Señor Corazón [serie Las Marías #2]

Capítulo 3. Encuentro.

GUSTAVO. 

Fui a visitar a Cristiano y estaba una visita no grata, le comenté a Cristiano lo que me dijo mamá, y aseguró que iría a verla. Mael, Mafer y Majo llegaron, como lo dije ante la visita no grata de Frédy nos amargó a todos la mañana hasta después del almuerzo que se largó.  

Fuimos un rato al patio, el señor Rigoberto no se sintió bien y Mael junto a Mafer lo llevaron a su habitación.  

— ¡¡Majo!! Dime que sí —pide Cristiano con una sonrisa coqueta.  

—Te dije que no, tú y yo somos amigos.  

— ¡¡Tsk!! Oye, ¿y no tienes el número de una prima soltera, o amiga que me pases? —le guiña un ojo.  

—No tengo primas… bueno, si tengo, pero no somos cercanas y viven muy lejos, y a mis amigas no te la presentaré porque eres muy mujeriego. No quiero que las ilusiones y les rompas el corazón —declara. 

—En tu cara —me burlo de él.  

—Eso me dolió mucho —Cristiano se hace el dolido.  

—Cristiano, eres todo lo contrario a Gustavo, deberías aprender de él, es un chico serio y no anda haciéndole ojitos a todas las chicas. —asegura y trago grueso.  

Cristiano se ríe a carcajada porque Majo no sabe nada de mí. Ella lo mira extrañada y yo solo sonrío.  

— Majo, tú no conoces a Gustavo. Ese hombre que parece que no mata ni una mosca, también es un rompe corazones —dañó mi imagen. 


Majo me mira asombrada.— Gustavo, ¿eso es verdad? —no me gusta mentirle a las mujeres. 


— Sí — confirmo. 

— Si vez. Yo no soy el único rompe corazón aquí. Aunque comprendo a las chicas, si yo fuera mujer  también me enamoraría de Gustavo, solo mira sus lindos ojos color miel y su hermoso rostro, ¿acaso no es precioso?  —pregunta, y me quejo cuando siento como golpea mi brazo.  

— ¡¡Auch!! —la mirada de Majo y Cristiano se fijan en mí.  

—¿Qué te hice? ¿Por qué te quejas? —pregunta Cristiano mirándome preocupado.  

—Ayer me caí y me lastimé el codo, y me duele —confieso.  

— Gustavito debiste decirme para tener cuidado —declara.  

—Ya lo sabes.  

—Espero te recuperes pronto —dice Majo.  

Después.  

Llegó la noche y me despedí de Cristiano, Mafer, Mael, Majo, y el señor Rigoberto. Llegué al departamento, me doy una ducha y me acuesto a dormir. 

[***] 

MALULI.  

Días después. 

Hoy es tarde de chicas. Maria Gracia, mis hermanas y yo venimos al spa a relajarnos. Majo se fue a depilarse, no es por ser mala pero se lo tiene merecido por no hacer caso. Cuando se hizo la depilación por primera vez tenía 14 años y le dijeron: "mejor espere hasta los 18 años, hay tratamiento durará más,  ya que a los 18 años el cuerpo se desarrollan por completo". Pero la niña insistió y se hizo la depilación a los 14 años y ahora que aguante el dolor de las sesiones por ser necia.  

Mi cuerpo se siente superrelajado por los masajes de las señoras. Venir al spa es algo maravilloso, entras toda cansada y sales como nueva.  

[***]  

Abrazo a Mafer. Habíamos entrado a la sauna y nos encontramos con la ex de Mael, y esa chica le dijo cosas muy feas a Mafer. Mi hermana aparenta ser una chica que no le duele nada, pero en el fondo es muy llorona.  

Pero lo que más me sorprendió en esa pelea es que Mafer dijera: "Estas miniaturas son a la que Mael le gusta y las disfruta, y no sabes cuanto".  Más, su confesión de que su relación con Mael no es tan inocente. Bueno, eso es normal en las parejas.  

[***] 

La tarde se nos pasó muy rápido. Mael vino por Mafer, y ambos se fueron a su casa. Voy a mi habitación, me doy una ducha tibia, me pongo el vestido de dormir y arreglo mi cama para descansar.  

Al día siguiente. 

Hoy es sábado y no hay clases. Majo y Magi insistieron para venir al parque y aquí estamos. Majo acompaña a Magi para que no se caiga o se vaya a extraviar. 


