ISMAEL.
Una de la tarde, he llegado a tiempo. Busco a Maluli con la mirada, pero no está, y es raro porque siempre está cuando llego. La llamo, pero no me contesta... Salgo del auto y miro a mi alrededor. Hay algunos estudiantes y es raro que ella no haya salido. Corro hacia la universidad y pregunto al portero.
—¿Ha visto a una chica cabello Castaño semi recogido, tiene una falda celeste y una blusa blanca? Lleva una mochila lila.
—Lila... Yo vi a una chica con esas descripciones hablando con un niño, y se fue él.
¡¡Ay, no!!
Llamo a Gustavo.
—¿Qué paso?
—Ubica a Maluli, ella no está en la universidad. El portero me dijo que se fue con un niño.
Hay un gran silencio que me embarga de preocupación.
—¡¡Maldición!! Ese maldito la tiene.
—Gustavo... ¡¡Gustavo!!
Él me colgó. Corro hacia mi auto. Gustavo irá por ella y no está en condiciones para enfrentarse con ese tipo.
GUSTAVO.
El garaje se abre, entró y agarro una de la llave e ingreso al auto. No dejaré que ese desgraciado le haga daño. Enciendo el auto de Ismael (tiene algunos) y me voy a toda velocidad.
El GPS me está direccionando a un lugar remoto, espero y Maluli este bien... Espero llegar a tiempo.
NARRADOR.
Ismael intentó llamar a Gustavo, pero él no contestaba. Él le comunicó a Mael y a Juan Pablo, y como este último se había encargado del GPS que estaba el reloj y los pendientes tenía la ubicación de Maluli. La policía también había sido comunicada por lo que también iban en busca de Óscar.
Óscar creía que todo había salido a la perfección, pero nunca se percató del reloj. Maluli iba inconsciente y amarrada en el auto.
[***]
MALULI.
Abro mis ojos y miro todo a mi alrededor. Estoy como en una casa abandonada, llena de mucha suciedad. Me remuevo, pero estoy atada en una silla.
—Amor, despertaste.
Mi cuerpo tiembla por sí solo. Óscar se pone en frente de mí, toma mi rostro a la fuerza y me besa causando repugnancia en mí.
—¡¿Por qué no corresponde a mi beso?! Eres mi mujer, por lo tanto, debe corresponderme —cuestiono con los ojos echando chispa de la rabia.
—¡¡Eres un maldito, te odio!!
—¡¡Cállate!! —me pega una cachetada.
—¡¡Te odio!! —recibo otra cacheta y siento el saber a hierro en mi boca.
—Amor, ¿qué te pasó? —limpia la sangre de mis labios—. Tranquila, yo te cuidaré, mi niña, mi amor.
—No me toques —digo entre dientes.
—¿Te acuerdas cuando hicimos el amor? La pasamos también —acaricia mi cabello con sus sucias manos.
—Cállate, me das asco... Eres un maldito violador, me destruiste la vida.
—No digas eso... Tú y yo hicimos el amor, tú también lo querías, tú me lo pediste en mis sueños —paso sus manos por mi brazo.
Lloro de la angustia, yo no quiero estar cerca de él.
—No llores... Sé que estás confundida por culpa del pintorcito... Pero yo te haré olvidar de esa basura. Él te hizo daño, yo solo quiero protegerte de él.
—¡Tú eres quien me hiciste daño! ¡Tú arruinarte mi vida...! Por tu culpa sentí que moría, me sentí tan asqueada y viví atormentada por esa maldita noche. ¡No sabes cuanto te odio vil alimaña!
—No me digas eso, yo te amo demasiado... Desde que te vi, me enamoré de ti, de tu sonrisa, de tus ojos, de tu voz... Todo eso hizo que te deseara mucho.
—Eres un enfermo.
—No. Yo solamente quería que fuera exclusivamente para mí... Yo quería ser el primero en tu vida... Moría de celos cuando los chicos se acercaban a ti con la intensión de ser tus novios, yo no podía permitir que tus labios y tu cuerpo fueran de otro. Tú únicamente eres mía, solo yo puedo tocarte... Aunque, ese pintorcito lo ha hecho y tú has correspondido... ¡¡¿Por qué lo hiciste?
