Han pasado varios días desde la muerte del señor Rigoberto. Gustavo me ha escrito y no lo he ignorado, lamentablemente no he podido verlo en persona.
—¡¡Mael, Mafer!! —exclama Magi al verlos.
Ellos nos saludan, como siempre papá y Mael va al despacho a conversar, papá adora a Mael, ya que es el hijo que no tiene.
—¡¡Ay, pero que bello!! —grita Majo al ver su celular.
Todas las miramos. Ella no sonríe y se queda en silencio, ya me imagino que vio para alterarla así.
Dirijo mi mirada a Mafer y ella tan feliz, al parecer pasó algo. Mi celular suena y reviso la notificación... Gustavo acaba de publicar una foto en Facebook junto a una taza de café, leo lo que escribió.
Este café me recuerda a tus bellos ojos, mi hermosa obra de arte.
Mi corazón se acelera y mucho, pero se me detiene cuando veo el comentario de Angélica.
Tan lindo como siempre 💖
Salgo de Facebook y apagó el Internet. Otra cosa que he descubierto es que soy celosa (muy celosa). Me pongo de pie y voy a mi habitación a encerrarme.
Siento una curiosidad gigante, así que prendo el Internet y reviso el perfil de Angélica. Ella es tan linda y se ve que es muy amigable. Veo todas sus fotos y veo las fotos de ella y Gustavo cuando eran adolescentes... se ven tan enamorados y felices.
Eres lo mejor que me ha dado la vida ❤
Es el comentario que Angélica escribió en la foto. Gustavo respondió con un corazoncito, esto fue hace seis años, pero igual me llena de amargura.
Dejo mi teléfono a un lado y alzó mi mirada a los peluches. Quiero llorar y no sé por qué, esto es tan difícil para mí. Me dejo caer en mi cama y cierro mis ojos.
—¡¡Maluli, a almorzar!! —me levanto ante el llamado de Magi.
—Ya voy —respondo somnolienta.
Me pongo de pie y camino hacia el baño, me arreglo y bajo a almorzar. El almuerzo es ameno, todo está tranqui... Mafer sale corriendo al baño a vomitar y Mael tras de ella.
—Yo creo que está embarazada —le susurra Maria Gracia a papá.
—¡¡Un bebé!! —exclama Magi.
—Mafer siendo mamá —murmura Majo.
Papá se pone de pie y lo seguimos, supongo que Mael deja de ser el yerno favorito de papá hoy mismo.
Mafer y Mael salen del baño, él termina confesando que mi hermana está embarazada. Estoy feliz porque voy a ser tía.
Fijo mi mirada en papá y realmente espero lo peor, pero al ver su reacción he quedado sorprendida, papá está feliz por el embarazo de Mafer y asegura que es niño.
Terminamos del almorzar, Majo y yo nos tomamos a Mafer y la llevamos a mi habitación.
—¿Qué se siente saber que estás embarazada? —pregunta Majo.
—Bien, se siente bonito saber hay una vida que crece cada día en tu vientre.
—¡¡Suena bonito!! —exclama emocionada.
—Me siento feliz por ti Mafer.
—Gracias.
Ella acaricia su vientre plano, me llena de ternura al verla así, ella es joven, pero no tengo duda de que será una gran madre.
—Oye Mafer, ¿estaban en sus planes ser padres?
—Planificamos esto Majo, ambos queríamos ser padres —Majo lleva la mano a su boca.
—No se cuidan cuando lo hacen.
—No.
—Ya quiero tener mi primera vez —llevo mi mano en la frente.
—A ti hay que sacarte un poco de hormona, tienes demasiada —comento.
—Así me quiten las hormonas, las ganas que le tengo a Ismael no se me quitaran fácilmente —es que Majo no tiene vergüenza de hablar de esos temas.
—Majo, todo a su debido tiempo —manifiesta Mafer.
—Odio esperar. Mafer, si sigo siendo virgen es porque yo quiero que me desvirgue alguien en especial, oportunidades he tenido, pero la he rechazado —meneo mi cabeza.
Gracias a Dios que Ismael no está interesado en Majo, por no me imagino lo que pasaría si él se fijará en ella y Majo se entera.
—Maluli tienes razón, hay que sacarte un poco de hormonas —opina Mafer.
Ellas ríen.
Tocando el asunto del embarazo a mí también me gustaría ser madres, pero no ahora, sería cuando termines mis estudios, ya que quiero dedicarle tiempo a mis hijos. Yo voy a ser madre así sea por inseminación artificial.