Me siento en el césped recién podado, saco mi libreta de dibujo y el carboncillo (el carboncillo de aquel día). Mene mi cabeza al recordar a ese chico. 

¿Qué estará haciendo ahora? ¡Agh! Maluli, ¿Por qué sigues pensando en él?  

Suelto un suspiro y me pongo a dibujar en paisaje. 

NARRADOR.  

Majo observaba a Magi para que no se cayera, en eso sus ojos visualizaron a una figura masculina conocida junto a una mujer. Ella sonrió con malicia, ya que le daría una lección. 

— Magi — llamó  a Magi, por el hecho de que ella sería parte principal del plan.  

—Dime, Majo.  

—Acompáñame a hacer algo —pidió sin dejar de mirar a su presa.  

—¿Y Maluli?  

—Ella está dibujando, no se dará cuenta... Además, no vamos a demorar mucho —aseguró. 

—Está bien.  

Magi y Majo se fueron hacia la banca donde estaba la pareja. Majo habló con Magi explicándole todo lo que tenía que hacer. 

[***] 

Cristiano se sentó en la banca de parque junto a una de sus conquistas llamada Angie. 

—Cristiano eres tan lindo —Angélica sonrió ilusionada.  

—Eso debería decirte yo, preciosa —agarró su barbilla y le dio un beso a solo media hora de conocerse. 

—Cristiano, eres increíble —mordió sus labios nerviosa. 

Cristiano le dio una sonrisa y esa pobre chica queda encantada. Él se le acercó al oído y le susurra con una voz ronca y sexy.  

—Si no te molesta podemos irnos a un lugar muy cerca de aquí —posó su mano en la pierna de Angie y la chica se estremeció hasta donde no debía—. Te haré gritar hasta delirar de todo lo que te haré —a Angie se le mojó la braga con solo oírlo hablar—. ¿No te molesta la idea?  

—Claro que no me molesta la idea, me parece muy buena.  

Cristiano se puso de pie y le dio la mano a la chica para ayudarla a ponerse de pie. Se iban a ir, pero una pequeña voz y un abrazo en las piernas detuvieron a Cristiano. 

—¡Papá te estaba buscando! —exclamó Magi. Angie al ver eso soltó la mano de Cristiano.  

—¡¿Tienes una hija?! —preguntó furiosa por qué a ella le dijo que era soltero.  

—No. Yo no tengo hijos, todavía no he traído a mis hermosos hijos al mundo.  

Cristiano miró confundido a Magi que no deja de abrazar su pierna.  

—Papá, ¿quién es ella? —Angie miró los ojos celestes de Magi y los azules de Cristiano. 

—Ella es la cuñada de mi primo —dijo tratando de calmar las aguas.  

—¡¡Y todavía niega a tu hija!! —al oír esa voz que fingía decepción comprendió quien había planeado todo —. Qué sinvergüenza, yo no sé que estaba pensado al enamorarme de ti. 

—¡¡¿Y tienes mujer?!! —Angie le dio una mirada fulminante.  

—Estamos casados —manifestó Majo aguantando la risa.  

—Eres un mentiroso, mujeriego —Angie le dio una cachetada a Cristiano dejándole rojo el cachete—. No te quiero volver a ver nunca, y no niegues a tu hija, padre irresponsable e infiel —vocifero, y se fue corriendo.  

Cristiano se sobó la mejilla y Majo se rio a carcajada, y Magi también, aunque no entiende por qué se reían. 

—Ustedes enanas locas me hicieron perder a la conquista, ya casi que caía en la tentación de esta preciosura.  

—Qué yo no te vea con mujeres Cristiano, porque te haré otra vez lo mismo. Espero que te sirva de lección y deje de jugar con los corazones de las chicas.  

—Papá, escucha a mamá —Magi se alejó de Cristiano y corrió hacia Majo.  

—Hiciste un buen trabajo, Magi —Cristiano niega.  

—No debería hacerlo después de lo que me hicieron, pero vamos a comer helado.  

—¡¡Si!! —dijeron al mismo tiempo.  

Y así los tres se fueron a comprar helado.  

MALULI. 

Termino de difuminar y mi dibujo está listo. Arreglos mis materiales y lo meto a mi bolso. Busco a Majo y a Magi con la mirada y no las encuentro. Comienzo a buscarlas, pero no las encuentro. Me lleno de preocupación, llamo a Majo, pero no contesta su celular.  