—Porque mi cuerpo, mi alma y corazón lo deseado. Quería entregarme al amor de mi vida, porque quería sentir el verdadero placer, quería saber lo que realmente era hacer el amor.
Me da otra bofetada.
—Eres una perra, pero yo me encargaré que te olvide de él. Te voy a hacer el amor a diario, me adueñaré de cuerpo, dejaré mis huellas de nuevo es tu piel. Tú era mía.
—Así firmes tu nombre o dejes tus marcas asquerosas en mi piel nunca seré tuya, porque tú nunca lograrás tener mi corazón y sobre todo... Nunca lograrás que yo diga tu nombre entre jadeos.
Me da otra cachetada.
—Nunca lograrás lo que Gustavo ha logrado, nunca serás él... Mi cuerpo nunca te deseará porque lo único que siente por ti es asco.
—Me amaras, yo lo sé.
Él me agarra del cabello con fuerza haciéndome gritar. Saca una navaja y corta la soga con la que me tiene amarrada.
—Te haré amor de nuevo, tu cuerpo debe reconocer a su dueño.
Sus ojos me miran con lujuria, mientras los mío lloran y lo miran con asco. Él me suelta y a rastras me lleva a la cama y me tira. Él se abalanza sobre mí como y depredador hambriento.
—Eres mía.
Comienza a besarme y a tocarme.
—¡¡No lo hagas!! ¡¡No me toques maldito!! ¡¡Noooo!!
Él besa mi cuello mientras sostiene mi mano con fuerza. Para que me mueva.
—¡¡Aléjate de mí!!
Él me pega en el estómago dejándome sin aire de dolor. Él quita mi falda y lleva su mano a mi vagina tocándome sobre mi braga. Lo pateo y trato de huir, pero me agarra y me tira bruscamente en la cama.
—¡¡Te odio!! —exclamo en llanto.
—Me amaras.
—Nunca te amaré, lo único que sentiré por ti es odio.
Él me toca y siento impotencia por no poder defenderme. Como quisiera tener fuerza para no permitir que me toque.
—Al fin te encontré maldito —Gustavo me salva de Óscar y se abalanza sobre él—. Date por muerto.
Él comienza a golpearlo.
—¡Gustavo! —grito en llanto.
—¡Vístete y vete de aquí!
Óscar se defiende, pero Gustavo no se deja de él.
—Eres un desgraciado, un malparido. ¿Cómo te atreves a pegarle y a tocarla sin su consentimiento?
Gustavo ha pedido el control de sí mismo, él está lleno de odio.
—Gustavo detente —no quiero que ocurra una desgracia.
—¡¡Qué te vayas!!
—Sobre mi cadáver, no dejaré que se vaya.
Óscar tira a Gustavo al suelo y lo golpea.
—¡¡Gustavo!!
—Te mueve y él se muere.
Óscar comienza a golpearlo, y no puedo resistir. Me levanto para tratar de defender a Gustavo, pero Óscar me tira contra la pared haciendo gritar del fuerte dolor.
—¡¡Maluli!!
GUSTAVO.
Maluli se desmaya, y siento una adrenalina recorrer todo mi cuerpo—No te lo voy a perdonar —me pongo de pie a pesar del dolor y me lanzo golpearlo.
—¿Qué me vas a hacer?
Lo golpeó y lo tiro al suelo. Con todo el odio que siento le doy una patada en pelotas haciéndole gritar de dolor.
—Miserable —le pego otra vez y me le tiro encima a molerlo a golpe.
—Eres un ser repugnante, una escoria, el asco recreado en persona. ¿Cómo te atreviste a abusar de ella? ¿Cómo te atreviste a golpearla? ¿Cómo te atreviste hacer le daño? —él no responde.
Mi mano está sucia de sangre, pero aun así no dejo de golpearlo, no me importa matarlo a golpes.
—¡¡Gustavo detente!! —exclama Ismael.
Me detienen para que deje de golpear a ese depravado.
—¡¡Suéltame!!
—Llevártelo Ismael —pide Juan Pablo.
