Señor Corazón [serie Las Marías #2]

Capítulo 23. GPS.

—¡¡Maldición!! 

He buscado fotos de Óscar para ver si tiene la mancha o tatuaje, pero no encuentro nada. No tengo prueba que demuestren que él fue el que abusó de ella, pero tampoco tengo duda. 

Tengo miedo de lo que le pueda a hacer a Maluli, pero no puedo hacer nada sin una maldita prueba que demuestre que él fue. Lo que tengo hacer es conseguir prueba y estar al pendiente de Maluli. Veo mi reloj de mano, y se me ha ocurrido algo. Cierro la laptop y agarro mi celular. Es mejor prevenir que lamentar. 

Salgo del departamento, e ingreso al ascensor. Voy a hablar con Maluli, no voy a decirle que sospecho de Óscar, porque seguro que ella se encerrara en su casa y no quiero que Óscar intuya que sospecho de él, pero la pondré en alerta. Salgo del edificio y a pasos rápido voy hacia mi auto. 

Tengo que hacer ese trámite rápido, y para esto necesito la ayuda de Juan Pablo. 

[***] 

MALULI.

Me pongo un poco de bálsamo humectante en los labios, y salgo de mi habitación a la sala a esperar a Gustavo. 

—Mi corazón se ensancha de felicidad a verte sonreír tan seguido —dice papá, y procede a apapacharme—. Gustavo me ha dado un gran regalo... El poder verte sonreír de nuevo con tanta felicidad, es algo que no se lo podré pagar nunca —su voz se distorsiona. 

—Papá —sus ojos están aguados en lágrimas. 

—No estoy llorando. 

Él me apapacha con más fuerza. Papá sufrió con lo que pasó; sentir el rechazo de su propia hija por mucho tiempo le ocasionó mucho dolor. Y ahora al verme tan feliz, es normal que se ponga así. 

—Gracias, por estar conmigo a pesar de mis rechazos. 

—¡Ay, hija mía! Fue duro, pero jamás te dejaría sola, ni a tus hermanas tampoco. Su padre siempre estará con ustedes. 

Jamás cambiaría a papá por otro. Tendrá fallas, pero es el mejor padre del mundo. 

Papá deja de abrazarme al oír el llanto de Majo. Se me estruja el corazón, por su embarazo está muy sentimental, y creo que también la tiene mal lo que sea que haya pasado con Ismael. 

—Majo —dice incrédulo. 

—Estoy bien, estoy bien —limpia sus lágrimas. 

—Abrácenme mis Marias —todas abrazamos a papá—. Me falta mi tercer Maria para estar completos. 

—Ella sentirá nuestro abrazo —dice Maria Gracia. 

—Papá, no abrazarte mucho, estoy muy pequeña —se queja Magi. 

Papá la toma entre sus brazos y ella rodea su cuello y lo abraza. 

—Te amo mucho papá. 

Tengo un novio maravilloso, y una familia encantadora... Soy muy feliz. 

Él timbre suena y corro a abrir la puerta, y al ver su encantadora sonrisa me abalanzo sobre él y me abraza. 

—¡Llegaste! 

—Espero no haber llegado tarde. 

—Claro que no —nos miramos. 

—Sí que eres hermosa. 

Me da un beso bien intenso. Mi cuerpo se despierta, pero lamentablemente estoy en casa de papá, si estuviéramos en su departamento la cosa cambiaría. 

—Escapémonos —propone. 

—No podemos —susurro sobre sus labios. 

—Bueno, me quedaré con las ganas de hacerte el amor de nuevo —dice en voz baja. 

—Mañana me le escapo a papá. 

—A la 7 vengo por ti —musita. 

Nos reímos por lo bajo. Él deja de abrazarme y entrelaza sus manos con la mía. 

—Vamos, tu papá nos debe de estar esperando. 

—Sí. 

Tomado de las manos nos vamos a la sala, papá recibe feliz a Gustavo, y eso me llena de satisfacción, ya que los dos hombres que más amo en mi vida se llevan muy bien. 

NARRADOR.