Sigo recorriendo el parque, y ella ni las narices. Me comienzo a desesperar al no encontrarla. 

¿Dónde se metieron? ¿Y si les paso algo? ¡No! No pienses en cosas malas.  

Mi mirada se percata en una cabellera morada al otro de la calle, intento cruzar la calle, pero me agarran del brazo y mi cuerpo es atraído y abrazado nuevamente. Puedo reconocer ese aroma, esa calidez, esa tranquilidad que es trasmitida por él.  

—Maluli — Escucho la voz de Majo y me alejó rápidamente de él. Mi mirada se cruza de nuevo con esos ojos como la miel.  

—De nuevo te salvé —sonríe con ternura, y yo me quedo tiesa como las estatuas al ver esa sonrisa.  

—¡Maluli, me asusté! Pensé que te había pasado... ¡Gustavo! —Majo lo mira sorprendida. Clavo mi vista en ellos dos y solo tengo una pregunta: ¿Cómo se conocen? Cabe recalcar que ya sé su nombre ... Gustavo.


—Majo, es un placer verte —le da una sonrisa amistosa.  

—Gustavo, ¿qué haces aquí? —pregunta el primo de Mael, si no me equivoco se llama Cristiano.


Dirijo mi mirada a Cristiano y veo a Magi que sostiene su mano, mientras con la otra sostiene  el helado.  

—Vine a pasear con Javier, ¿y ustedes? —pregunta, y lo miro de reojo. 

—Yo vine con una amiga, pero Majo me la ahuyento diciéndole que era mi esposa y teníamos una hija —Gustavo dirige su mirada a Magi, y ella ni cuenta se da por estar comiendo su helado.  

—Lo hice para que deje de andar de ojo de alegre —Majo sonríe por la maldad que le hizo a Cristiano.  

***Estoy confundida. ¿Cómo Majo y Gustavo se conocen? ¿Cómo Cristiano y él se conocen? ¿De qué me he estado perdiendo? 


Quisiera preguntar, pero me da vergüenza... No puedo esperar, necesito saber de donde se conocen.  

—Majo, me asusté demasiado al no saber de ustedes —llamo la atención de Majo.  

—¿Ustedes se conocen? —pregunta él.  

—Obvio, ella es mi segunda hermana mayor... Maluli —manifiesta Majo. 


Mi mirada se encuentra con la de él. Gustavo estira su mano...


***¿Qué hago? ¿Estrecho su mano? 


Miro fijamente su mano, se ven que están muy bien cuidadas, además tengo curiosidad de sentir su piel. Estiro mi mano y siento la suavidad de su piel al momento que nuestras manos se encuentran y se estrechan.  

—Soy Gustavo Centeno —sonríe y esa sonrisa me cautiva.  

Si me pidieran elegir entre una piedra preciosa y su sonrisa, definitivamente elijo su sonrisa.  

—Maria Lourdes Castillo.  

Siento burbujas reventándose en mi estómago, siento como si mi corazón estuviera flotando. Él en dos encuentros ha causado en mí; cosas inexplicables, cosas que son totalmente nuevas para mí, pero... Quiero comprender todo eso que estoy sintiendo, como por ejemplo: ¿Por qué quiero que sea él quien me haga comprender lo que mi corazón está experimentado? Necesito una respuesta a esa pregunta.  

NARRADOR. 

Majo quedó estupefacta, el helado se le cayó a Cristiano al ver como Maluli le dio la mano a Gustavo, ya que Majo le había  dicho que ella tenía un pequeño problema con los hombres, pero estaba viendo como a su amigo le daba la mano sin temor alguno.  

—¡¡Ya me quiero ir!! —exclama el pequeño niño de ojos color miel.  

Gustavo miró al niño, pero no soltó la mano de Maluli. Ella sintió hormiguear su estómago e incluso  pudo sentir los latidos de su corazón acelerarse.  

—Oye Majo, Gustavo no lo es tan indiferente a tu hermana —cuchicheó Cristiano.  

—¿Tú crees? Yo también pienso lo mismo —susurró Majo mientras Magi comía su helado.  

—Oye Majo, ¿si dejamos a Magi con ellos, y nosotros nos vamos a un motel a pasarla bien? —propuso con un tono de voz coqueto.  

—Cristiano ¿quieres morir? —amenazó Majo.  

—No — respondió en un tono burlón.  

