Señor Corazón [serie Las Marías #2]

Capítulo 24. Al descubierto.

MALULI. 

—Descansa —me da un casto beso. 

—Tú también mi corazón —susurro sobre sus labios. 

Gustavo se va e ingreso a casa. 

—¿Disfrutaste de tu día? —Me pregunta Maru. 

—Bien... ¿Nada que se duerme? 

—Hoy ha estado dando mucha guerra. 

Me acerco a mi sobrino y tocó su pequeña nariz. 

—Ya tienes que dormirte, tu mamá tiene clase mañana. 

—Mamá. 

Él ya le dice mamá, cuando hablo por primera vez Maru se puso a llorar de la emoción e incluso tiene grabado el momento con uno de sus más bellos recuerdo. 

—¿Qué paso amor? 

Él la abraza y ella da suaves palmaditas en su espalda. Se me enternece el corazón al verla tan cariñosa con Mario Ángel, para ella su hijo lo es todo, lo adora con locura y es digno de admirar después de lo que vivió. 

—¿Durmió en la tarde? 

—Sí. Él se levantó a la 7 pm, estoy segura de que es por eso que todavía no se duerme... Ve a descansar Maluli, mañana nos toca madrugar. 

—¿No quieres mi compañía? 

—Estoy bien, ve a descansar. 

—Buenas noches. 

—Buenas noches —le doy un beso a mi sobrino, y a Maru en la mejilla y voy a mi habitación. 

Me divertí mucho con Gustavo, hicimos muchas cosas que me olvidé por completo que ese ser innombrable está de regreso. Suelto un suspiro y voy al bañar a darme una ducha. 

El ser ultrajada es una de las peores cosas que le puede pasar a una mujer... Ese sentimiento de culpa, de humillación, de asco, de dolor no se puede curar fácilmente. Un corazón marcado por la desgracia no puede sanar de la noche a la mañana; toma su tiempo. Pero cuando hay amor el temor se va apaciguando y poco se va soltando ese pasado hasta poder ser libre de él por completo. Aunque, no todas las mujeres que sufren de una violación logra encontrar ser libre de ese dolor. 

Me termino de arreglar y salgo del baño, y voy a tocador al cepillarme el cabello. Me miró al espejo y ya no veo esa oscuridad que me opacaba y no me dejaba brillar, ya no veo esas marcas que me atormentaban y aunque tallaba mi cuerpo con la esponja para borrarla no salían, ya no hay tristeza, pero aún hay miedo porque esa persona ha regresado y quiere hacerme daño de nuevo... Pero está Gustavo, que es mi arcoíris y mi señor corazón que me hace tan feliz, y sobre todo me hace sentir muy segura, y me va a proteger. 

[***] 

NARRADOR. 

Pasaron varios días, Gustavo cumplió su palabra de llevar y traer a Maluli de la universidad. También tenían sus momentos de pasión y mucho amor. 

Pero no todo era alegría, ya que cada día una vida crecía en el vientre de Majo, ella amaba y ama a su bebé, el problema era como manifestarle a Mario que estaba embarazada. Aunque, Samuel se ofreció a ayudarla y ella aceptó. 

Maria Gracia notó que Majo estaba embarazada, pero prefirió callar. Mafer vio que algunas partes de su cuerpo crecieron, pero pensó que era cosa del periodo. Maru la vio vomitando, pero le creyó la mentira de que solo era la comida que le había hecho daño. 

Majo le comento a Maluli lo que haría; ella se negó, pero al verla tan decidida la apoyó. Lo difícil era decirle a Mario, pero tenía que enfrentar sus actos. 

Maluli sufría por la reacción que tendría su padre, y al momento de confesar la verdad Mario quedó anonado, jamás espero que Majo saldría embarazada. Él pedía el nombre del padre, pero Majo no daba respuesta. Samuel hizo acto de presencia, y tras hablar con Mario y haberle expresado su decisión, Majo se iría a culminar sus estudios a otro país junto al "padre de su bebé". Todo estaba fríamente calculado y la menor de las cuatro Marias mayores se marcharía en pocos días. 

Maluli se despidió de Majo entre lágrimas, ya que solamente ella sabía que Majo no iba a regresar después de culminar sus estudios. Ella a toda costa iba a evitar que Ismael no conociera a su bebe, por el hecho de que sospechaba que se iba a parecer a él, por el motivo que cada vez que comía brócoli iba a vomitar, e Ismael detesta el brócoli. 