Llego la noche y Mafer se fue junto a Mael, tan felices como siempre. Reviso mi celular y espero que haya un mensaje de Gustavo, pero no hay. Me pongo de pie y voy al baño, mi cuerpo necesita una ducha.
Salgo del baño lista para acostarme, no si ante verificar mi celular, muerdo mi labio al ver su mensaje.
¿Puedo llamarte?
Rápidamente, respondí, ya que quiero oír su hermosa voz. Casi seguido de haber enviado la respuesta él me llama y mi corazón baila de la felicidad.
Comenzamos hablar de nuestro día, le conté mi día omitiendo lo del embarazo de Mafer, eso es algo que no me corresponde decir. Él me contó su día y viajamos al pasado, él me contó su vida y yo no conté nada de la mía. La verdad: me encantó hablar con él, fue muy lindo haber escuchado su voz antes de dormir.
[***]
GUSTAVO.
Hoy Cristiano se va por lo que voy al aeropuerto para despedirme de él y de paso de ver a Maluli porque también va a estar, ella me lo dijo por mensaje. Ya volvió a ser la misma de antes y últimamente la he comenzado a llamar de noche preguntándole su día y es hermoso hablar con ella.
Cristiano se fue, Majo propuso comer pizza y todo aceptamos. Todos comenzamos a comer la pizza y mis ojos se fijan en la salsa que hay en la comisura de los labios de Maluli, ella alza su mirada chocando con la mía. Alzó mi mano y por primera vez toca su mejilla, su piel es suave como un algodón, con mi dedo pulgar limpio la comisura de sus labios y sus hermosos ojos café no dejan de mirarme.
Tengo un inmenso deseo de probar sus labios, el sabor de sus besos quiero besarla hasta quedarme si fuerza.
Siento las miradas del resto que nos acompaña y lentamente retiro mi mano de su mejilla. Le doy una sonrisa.
—Te habías ensuciado —aclaro mi garganta.
—Gracias —su voz me mata de amor.
Muerdo mi pizza y ella hace lo mismo, miro de reojo a las cuatro personas que nos miran y no disimulan.
MALULI.
Mi corazón casi se sale del pecho al sentir su mano en mi mejilla y cuando limpio la comisura de mis labios sentir que morí y reviví.
Mafer y Mael se van, ya que mi hermana se siente cansada.
—Cosas del embarazo —comenta Majo.
—¿Está embarazada? —pregunta Ismael.
—Si —confirma Majo.
Miro el rostro de Ismael y él sonríe levemente, y eso me sorprende ya pensé que se enojaría.
—Que bueno... ¿Ya se van a casa? —pregunta Gustavo.
Veo a Majo, suelto un suspiro. Yo no sé Ismael es ciego o se hace, porque a Majo se le nota que babea por él..., bueno, será porque él no lo sabe y yo si, por eso cada vez que tiene ese brillo en los ojos sé que es por él.
—Vamos al cine —propone mi traviesa hermana —, pero ustedes dos pagan todo — agrega Majo.
—Maria José —musito.
—¿Qué tiene de malo? Es normal que los chicos inviten a las chicas —dice sin una pizca de vergüenza.
—Nosotros pagamos —declara Ismael.
—¡¡Bien!! Vámonos rápido porque después no alcanzamos entradas —Majo mira a Ismael—. ¿Puedo ir en tu auto?... es para que no te sientas solo —agrega.
Eso ni ella se lo cree, ella va a aprovechar este momento para estar cerca de Ismael.
—Sí. Si puedes hacerme compañía —Ismael le abre la puerta a Majo.
—Ma... —Majo me interrumpe.
—Tú serás la acompañante de Gustavo, para que él no se sienta solo en el camino —dice y entra al auto de Ismael, él cierra la puerta y camino hacia la puerta del piloto y entra. Ellos se van y a mí me dejan con las palabras a medias.
—¿Nos vamos? —siento una corriente eléctrica que viaja por todo mi cuerpo haciéndome sobresaltar.
—Si —respondo controlando mis nervios.
Gustavo me abre la puerta y siento que los nervios se reúnen en mi estómago y me hace sentir hormigueos.
Él ingresa al auto y se acerca... en cuestión de segundo he muerto y revivido varias veces. Él me pone el cinturón de seguridad, creo que me voy a desmayar por tenerlo tan cerca de mí.