—Maluli, Cristiano se quiere llevar a Majo a un motel —Maluli fulminó con la mirada a Majo y a Cristiano —. ¿Qué es eso? Yo también quiero ir... ¿Puedo ir? — preguntó Magi.  

Gustavo se dio cuenta de que le tenía agarrada la mano a Maluli y con delicadeza la soltó, ya que no quería incomodarla.  

—Lo siento si te incomode — Maluli negó con timidez.  

Gustavo le dio una sonrisa y se acercó a su hermano. Maluli solo le dio una mirada y fue con Magi. 

—Tú no puedes ir a ese lugar, ahí nada más van las personas grandes —declara.  

—Ya no quiero ir entonces.  

Maluli miró a Majo y a Cristiano, y por segunda vez se sintió segura de poder dialogar con un hombre.  

—¿A dónde te quieres llevar a Majo, Cristiano?  

Majo quedó sin palabras, Maluli le había dirigido la palabra a Cristiano, y eso era mucho por procesar.  

—Yo… yo a ningún lado —titubeó Cristiano, ya que después de Mael a la segunda mirada que le daba miedo era la de Maluli.  

—Te estaré vigilando —entrecierra los ojos.  

—Cristiano —se escucha una pequeña voz.  

—Javier tiempo sin verte, campeón.  

Maluli miró a Javier que agarraba de la mano a Gustavo, y sintió como su corazón se oprimió al pensar que talvez él tenía pareja y el pequeño niño era su hijo.  

—Te vi hace unos días que fuiste con Gustavo a casa —Maluli se sorprendió al oírlo llamar por su nombre,  y sintió curiosidad por saber que es Javier  para Gustavo.  

—Qué malo eres conmigo, dame una sonrisa —comentó Cristiano y Javier lo ignoró.  

Maluli caminó hacia Javier y le da una dulce mirada, ya que le parece muy tierno —¿Cómo te llamas? — preguntó con dulzura.


—Me llamo Javier, y soy el hermano menor de Gustavo —sin explicación alguna Maluli sintió un gran alivio en su corazón, pero no por mucho, puesto que así no fuera su hijo él podría tener pareja.  

—Yo me llamo Maria Lourdes, pero puedes decirme Maluli —acarició la mejilla de Javier.  

—Si porque Maria Lourdes es un nombre muy largo, Maluli está más corto —Maluli suelta una sonrisa. 

—¿Tienes un hermano? —pregunta Majo sin poder creerlo.  

—Si, Javier es mi hermanito menor —afirmó. 

Majo se acercó a Javier y Maluli regresó con Magi. — ¿Cuántos años tiene? —le preguntó. 

—8 años.  

—Tiene casi la misma edad que Magi.  

—¿Quién me llamo?  —le dio el último bocado a su helado.  

—Mira Magi, es un nuevo amigo se llama Javier.  

Magi le da una sonrisa y se acercó a él.  

— Me llamo Maria Gisel, pero puedes decirme Magi, tengo 7 años, ya voy a cumplir los 8 años. Estudio en Elite, ellas son mis hermanas y me gusta el color celeste ¿y tú? —manifestó Magi tan feliz.  

—¿Sabías qué hablas mucho? Eres una urraca molestosa —Magi se quedó sorprendida.  

Maluli, Majo, Cristiano y Gustavo se quedaron sin palabras.  

—Y tú eres un cavernícola sin corazón — contraatacó Magi.  

Magi le dio la espalda a Javier, caminó hacia Maluli y la agarró de la mano.  

—Ya me quiero ir, este cavernícola sin corazón arruino mi mañana —declaró.  

—Gustavo, vámonos ante de que la urraca molestosa comience a hablar más —manifestó.  

Los cuatro grandes no podían creer que se hayan caído tan mal eso dos enanos.  

—Javier, a las mujeres se las trata bien.  

—No me gusta mentir y ella habla mucho. Además, no me gustan las niñas que hablan demasiado y para el colmo fea —Gustavo miró apenado a las Marias.  

—Javier, como que tienes que ir a oftalmólogo, Magi es muy linda —opinó Cristiano. Javier miró a Magi.  

— Para mí es fea —aseguró encogiéndose de hombros.  

—Tú también eres feo, además, yo tengo un novio; así que fea no soy —Maluli y Majo miraron rápidamente a Magi.  

—Igual para mí sigues siendo fea, ya vámonos Gustavo —expresó enojado sin de mirar a Magi.  