Por otro lado, Gustavo no había encontrado nada que confirmara su sospecha. Cuando Gustavo fue a ver a Maluli a la universidad al propósito le tiro un jugo encima a Óscar, y se ofreció a prestarle una camisa "extra" que cargaba en su auto para qué la usara. Óscar se cambió delante de él y no vio tatuaje, cosa que lo molesto, ya que dedujo que se lo había borrado y no se equivocaba. Sin la prueba más grande no podía hacer absolutamente nada más que esperar un movimiento falso de él. 

MALULI.

La casa sin Majo no es la misma, hace falta su alegría y sus travesuras. A pesar de que se fue no me confesó que fue lo que pasó con Ismael, lo bueno es que Samuel la apoya y sobre todo la ama mucho, y no solo a ella, sino al bebé que esperar. 

Escucho el auto de Gustavo y agarro mis materiales de pintura, ya que tengo clase práctica. Bajo rápidamente, me despido de mi familia y salgo de casa a los brazos de mi novio y nos besamos. Él todos los días me viene a ver y me viene a dejar a casa, no sé cómo saca tiempo, pero me siento más segura con él a mi lado. He hecho caso a lo que me pidió y no me he acercado a ningún hombre, a veces el profesor Óscar intenta acercarse a mí, pero lo he evitado; él es una persona, pero tengo que hacerle caso a Gustavo. 

Al cortar el beso, él besa mi frente y seguido me abre la puerta de su auto. Ingreso, acomodo mi cosa y él también entra al auto, me toma de la mano y nos vamos a la universidad. 

Al llegar nos despedimos con un beso, y él se queda fuera de la universidad hasta que yo ingrese. Esta vez Bárbara no me recibe porque se fue de vacaciones con el profesor Robert, pero regresara el lunes. Bárbara es muy feliz con el profesor, aunque su relación no la sabe mucho, ya que por ética profesional una alumna no puede salir con su profesor... Aunque, los padres de Bárbara si saben de su relación, pero no se molestaron por su relación, puesto que la diferencia de edad entre ellos también es grande, y no puede prohibirle a su hija algo que ellos también hicieron; eso fue lo que me comentó, pero la cuestión es que es feliz. 

Camino y chocó, pero esta vez yo no soy la culpable. Miro a Óscar y rápidamente me agacho a recoger mis cosas. 

—Parece que me estuviera evitando —él se acuclilla. 

—No. Es solo que ando despistada por la ida de mi hermana. 

No le voy comenta lo que realmente pasa. 

—¿Cuál de todas? 

—Majo, ella se fue y me hace falta. 

—Entiendo, pero ya debes irte acostumbrando a eso. 

—Es difícil —hay un silencio sepulcral, miro lo que Óscar mira y rápidamente le arrancho la hoja. 

Estos últimos días no sale de mi cabeza el tatuaje de oso y lo he estado dibujando constantemente, y eso es lo que el profesor Óscar acaba de ver. 

—¿Hice algo mal? 

—No, es cosa mía. 

—Me gusta tu dibujo. 

—Gracias. 

Recojo mis cosas, me pongo de pie y me voy. No sé quién sea el malhechor que está detrás de mí, y el profesor Óscar es una buena persona y no quiero meterlo en problemas por mi culpa. 

Ingreso al salón de clase y comienzo a acomodar mis materiales. Pasan algunos minutos y la profesora ingresa comenzando mi agotador día de clase. 

ÓSCAR.

Remuevo mi maldita corbata, si no hago algo me van a descubrir y no quiero terminar en la cárcel. Ese pintorcito está arruinando mis planes, y anda metiéndose donde no debe... No soy un asesino, pero él se ha buscado que lo elimine de este mundo. Además, muerto el perro se acabó la rabia, con él fuera de la vida de Maluli me quedará el camino libre para estar cerca de ella sin utilizar de nuevo la fuerza. 

Ese pintorcito ha sido inteligente, ahora entiendo el motivo por el cual se portó medio amigable aquel día que me tiro el jugo, pero un error me advirtió de todo lo que talvez planea hacer, que bueno que me elimine el tatuaje en su debido tiempo, definitivamente no me equivoque al hacerlo. 

Pronto Maluli será mía, pronto estará en mis brazos, y nos amaremos con mucha pasión. Ya ansío tenerla en mi cama completamente desnuda... Y de ese pintorcito me encargaré muy pronto. 

~cerezos




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