En la casa de la familia Castillo todo era alegría, pero afuera de ella todo era furia, por el hecho de que Gustavo se ha adelantado a todo lo que él debía a hacer. Su obsesión por Maluli había crecido mucho con los años, y ya no quería que estuviera al lado de Gustavo, ya quería tenerla a su lado para según él "hacerle el amor siempre y hacerla muy feliz". 

Él se fue a su casa y al llegar fue a su habitación, donde había fotos de Maluli e incluso fotos de cuando la violo... Él se había tomado el atrevimiento de grabarla cuando abusaba de ella (cosa que Maluli no recuerda). Todas las noches veía ese video y se masturbaba, su deseo y obsesión por ella lo estaban tentando de eliminar a su rival. 

[***] 

Después de la cena, Gustavo y Maluli fueron al balcón, él la abrazó por detrás y cerró sus ojos por un par de segundo. Ambos se deleitaban viendo el hermoso paisaje nocturno. 

MALULI.

—Maluli. 

—Dime. 

—Tengo algo que contarte algo, pero no quiero que te llenes de preocupación, yo te protegeré. 

Siento un frío recorrer todo mi cuerpo, la voz de Gustavo es seria y eso me asusta. Me doy la vuelta y lo miro a los ojos. 

—Dime. 

—... La persona que abusó de ti puede estar merodeando muy cerca, y no te has dado cuenta. 

Mi cuerpo comienza a temblar inconscientemente; y esos recuerdos regresan de nuevo. 

—Maluli. 

Me quedo divagando en mi recuerdo, recuerdo agrios que me hacen daño. 

—Maluli. 

Él me abraza y solo correspondo sin decir una palabra. Tengo miedo de volver a pasar por lo mismo, no quiero que me vuelva a tocar, porque si lo hace no lo resistiría. 

—Yo te voy a proteger, pero necesito de tú me ayudes. 

—¿Cómo? 

—No quiero que le hables a ningún hombre, y mucho menos no te acerques a ellos, mantente siempre alejada pero sé discreta. 

—¿Por qué está cerca de mí? Ya no le basto con destruirme la vida esa noche —pregunto con la voz en un hilo. 

—Estoy seguro de que no te quiere para nada bueno... No dejes deje que ningún hombre que no sea tu papá, Ismael, Mael y yo se te acerque... Prométemelo. 

—Lo prometo... ¿Quién es? 

—Tengo una sospecha muy fuerte sobre una persona. No te puedo decir el nombre porque sé que le temerás y él sospechara... No quiero que él huya, quiero que pague con cárcel lo que te hizo. 

—Gustavo. 

—Estaré muy pendiente de ti. Desde ahora yo te llevaré a la universidad, y te recogeré. También quiero que utilices esto siempre. 

Él deja de abrazarme y saca de su bolsillo dos cajas. La primera caja es un reloj muy lindo. 

—Este reloj tiene un GPS —él lo pone en mi mano—. No olvides de ponértelo siempre, por nada del mundo olvides tu reloj —él abre la otra caja dejando ver unos pendientes—. Así mismo quiero que uses esto todos los días, no me puedo confiar solo en el reloj, debemos estar prevenidos ante cualquier situación. 

Su mirada evidencia preocupación, y tengo miedo de lo que me pueda hacer ese tipo otra vez. Gustavo retira mis pendientes y pone los nuevos. 

—Te protegeré a toda costa —él me abraza de nuevo—. No dejaré que nadie te haga daño de nuevo. 

Inhalo su aroma y cierro mis ojos, y me digo mentalmente: Gustavo me va a proteger, nadie me va a lastimar.

—Gracias por lo que estás haciendo. 

—Soy tu novio y te cuidaré siempre... Te amo. 

—También te amo. 

Me envuelvo en la calidez de su abrazo y, mi corazón y alma se tranquiliza. 

[***] 

—Descansa bien... Mañana vendré por ti a las 7 y punto —me da una sonrisa coqueta. 

—Está bien, te amo demasiado —lo abrazo de nuevo. 

—No pienses mucho en lo que te dije, no quiero que perturben tus sueños. 

—Estaré bien. 

Nos miramos y él me besa con ternura trasmitiendo una inmensa tranquilidad. 

—Te amo, y sueña conmigo. 

—Lo haré. 

