Capítulo 1434 - Veneno de Maldición del Dios Absoluto

El rostro macizo del Santo Dios se disipó en el vacío, pero los corazones de todos los Santos de los Cielos se hundieron, ya que antes habían escuchado de forma similar las palabras del primero.

Parecía que el Tercer Dios había sido asesinado...

La figura de Zhou Yuan apareció junto a Yao Yao casi a la primera, agarró aquella piel de gato blanca como la nieve y miró la marca negra de veneno que se retorcía y expandía lentamente en su palma, su rostro se volvió inusualmente feo.

La cicatriz venenosa parecía ser sólo un dedo más o menos, pero el aura ominosa y siniestra que emanaba de ella era algo que la gente no se atrevía a tocar.

Las figuras de Cang Yuan y los demás también aparecieron al lado de Zhou Yuan, mientras miraban la cicatriz venenosa, sus caras estaban igualmente algo aterrorizadas, porque en su percepción, si esta aura venenosa caía en sus cuerpos, me temo que se convertirían en un charco de sangre negra y agua en cuestión de momentos, y cualquier apuntalamiento frente a esta aura venenosa sería frágil y débil.

"Qué veneno tan aterrador". Las cejas de Cang Yuan se tensaron y su voz era grave.

"¿Es esto lo que pretende la Raza Santa esta vez con todo su ajetreo?". Otro Santo del Loto Gemelo apretó los dientes.

Ahora que la encarnación del Dios Santo se había disipado, las intrigas del Clan Santo estaban completamente expuestas, y estaba claro que todo esto estaba dirigido hacia este Tercer Dios.

En cierto sentido, aunque la Raza Santa había pagado el precio de dos Santos Antiguos, su propósito se había cumplido.

Zhou Yuan miró el rostro hermoso y absolutamente bello de Yao Yao, aunque en ese momento estaba sufriendo un misterioso veneno que podía amenazar a una Deidad Innata como ella, sus mejillas seguían tranquilas.

Zhou Yuan se mordió los labios y no habló, pero de sus ojos emergía un fuerte sentimiento de culpa.

El objetivo último de los tejemanejes del Clan Sagrado en esta ocasión iba dirigido a Yao Yao, pero independientemente de si era forzar la salida de Yao Yao o la anterior puñalada trapera del Espíritu Santo con veneno, podía decirse que él, Zhou Yuan, era el que se había convertido merecidamente en un lastre.

Originalmente, pensó que avanzando a Santo y convirtiéndose en el Señor Celestial Cang Xuan, podría ser capaz de cambiar algo, pero la realidad le hizo darse cuenta de lo cruel que era, con su fuerza actual, podría ser capaz de ser contado como una potencia máxima en el Reino Origen Celestial, pero ¿y qué? En este encuentro, se le consideraba completamente como una ruptura celestial que se utilizaba para atacar a Yoyo.

El atisbo de autocomplacencia que había surgido previamente debido a su ascenso a Santo y a la posición de Señor Celestial parecía tan ridículo y cómico en este momento.

Cuando el corazón de Zhou Yuan se llenó de autocomplacencia, otra pequeña mano de Yao Yao sostuvo la palma de Zhou Yuan, que era delicada y fría al tacto, como el jade.

Zhou Yuan levantó la cabeza, y fue a ver los ojos de Yao Yao que eran claros y fríos con un toque de rara suavidad mirándole, sacudiendo ligeramente la cabeza hacia él.

"No niegues tus logros, si ni siquiera tú tuvieras confianza en ti mismo, entonces me temo que este Santo de los Cielos sólo estaría tan avergonzado que quemaría su propio Loto Sagrado". Yao Yao dijo suavemente.

Los otros Santos no muy lejanos oyeron esto, sus rostros se crisparon por un momento, pero no dijeron nada, porque en cierto sentido, las palabras de Yao Yao eran realmente ciertas, el Zhou Yuan frente a ellos ya había cruzado al reino de los Santos y estaba a cargo de la posición del Señor Celestial Cang Xuan, así que aunque fuera una potencia máxima del reino del Loto Dual veterano como la suya, temía que no pudieran obtener mucha ventaja si querían luchar con él en este Cielo Cang Xuan.

¿Y cuál de ellos no había cultivado cien veces o incluso más que Zhou Yuan? Pero ahora que Zhou Yuan había llegado a la cima, con tanto talento y potencial, incluso ellos sólo podían suspirar de admiración en sus corazones.

Un demonio así, con algo de tiempo, me temo que entraría en las filas de los Antiguos Exaltados incluso antes que su maestro Cang Yuan.

En cuanto a esta lucha, Zhou Yuan parecía estar en desventaja, pero en última instancia, tenía que depender de los oponentes que aparecieron esta vez, como ese Dios Santo Encarnado, sin mencionar a Zhou Yuan, incluso si los tres Antiguos Exaltados de la Sala Divina Ruinas Retornantes estuvieran aquí, me temo que no serían capaces de hacer mucho bien.

Aparte del Dios Santo Encarnado, ese Mo Jie, Brillo Negro, ¿cuál de ellos no es una existencia feroz y renombrada? Frente a tales personajes, aunque se tratara de un Santo del Loto Gemelo veterano como ellos, tendrían que confiar en su número más la ayuda de los Faroles Dragón Ancestrales para poder contrarrestarlos a duras penas.

Zhou Yuan se aferró a la pequeña mano de Yao Yao y, tras un momento de silencio, también recogió poco a poco sus emociones, pues comprendió que éstas no servían para nada.

Y justo en ese momento, el vacío en las cuatro direcciones se distorsionó de repente y, entre la ruptura del espacio, tres sombras de luz que emanaban una opresión extrema descendieron del cielo y aterrizaron hacia donde estaban Zhou Yuan y los demás.

"Anciano Exaltado Luo Dorado".

"Anciano Exaltado Dragón Imperial".

"Anciano Exaltado Ji Rojo".

Mirando a las tres sombras de luz que descendían, Cang Yuan y los otros Santos del Loto Gemelo levantaron una sola palma frente a sus pechos.

Las tres personas en frente de ellos eran los tres Antiguos Exaltados de la Sala Divina Ruinas Retornantes, previamente, habían sido enredados por los Antiguos Santos de la Raza Sagrada, y ahora que la Raza Sagrada se había retirado, descendieron inmediatamente al Cielo Cang Xuan.

Zhou Yuan los miró, aparte del familiar Exalto Antiguo Jin Luo, miró dos veces más al Exalto Antiguo Dragón Emperador y al Exalto Antiguo Ji Rojo.