—¡¡Déjame matarlo a golpe, porque es lo que merece!!
—¡¡Gustavo!! ¡¡Piensa en Maluli!! —Grita Mael haciéndome entrar en razón.
Miro a mi novia en los brazos de Mael.
—¡Suéltame!, ¡Suéltame Ismael!
Él me suelta y voy hacia ella, la tomo entre mis brazos mientras las lágrimas llena de amargura ruedan por mis mejillas.
—Maluli, amor, despierta... Maluli.
—Gustavo... —musita. Balbucea
La abrazo y lloro como nunca lo he hecho antes.
—Perdóname, dije que él no te volvería a tocar y lo hizo... ¡¡Perdón!!
—Gracias por venir a salvarme y por estar bien. Te amo —susurra.
NARRADOR.
Maluli y Gustavo lloraron mientras que la policía llegó y se llevó a Óscar inconsciente pero vivo.
Mael se llevó a Gustavo y a Maluli al hospital, mientras Juan Pablo e Ismael fueron a dar sus declaraciones a la comisaría.
Nadie sabía nada de lo ocurrido, pero aun así Mael llamo a Mario y le comunico. También llamó a Mafer y le contó todo, ella quería ver a su hermana, por lo que Mael fue por ella. Por otro lado, Maluli y Gustavo fueron atendidos.
Gustavo sería operado de nuevo, ya que el trascurso de la pelea su nariz fue golpeada quedando estropeada y necesitaban hacerle unos arreglos nuevamente.
Mario llegó a hospital junto a Maria Gracia y Maru. Al ver a su hija la abrazo y lloro. Al él se le partió el corazón al saber que iban a abusar de ella de nuevo, que la golpearon y él ni enterado. Las lágrimas no faltaron, pero estaba la sensación de libertad, al fin Óscar había sido atrapado y no molestaría más.
GUSTAVO.
Llevo la mano a mi nariz virada. Mientras golpeaba a Óscar no sentir dolor, pero en este momento si lo siento y mucho.
—Gustavo —miro al señor Mario.
—Dígame, señor.
—Gracias por todo lo que has hecho por Maluli —me mira con agradecimiento.
—No hay de qué.
Él se me acerca y me abraza.
—Te debo tanto, que no sé cómo pagártelo.
—Si deja que Maluli viva conmigo.
Él se separa de mí.
—Sabes sacar provecho de las situaciones.
—Diga que si —pido con una sonrisa.
—Ella tomará su decisión.
—¿No se va a oponer?
—Gustavo, cuando eres padre quieres un buen hombre a para tu hija, y sé que tú eres ese buen hombre que quiero para Maluli.
—Gracias por la confianza.
—Te la has ganado... Me he quedado mucho tiempo, Maluli quiere verte... Maluli, puedes entrar... —vocifera—. Es que quería hablar a solas contigo —agrega con una sonrisa.
La puerta se abre y su hermosa cara está toda golpeada, pero aun así no deja de ser bella. El señor Mario va hacia ella y me la trae a mi lado.
—No quiero ser mal tercio.
Le da un beso en la frente y se retira de la habitación. Los ojos de Maluli se empañan de lágrimas.
—No llores, ya todo pasó.
Ella se limpia las lágrimas y me da una sonrisa.
—Te amo, Gustavo —me abraza—. Yo, estoy muy agradecida con la vida por tenerte a mi lado.
—Te amo, mi hermosa obra de arte.
Ella se sienta en la cama y tomó su rostro entre mis manos.
—Sé que no es momento, pero no quiero amargura, yo quiero felicidad. Maluli, ¿quieres vivir conmigo?
Todavía no le voy a pedir matrimonio, ya que no tengo anillo a mano.
—Sí. Si quiero.
—Prometo cuidarte, y amarte siempre.
—Prometo esta a tu lado siempre, y a amarte eternamente.
La beso con ternura. Estoy adolorido... bueno, estamos adolorido, pero siempre hay tiempo para el amor.
~cerezos ★
#3093 en Novela romántica
#1113 en Otros
amor romance confianza, recuerdo triste, superacion felicidad
Editado: 25.02.2022