Mi respiración se vuelve pesada y mi pecho me va a delatar si él sigue muy cerca de mí, no sé si es que estoy loca o qué, pero puedo oír claramente los latidos de mi corazón. Todo en mí se tranquiliza cuando se separa de mí.
Suelto lentamente el aire comprimido y miro al hombre que me ha hecho sentir de todo en cuestión de segundo.
Mátame de amor y revíveme con besos...
Ando pensando bobadas..., yo ni siquiera sé besar.
Él enciende el auto y nos comienza a manejar...
Si tuviera que representarlo a él con colores no sabría que color elegir, porque para mí tiene todos los colores y eso lo hace muy especial.
Llegamos al cine, recorro con la mirada a Majo... se ve como rara e Ismael también, definitivamente esta mezcla de emociones me tiene mal.
Ingresamos al cine y Majo elige una película de terror. Al inicio todo va normal, como toda película terror. No soy fanático de venir al cine por la oscuridad que hay, pero hoy está Gustavo a mi lado y con él cerca no tengo miedo.
Creo que estoy dependiendo emocionalmente de... miro el peso en mi hombro y siento el deseo de recorrer su rostro con mis dedos. Gustavo se ha quedado dormido y su cabeza descansa en mi hombro, muerdo mi labio inferior. ¿Podrá escuchar los latidos de mi corazón?
Lo miro y él duerme, sus pestañas son tan hermosa que cualquier mujer dejaría tener, su fina nariz y sus labios son preciosos que te dan ganas de probarlo. Trago grueso porque quiero aprender a besar y quiero que sea los labios de Gustavo lo que le enseñe a mis torpes labios.
¿Puse atención a la película? Claro que no, ¿cómo voy a poner atención a la película si tengo a un hermoso ángel recostado en mi hombro?
La película llegó a su fin y aunque no quiera tengo que despertarlo. Llevo mi mano a su rostro, agarro su nariz y lo muevo despacio... Qué manera la mía de despertar al chico que me gusta.
—Gustavo —susurro.
—Estoy en el paraíso, escucho una linda voz llamándome —él me va a matar si sigue diciendo cosas bonitas.
—No estos en el paraíso; estamos en el cine.
El alza su cabeza y sus ojos me miran y siento que me derrito con calidez que emite.
—Ya es hora de irnos Gustavo.
El alza su mano y la acerca a mi rostro. Siento mis mejillas muy calientes y desvío la mirada.
—Eres muy linda.
Él se va acercando a mí y si no estuviera oscuro estoy segura de que él vería los siente colores del arcoíris que se están reflejando en mi cara, porque siento que estoy como el arcoíris.
Sus labios posa en mi frente.
—Por nada del mundo cambies, eres perfecta tal y como eres.
Él se separa de mí.
—Vamos, Maluli —asiento con la cabeza.
Ambos nos ponemos de pie y salimos de la sala de cine. Salimos del cine, Majo se va con Ismael y yo con Gustavo. Él me pide que le cuente lo que pasó en la película, ya que se durmió.
Le narré todo lo que mis ojos vieron (no vi casa nada por verlo a él). Al llegar a casa me despedí con la mano, a diferencia de Majo que ella se despido tanto de Ismael como de Gustavo con un beso en la mejilla.
Ingresamos a casa Majo se va a su habitación y yo a la mía, me lanzó en la cama y comienzo a dar vuelta en ella feliz, muy feliz porque tengo la sensación de que también le gusto a Gustavo y eso me llena de emoción.
Días después.
Todo está mal... primero la ex de Mael empujó a Mafer y eso nos pegó una gran susto. Después viene la policía a interrumpir nuestro momento familiar para llevarse a Mael por intento de asesinato. Mafer está muy agitada por todo, no sabe como sacar a Mael de esa fría celda.
¡¡Mafer!!
—¡¡Maru!! —exclamo e igual mis hermanas.
—¿Qué pasa? —pregunta papá.
—Maru, ella está en peligro, lo presiento, mi corazón me lo dice —dice Mafer llena de preocupación.
—Yo también siento lo mismo, Maru nos necesita —manifiesto.
Escuche claramente su grito de desgarrador, ella está peligro y lo hemos sospechado todo este tiempo.
—Papá, busca a Maru —pide Majo.
—Hijas no me digan eso —papá nos mira con temor.