—Siento mucho la actitud de Javier —se disculpó Gustavo por Javier.  

—Tu hermanito es tan diferente a ti —dijo Majo entre risas —. No puedo creer que le haya dicho fea a mi hermanita.  

—Son cosas de niño Majo  —cuestionó Maluli.  

—Javier es así, y no creo que cambie —dijo  Gustavo con resignación.  

—Es muy cruel, pero es tan lindo que es fácil perdonarlo —Majo se acercó a Javier y le jaló los cachetes —. Cuando seas grande vas a sacar suspiro.  

—¿Sabes qué? Lo qué me estás haciendo me duele... ¿Quieres que te jale los cachetes para qué sepas cómo se siente? —Majo sonríe apenada.  

Javier es tan diferente a Gustavo —se dijo a sí misma en su mente.  

—Está bien, ya no te los jalaré —Majo lo soltó y caminó hacia Cristiano.  

Gustavo pegó la mano en su frente. Todavía no podía creer que esa personita tan pequeña era así con los demás, y para completar era su hermano.  

—Nos vemos otro día, ya Javier se puso insoportable —expresó soltando un suspiro.  

La mirada de Gustavo chocó con la de Maluli causándole una oleada de sensaciones en su estómago.  

—Yo voy con ustedes —comunicó Cristiano, provocando que Maluli desvíe su mirada.  

—Está bien —Gustavo mira a la tres y con una cálida sonrisa se despidió de ella—. Espero verlas otro día, Majo, Magi, Maluli —este último nombre lo dijo con un tono muy diferente —, tengan un lindo —se dio la vuelta para irse, pero se detuvo y miro a Maluli.—. Maluli... ten mucho cuidado al cruzar la calle, hoy te salve de nuevo y no quiero que otro te salve —y con esas palabras se fue.  

Maluli solo pudo pestañear, sintió como la sangre fluía más por su corazón acelerando todo a su paso. Javier miró a Magi ante de irse y Magi también; ambos se miraron con coraje.  

Cristiano se quedó en silencio al oír la palabra de  Gustavo, miró a Majo que estaba igual de sorprendido que él. —¡Cristiano apura! —exclamó Gustavo.  

—Yo me voy, chicas nos vemos después — corrió hacia Gustavo.  

Majo miró a Maluli que estaba con su mirada puesta es Gustavo. Los tres hombres ingresaron al auto y este arrancó, y la hermosa mirada de Gustavo se conectó con la mirada de Maluli.  

—¡¡Aaah!! ¡¡Hicieron click!! —exclamó Majo feliz, se dio la vuelta para ver el auto de Gustavo alejarse.  

Majo no se perdió el momento que parecía de película. Ese choque de mirada desbordaba diferentes emociones.  

—¿De qué hablas?  

—¿De qué hablo? —la codeo —. Tú sabes de lo que hablo —le sonrió con picardía.  

—Estás loca. Mejor vámonos a casa, me pegué un buen susto al no verla cerca —expresó. 

—Ese cavernícola sin corazón me cayó mal, espero no volverlo a ver nunca —se quejó Magi perdiendo de vista el auto blanco.  

Maluli y Majo ríen.  

—Magi no digas eso —pide Maluli.  

—Ese niño me dijo fea y también me dijo que soy una urraca molestosa, y yo no soy una urraca... ¿O si?  

—Claro que no. Solo hablas un poco de más, pero no eres una urraca —opinó Majo acariciando la peluca a Magi.  

Majo miró a Maluli que estaba perdida en sus pensamientos. Ella sonrió al ver que Maluli estaba comenzando a perder su miedo hacia los hombres y todo se debía a Gustavo. Ella pudo comprender las palabras de Gustavo y descubriendo que él fue chico que la salvó, y sobre todo la hizo sentir segura. Incluso había demostrado esa seguridad que él le causó al haber estrechado su mano, y al hablarle a Cristiano. 

Majo esperaba que Maluli pudiera soltar ese miedo para que volviera a sonreír como antes. 

—Vámonos a casa — comunicó Maluli. Majo y Magi asiente con la cabeza. 

Las tres regresaron a casa con diferente emociones. Majo, feliz de la vida. Magi, enojada por las palabras de Javier. Maluli, confundida por todo las cosas raras que sintió.  

[***] 

—Majo me espantó a mi bella conquista —se lamentó Cristiano —, y hasta Magi se ofreció a su juego.  

