte entrar tan bella por la iglesia. 

— Me los imagino Mael....... quiero llorar, me siento tan nostálgica. 

— Hoy nos casamos por amor, un amor que durará siempre. Te amo, y te lo demostraré siempre. 

— ¡¡Ma!! — Mi corazón se acelera al oír pequeña pero tan significativa primera palabra de mi hijo. 

Me doy la vuelta y veo a mi niño llorar, y estirando sus manitos para que lo cargue en mis brazos. 

— Ma. — Me abraza, mi corazón se ensancha de emoción. 

— Se puso a llorar y no dejaba de decir ma. — Manifiesta Magi. — Ya me voy. — Ella se va. 

— Su primera palabra. 

— Hoy es un día maravilloso. 

— Lo es. 

— ¿Sabes? Pensé que primero diría pa o papá, pero me siento tan feliz te diga ma. 

— Nuestro niño ya está creciendo. 

— Sí. — Nos abrazamos. 

Me encantaría que don Rigoberto estuviera aquí, junto a nosotros disfrutando este momento lleno de felicidad, que tuviera con Matías. Don Rigoberto nos volvió a juntar a Mael y a mi y esta vez para estar juntos para siempre. 

[....] 

Nos tomamos fotos, reímos, contamos anécdotas, compartimos nuestra felicidad con nuestra familia y amigos cercanos. 

Llego el momento del primer baile. Matías se quedó con Maluli, Gustavo e Ismael. Mael tomó mi mano y me llevo en medio de la pista de baile. 

— Esta música nos queda tan bien que la elegí para este momento tan magnífico. Te la dedico Mafer. — La melodía comienza a sonar y nosotros comenzamos a bailar. 

¿Sabes?
Nunca había creído en los planes
Pero te conocí
¿Sabes?
Nunca había sentido por nadie
Lo que por ti sentí 

¡Mi corazón! No sé que tanto va a resistir, voy a morir de tanto amor. Mael comenzó a cantar cerca de mi oído. 

— Creía que nada saldría bien al final
Estaba tan roto y ya nadie me iba a curar
Creía que tal vez lo mío era quedarme así, solo
Y de pronto como estrella justo en medio de este mar
Me curaste el corazón, me enamoraste
Sin explicación llegaste así
Cuando el amor ya no sería para mí
Pero te conocí 

No puedo evitar llorar. Mael me pega más a su cuerpo. 

— ¿Sabes?
Nadie sabe nada de nadie
Yo no sabía de ti
Pero
Ya me aprendí cada detalle
Sabes que soy así 
Creía que nada estaría bien al final
Estaba tan roto y ya nadie me iba a curar
Creía que tal vez lo mío era quedarme así, solo 

Me encanta como canta, su voz es hermoso y me hace sentir en el mismo paraíso. 

— Y de pronto como estrella justo en medio de este mar
Me curaste el corazón, me enamoraste
Sin explicación llegaste así
Cuando el amor ya no sería para mí
Pero te conocí 
Porque es cierto que una estrella no se estrella por azar
Y el destino supo hablar y yo escucharte
Sin explicación, llegaste así
Cuando el amor ya no sería para mí
Pero te conocí 

La música lentamente fue terminando y nosotros seguimos bailando. 

— Nuevamente, gracias por llegar a mi vida. 

— Mael te amo demasiado. — Nos besamos. 

La música volvió a sonar y todo comenzaron a bailar. Baile con papá, Ismael, Gustavo, Juan Pablo, Elvis, Moisés –aunque Mael no quería lo invite–, con otros invitados y por último bailar con mi hijo. 

Llego el momento de tirar el ramo, y ninguna de las mujeres lo agarro, fue un hombre y lo que hizo fue muy bonito. Sonrisa es lo que más hay en esta hermosa noche. 

— Amor. — Mael me agarra de la cintura. — Esto se siente tan bien. 

— demasiado bien. — Bajo la luz de la luna, y la risa de los personajes que quiero veo el rostro de los dos hombres que más amo en esta vida: mi hijo y mi esposo. — Señor amargado — él me mira —, así te llamé cuando te conocí, poco a poco me escabullí en tu corazón y le di felicidad a esa amargura que me enamoro, y tú me dejaste ver al verdadero Mael, y me di cuenta de que el señor amargado ocultaba al verdadero ser que hay en su corazón, ya no eres mi señor amargado; eres mi señor amor. 

Él acaricia mi mejilla, y besa mi frente. — El señor amargado ya es feliz porque encontró a la mujer de su vida. 

— Los tres juntos por siempre. 

— Y para siempre Mafer. — No besamos. 

El sonido de los juegos artificiales nos corta nuestro beso. Miramos a Matías y solo ve los hermosos colores de los juegos artificiales. 

— Él está feliz. — Dice Mael para rozar su mejilla con la mía. — Te amo mi Mafer. 

— Y yo a ti Mael, mi señor amor. — Nos besamos nuevamente. 

Para bien, o para mal, las cosas pasan en la vida por algo. El conocer a Mael esa noche del siete del diciembre cambió mi vida, cambió la dirección de mis pasos; porque ya no quería caminar sola, quería caminar a su lado, quería su amor, quería ser la dueña de su corazón, y lo conseguí; su amor por mí es igual de grande y puro que el mío. 

La vida nos puso prueba y de ellas salimos victoriosos, del fruto de nuestro amor nació nuestro más bello regalo: nuestro hijo, nuestro más bello amor: Matías. Hoy ante los ojos de Dios unimos nuevamente nuestra vida, bendecimos nuestro amor. Agradezco el haberlo conocido, agradezco este todo lo que he vivido con él, agradezco todo lo que la vida me ha dado, porque a pesar de todo he sido y sigo siendo feliz junto a Mael.

Lo amo, y lo seguiré amando siempre a mi señor amargado... corrección, a mi señor amor. 

FIN.
 




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