—Papá ve a poner la denuncia, tengo el presentimiento de que ella está sufriendo demasiado —manifiesta Mafer tocando su pecho, al parecer también le duele el corazón como a mí.
—Señor, me puede dar el número de teléfono de su hija —pide Gustavo.
Papá le da el número a Gustavo y él comienza a hacer algo en su celular. Gustavo le dice algo a papá y él corre a hablar con la policía. Papá y Gustavo se van junto a la policía.
El dolor en el pecho no para, Maru está sufriendo demasiado, nuestros lazos de hermanas nos permite sentir su dolor.
Minutos después.
El escándalo llama nuestra atención y Mafer sale corriendo, Majo y yo la seguimos. Ingresamos y vemos como unos tipos golpea a Mael. Mafer grita desesperada para que lo dejen de golpear y en este momento al escuchar esa risa todo mi mundo se detiene y por mi mente vuelve los recuerdo de esa noche.
¡¡No por favor!!!, ¡¡¡Suéltame!!! —exclamo es un mar de lágrimas— ¡¡¡Ayúdenme por favor!!! —recibo un golpe en mi mejilla.
Lloro y trato de defenderme, pero ese ser despreciable me vuelve a golpear. Él quita mi ropa interior y de un solo, sin piedad alguna se introduce en mí.
Grito desesperada del dolor. Él se comienza a mover como un animal salvaje y sus sucias manos y boca tocan mi cuerpo.
—¡¡No por favor!!, ¡¡Para!!, ¡¡Por favor!! ¡¡para!!
Lloro porque siento las manos de ser repugnante recorriendo mi cuerpo. Siento dolor en alguna partes de mi cuerpo, caigo al suelo y me hago un ovillo y lloro porque no quiere que me toque, no quiero que me hagan daño, no quiero volver a sentir como ultrajan.
—Tranquila —me rodean y me toma entre sus brazos. Lo abrazo.
No quiero que me suelte, no quiero que me vuelvan a hacer daño, no quiero que me toquen, no quiero sentir eso tan asqueroso.
—No permitas que me hagan daño —pido entre lágrimas.
—Yo te protegeré Maluli.
—Gustavo —lo abrazo y lloro desahogando el dolor que me ha estado consumiendo esto cinco años.
Él me sienta en una banca y toma mi rostro entre sus manos y limpia mis lágrimas.
—Estoy contigo Maluli, absolutamente nadie te hará daño, yo estoy aquí —asiento.
Él se sienta a mi lado y me abraza y correspondo porque me siento muy mal, esa horrible risa me ha traído un horroroso recuerdo.
Poco a poco mi corazón deja de dolor, la calidez de Gustavo abraza mi a corazón.
Al oír que Mafer llama a Ismael me separó de Gustavo y él solo me sonríe.
—¿Te sientes mejor? —me pregunta Majo.
—Sí.
—Gustavo, muchas gracias por estar con ella —agradece.
—No la podía dejar sola —Gustavo toma mi mano—. Cuando te sientas mal no dudes en buscarme.
Miro esos ojos miel y siento mi como mi alma se tranquiliza.
—Gracias, Gustavo —musito.
Él me da la mano y me pongo de pie. Él se acerca y me da un beso en la mejilla y siento como una sensación bonita arrasa con el dolor que sentí al recordar esa noche.
—Tranquila. No recuerdes los malos momento, trata de recordar los buenos —asiento con la cabeza.
Los tres caminamos hacia Mafer. Nos despedimos de Ismael y Gustavo, ya que papá nos llevará a casa.
Papá nos deja en casa y regresa a la comisaría porque va a seguir buscando a Maru.
Mafer duerme con Majo y yo me quedo en mi habitación. Me doy una ducha y quedo un buen rato lavando mi cuerpo. Me siento asqueada de mi misma, quisiera arrancarme la piel y ponerme otra para ver si desaparece esa marcas que siguen tatuadas en mí.
Salgo del baño, me visto y mi celular suena. Contento la llamada sin ver quién es y al oír su voz siento calma.
Me acuesto en mi cama y hablo con él. Con solo oír su voz siento que ya nada me da miedo.
Me despierto y veo el celular a mi lado. Veo la llamada que finalizada de Gustavo, me quedé dormida y lo dejé hablando solo.
Me arreglo y me preparo y bajo a desayunar, pero Mafer sale diciendo que irá a hablar con Judit, a pedirle que diga la verdad. Majo y yo decidimos acompañar a Mafer, ya que tenemos que cuidarla, ella está embarazada y no quiero que le pase algo.