—Como quisiera haber visto eso —Gustavo sonrió. 

—Me gané una buena cachetada, pero ya que, todavía tengo más —alardeó. 

—Más duro te hubieran cacheteado para que te quedara las manos marcadas en la cara —opinó Gustavo.  

—Gustavo, ¿por qué me dices eso?, lastima mi corazón —se lamentó modo dramática.  

—Cristiano, pareces un niño —declaró Javier —... No. Un niño no, yo soy un niño y no me quejo tanto como tú —agregó.  

Cristiano entrecerró los ojos y miró a Javier que estaba  jugando con su iPad  

—No te pareces a nada a mi Gustavito, él es más lindo, amigable, cariñoso. En cambio, tu pequeño enano, eres un amargado, bien te quedo el sobrenombre que te puso Magi, cavernícola sin corazón —se defendió. 

—Peleas con un niño, ¿no te da vergüenza Cristiano? Le diré a mamá que me dijiste amargado y lloraré para que te regañe —Cristiano abre la boca para hablar, pero se quedó sin palabras.  

Gustavo se rio a carcajada.  

—Si no le dices nada a la tía haré cualquier cosa que me pidas.  

—Interesante... Quiero que me hagas los deberes.  

—¿Tu deberes? —Cristiano frunció el ceño.  

—Sí. Quiero que hagas mis deberes. Yo soy muy inteligente, pero no quiero utilizar mis neuronas en algo tan básico. Tú harás los deberes que me dejaron para este fin de semana, y lo harás hoy Cristiano, o si no le digo a mamá y te va a regañar —Cristiano aprieta su mandíbula, Javier lo tenía en sus pequeñas manos.  

—Tu pequeño cavernícola, algún día me vengaré de ti.  

—Eso es una amenaza y te puedo denunciar, ¿lo sabías?  

—Haré tus deberes, Javiercito —confirma  entre dientes.  

—Solo Javier. Ahora déjame de molestar. —Cristiano rueda los ojos y mira a Gustavo.  

—Si fuera mi hermano yo ya lo había botado al río hace rato —manifestó. 

—Cristiano, yo tengo mucha paciencia, si no la tuviera ya te hubiera botado al río desde hace tiempo —Cristiano quedó sin palabras.  

—Gustavo, tus palabras hieren mis sentimientos —se limpió sus lágrimas imaginarias.  

—Dramático —murmuró Javier, pero se logró escuchar claramente.  

Mocoso malcriado ¡¡Ju!! —decidió ignorar a Javier y se puso serio—... Maluli, es muy linda —comenzó hablar con rodeos.  

—Me atrae mucho —dijo sin anestesia, y Cristiano solo pestañeó—. Ella tiene algo me gusta, no sé cómo explicarlo, pero ella es como una hermosa pintura, es bella y  atrae a cualquiera, pero no todos pueden descubrir el verdadero significado de la obra, no todos puedes ver lo que pintor trasmite en ella, Maluli es un enigma y quiero descifrarla. Y respondiendo tu pregunta, es muy linda. ¿Algo más que quieras saber?  

—No. Ya no quiero preguntar nada si ya me lo dijiste todo.  

—No me entendiste Cristiano.  

—La comparaste con una pintura, y para que lo hayas hecho es porque te interesa demasiado. Gustavo, te encanta y amas el mundo del arte, y tus palabras dicen mucho. Además, dijiste que te atrae, te gusta, eso es lo que quería saber. 

—Maria Lourdes —susurró Gustavo y sonrío con calidez. 

—¡¡Ay el amor!! Primero Maelo y ahora tú. Voy a salir con una diabetes crónica —se quejó, mientras Gustavo tenía una peculiar sonrisa en su rostro.  

MALULI.  

Entro a mi habitación y voy a mi escritorio, me siento y busco en mi libreta del dibujo que hice de él.  

Llevo la mano a mi pecho, en la parte donde se encuentra mi corazón que late muy rápido.  

—Gustavo —susurro.  

Cierro los ojos y pienso en él, en como estrecho mi mano, en su sonrisa, en su hermosa mirada color miel que te puede endulzar la vida con solo verla.  

Él ha estado más cerca de lo que pensaba. Es amigo de Mael, Mafer, Majo y Cristiano... Entonces... ¿Qué puedo ser yo para él? ¿Una amiga también? O ¿Talvez algo más?

~cerezos ★




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