Él me da otro beso y se va. Suelto el aire comprimido y miro el reloj. No debo olvidar lo de usarlo en ningún momento. Entro a la casa y me dirijo a mi habitación, me arreglo para dormir, y me acuesto. 

Estoy asustada, pero sé que Gustavo me va a proteger... Aunque quiero saber de quién sospecha Gustavo, para tener más cuidado. Meneo mi cabeza, y me acomodo en mi cama, no quiero pensar en ese tipo. Cierro mis ojos y pienso en Gustavo. 

[***] 

¡¡No por favor!!

Me levanto de un solo y llevo la mano a mi frente sudada, otra vez esa pesadilla, pero esta vez hubo una luz tenue que me dejó ver algo. Me pongo de pie y voy a mi escritorio, agarro un carboncillo y mi libreta, y comienzo a dibujar la forma de la mancha. 

Al día siguiente. 

Me termino de arreglar, hoy por primera vez después de mucho tiempo me he puesto una falda short. Escucho el auto de Gustavo y me quedo a esperar que venga por mí. 

Han pasado algunos minutos y al fin la puerta es tocado, me apuro en abrirla y me siento rara por su mirada intensa. 

—Te conozco sin nada de ropa, pero es la primera vez que utiliza algo corto. 

—La tenía guardado, y opté por ponérmela. 

—Te queda muy bien —saborea sus labios. 

—Solo me la puse por ti, jamás saldría a la calle con esto —él se ríe. 

—Agradecido con la vida —se me escapa una risilla. 

—¿No vamos? Ya le pedí permiso a tu papá. 

—Siendo así no me puedo negar —él me da un beso que me quema. 

Muerdo mis labios al terminar el beso. Todo es tan diferente y me gusta. Salgo de mi habitación y me voy a junto a mi novio. 

[***] 

Llegamos al departamento y ni bien cierra la puerta se adueña de mis labios. Sus manos se cuela en mi blusa y la va alzando, él deja de besarme y retira mi blusa. 

—Me tienes mal —toma entre sus brazos—. Hoy no te me vas a ir fácilmente, conseguí permiso hasta la 10 de la noche. 

Me río por lo bajo, y él comienza a caminar hacia la habitación. 

—¿Tienes un buen suegro? 

—El mejor. 

—¿Me puedes abrir la puerta? 

—Si señor. 

Abro la puerta y él acelera su paso hasta llegar a la cama. Me acomoda como siempre con cuidado y comienza a quitarse la ropa hasta quedar solo en bóxer. 

—Cuando quieras me puedes dibujar —se comienza a acercar a mí como un león cuando va caminando despacio para atrapar a su comida 

—Suena muy interesante la idea —él se acerca a mi rostro y ronronea. 

—Mi hermosa obra de arte, te adoro. 

—Gus... —me besa con fiereza. 

Siento que me inyecta una dosis de adrenalina bien potente. Jadeo al sentir su erección, y más al sentir su mano en mi muslo apretándolo con cautela. 

Me fascina muchas cosas de Gustavo, pero adoro que a pesar de ser apasionado él siempre se preocupa por mi comodidad y sobre todo siempre procura tratarme con delicadeza. 

[***] 

GUSTAVO.

Paso mis dedos por su piel, y ella sonríe. Sobo el pendiente que le di ayer... Con ayuda de Juan Pablo logre poner un GPS tanto en los pendientes como en el reloj, así estaré alerta de cada movimiento que ella haga. 

—No te he dicho algo —expresa. 

—¿Es algo malo? 

—No lo sabría decir. 

Ella se pone de pie y agarra su falda, del bolsillo de la falda saca una hoja y me la entrega. 

—Anoche tuve otra pesadilla, pero esta vez pude divisar la mancha o mejor dicho el tatuaje. 

Abro la hoja rápidamente y analizo el dibujo de la cara de un oso salvaje. 

—Gracias por enseñármelo, esto hará más fácil la búsqueda. 

—Espero y atrapen a ese miserable. 

—Lo haré. 

Ella se acerca a mí y se pega en mi pecho, la rodeo y la lleno de cariño. Su pasado quiera volver a su presente, y no voy a permitir eso. 

Sospecho de Óscar, y ahora que ya tengo el dibujo del tatuaje; será más fácil ver si él es el violador.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.