Al llegar al hospital Mafer únicamente pudo entrar a hablar con Judit, pasaron unos minutos y ella salió decepcionado de esa habitación. No vamos del hospital a la comisaría, nos dan la buena noticia de que hay prueba de que Mael es inocente y saldrá libre.
Mafer recibe una llamada y contesta. Ella preguntó sobre un hospital y colgó la llamada.
—Mafer, ¿quién está en el hospital? —pregunta Majo.
—Maru.
Mi corazón se acelera, de miedo y de la emoción a la vez. Mafer sale corriendo y nosotros tras de ella, Gustavo e Ismael nos llevan al hospital. Al llegar preguntamos por Maru y nos comunica que está en cesárea. Ella estaba embarazada y nosotros ni la más mínima idea.
Después de tantos minutos Maria Gracia llega a dar noticias. Maru tiene un hijo y nos contó todo lo que pasó y siento mucho dolor de solo pensar lo que tuvo que pasar todo este tiempo y nosotros nos hicimos nada por buscarla, por insistir en verla, absolutamente nada y eso me duele mucho. Ahora que ella ha regresado le daremos el amor que no hemos podido darle en estos meses.
Mafer y Mael van a comprarle ropa al bebe y a Maru. A pesar de todo lo malo que ha pasado estamos felices porque Maru está de vuelta, hay un bebe y Mael está libre.
—¡¡Ismael!!
Juan Pablo llegó alterado, y nos comenta lo que ha pasado con Mafer. No salimos de una para dentar a otra, vamos corriendo hacia donde están operando a Mafer.
Al llegar vemos a un Mael destrozado, Majo pregunta por ella y Mael responde: su estado es crítico. La noticia ha provocado que papá se desmaye, Ismael y Juan Pablo llevan a papá al médico y boy con ellos.
Papá se recupera y volvemos juntos a Mael, el doctor sale de quirófano y comunica que Mafer está fuera de peligro, eso me alivia el alma. Ismael y Majo se van a comprarle ropa al bebe y a Maru. Papá se va a ver a Maru y yo me quedo.
—Mafer está bien, ve a descansar un rato —sugiere Gustavo.
—Estoy bien Gustavo, no necesito descansar —dice Mael.
—Mael... Gustavo Tiene razón, debes descansar —opino.
—Maluli, yo descansaré cuando vea a Mafer —manifiesta.
—Así estaba ella... son tal para cual —Mael me da una so risa por mi comentario—. Mael, voy a ver al bebé de Maru, ya vengo —él asiente.
—¿Te acompaño? —me pregunta Gustavo.
Mael me alza sus pulgares en señal para que diga sí.
—Si tú quieres —él sonríe y mi corazón se estremece. Me doy la vuelta ante de que mi corazón se salga de mi pecho.
—¿Qué espera para seguirla? —escucho lo que Mael dice.
—¡Espérame! —me grita y una sonrisa se me escapa— Ya vengo —lo escucho decir y en cuestión de segundo está caminando a mi lado.
Llegamos a los cuneros y pregunté por el hijo de Maria Eugenia Castillo, la enfermera se acercó al la termocuna de mi sobrino. Desde la pared de vidrio aprecio al pequeño ser tan lindo que mi hermana trajo al mundo.
—Es hermoso —a pesar de que no estoy cerca de él, puedo ver lo lindo que es.
— Igual a las tías y a la mamá —miro a Gustavo y le doy una sonrisa.
—Gracias Gustavo —miro a mi sobrino.
—¿Por qué?
—Por estar con nosotras en este momento, mis hermanas y mi papá estamos muy agradecidas contigo e Ismael.
—Ustedes me importa y eso me es suficiente para estar dando mi apoyo siempre.
—Gracias otra vez.
—No ha de qué. Oye.
—Dime —veo las hermosas manitos del bebé.
—¿Piensas tener hijos?
—Sí.
En mis planes si estar ser madre.
—¿Cuánto te gustaría tener?
—Dos: un niño y una niña.
—Me parece bien, quiero que la niña se parezca a ti y el niño a mí —mi corazón da un vuelco.
¿Qué el niño se parezca a él? Eso solo sería si él fuera el padre de mis hijos.
Lo miro y él acerca su rostro muy cerca de mío.
—¿Sucede algo? —esboza una gran sonrisa.
—No, no pasa nada.
—Que bueno —sus ojos tienen un brillo muy especial.
Él va acercando su rostro más al mío y mi pobre corazón que ha tenido mucha emociones fuertes esta que sufre porque su dueña no sabe besar.
—¡¡Llegué!! —exclama Majo y él lentamente se aleja de mí.
Majo suele ser muy Inoportuna.
—¿Interrumpo algo? —me lanza una mirada llena de curiosidad.
—Dale la ropa a la enfermera, Majo —ella obedece.
Majo le da ropa a la enfermera y se va a llevarle la ropa a Maru. Me hago la loca y miro como visten a mi sobrino.
Gustavo se pone a mi lado de mí e Inconscientemente muerdo mis labios a sentir su aroma embriagante.
—Maite.
—¿Uhm? —lo miro.
—Me gusta ese nombre.
Lo miro y el alza su mano para tocar mi mejilla.
—Así se llamará mi futura hija.
Maite es variante de Maria.
—Me gusta ese nombre... —mi corazón se derrite por su bella sonrisa.
—¿Dónde está mi nieto? —no separamos ante la voz de papá.
—Es el chiquito de ropa turquesa —le digo.
—Es el niño más bello y hermoso —a papá le brillan los ojos.
—Es muy lindo —dice Maria Gracia.
—¿Cómo se llama? —pregunto ya que no sé su nombre.
—Ángel, ese es el nombre que Maru quiso, el otro lo elegiría después —manifiesta Maria Gracia.
—Él es un angelito en nuestras vidas, y el nombre le queda muy bien —digo mientras veo a mi sobrino.
—El pequeño Ángel Castillo —susurra papá.
—Papá, voy a ver a Maru.
—Ella estará feliz de verte.
Miro a Gustavo y me sonríe, me retiro del cunero junto a Gustavo y camino hacia oa habitación de mi hermana.
Gustavo se queda afuera esperando y yo ingreso. Majo está con ella, Majo me da una sonrisa y se retira de la habitación. Veo las lágrimas de mi hermana.
—Estás en casa Maru, te hemos extrañado mucho —la abrazo.
—Perdóname Maluli, por favor.
—Todo está bien Maru, yo te amo sobre todas las cosas.
—Gracias, Maluli.
No quiero llorar, pero lo termino haciendo. Tener a Maru de nuevo me hace muy feliz.
NARRADOR.
Mafer despertó y sus hermanas la fueron a ver. Maru confesó algo que provoco temor en todos. Los minutos fueron eterno y la noticias que comunicaron causa dolor en todos y más en el corazón de Mafer.
Mael había quedado en coma y las posibilidades de morir era alta. Con el pasar de las horas Mael salió del peligro de morir, pero no sabían cuando despertaría.
Meses después.
MALULI.
En estos meses ha pasado muchas cosas, la maldad de Galletana, Mael en coma, la reconciliación de Maru y Magi y algunas cosas más.
Majo consiguió trabajo y eso no es que me haga muy feliz porque Majo anda muy rara y no se despega de su celular, no solo eso, antes yo sabía su contraseña y desde que trabaja la cambio y eso me da mala espina.
Gustavo, desde el accidente de Mael no lo he visto en persona y no me ha escrito, me hace mucha falta sus mensajes.
Mafer y Mael están felices, la barriguita de mi hermana cada día crece y se ve tan bella.
Maru está feliz con Mario Ángel, mi sobrino es precioso, mi hermana siempre sonríe a pesar de todo lo horrible que vivió.
Papá, Maria Gracia están felices por sus nietos, Magi ella es feliz si todo el mundo es feliz.
El chófer nos deja en la universidad a Maru, ella se va rápidamente a su facultad y yo a la mía. Ya es tarde y todo es culpa de Majo, se quedó dormida y nos tocó esperarla.
Lo peor es que esta semana llega el remplazo de profesor Robert, espero que no llegue hoy, porque el profesor Robert muy buena persona y te permite entrar así llegue tarde.
No puedo creer que en quinto quinquemestre yo: Maria Lourdes Castillo. Por primera vez llega tarde a una clase.
Corro porque voy atrasada por casi diez minutos. Llego al salón que me toca y con temor abro la puerta.
Me quedo de piedra al ver esa hermosa figura.
—Llega diez minutos tardes, señorita Castillo.
¿Qué hace Gustavo aquí?
~cerezos ★
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Editado: 25.02.2022