Señor Robocop [serie Las Marías #3]

Capítulo 4: Beso acorralado.

JUAN PABLO.

Me entregan el vaso de agua que pedí y me lo tomo con tranquilidad. Espero que pronto llegue la señora Esperanza e irme...

—¡¡Robocop!! —toso ya que el agua se me ha ido por la nariz—. Robocop, ¿estás bien? —me mira preocupada cuando ella ha sido la culpable de que casi me muera ahogado.

—Me llamo Juan Pablo —aclaro mi garganta.

—Me gusta Robocop, suena muy lindo y te queda bien. Además, te pareces a Robocop —está más loca que una cabra.

—No me parezco en nada.

—Sí te pareces. Oye, vamos al centro —no llevo ni una hora y ya quiero salir corriendo.

—Mi deber es cuidarte e ir donde tú vayas —nadie me mandó a hablar, ya me está mirando y seguro hará algo.

—Vamos a mi habitación —saborea sus labios

—¡Dios! Estás re loca...

—De amor por ti —me lanza un beso.

Me termino de tomar el agua. Si la señora Esperanza no cancela ese contrato, esa loca me va a volver loco a mí también.

[***]

Aquí estoy viendo cómo compra ropa y un poco más de tonterías. Saco mi celular para entretenerme mientras ella termina de comprar sus tereques.

Recibo un mensaje de Yanela, así que lo leo.

*Juanpa, ¿a qué horas llegas? 🌝

**7:30 pm.

*Ok. Te espero 🤤.

—Robocop —apago el celular. Miro a Ana y ella me mira con el ceño fruncido—. ¿Quién te escribió?

—Oye, respeta mi privacidad —pido.

—Solo te estoy preguntando —se cruza de brazo.

—No es una obligación responderte —como que quiere gritar, pero se detiene.

—Robocop, cuando estés en el trabajo tienes prohibido usar tu celular —ordena.

—Está bien —apago el celular y lo guardo en el bolsillo; sonríe bien feliz.

Solamente lo guardo porque es una orden, después de todo están pagando por mis servicios y si no quiere que utilice celular no lo haré.

—Te ves tan lindo cuando te portas así... Pero te verías más lindo a mi lado como mi novio...

—Claro que no me vería lindo a tu lado. Tú eres una niña consentida —su cara se deforma— y yo un hombre maduro y prudente.

—Primero no soy una niña, segundo no eres fruta para madurar y tercero te mereces algo de buena calidad y yo, soy de una calidad muy buena —señala su cuerpo a lo que con mi mirada recorro.

Es linda, un poco alta, tiene un bonito cuerpo bien proporcionado, unos ojos preciosos y así mismo su cabello, pero es una niña; meneo mi cabeza.

—Así sea de la mejor calidad... lamento informarte que no eres de mi interés. La única relación que tendré contigo es de guardaespaldas a cliente. Vete bajando de esa nube... Si algún día yo decido tener una relación es con alguien de mi edad; una mujer madura, no una niña de 18 años —en el contrato decía que tenía 18 años.

Me mira furiosa, pero me da igual, yo soy un hombre sincero, maduro y prudente. Ya he pasado por muchas cosas y sé lo que está bien y lo que está mal. Yo nunca me enamoraría de alguien como ella; solo es una niña.

—Ni ha de ser mucho la diferencia de edad, ¿cuántos años tienes? —espero y que con mi edad se aleje.

—Tengo 28 años. He vivido más que tú y en planes no está tener algo con una niña —sonríe de mala gana.

Deja sus compras en el piso y se acerca a mí, pero esta vez estoy preparado para que no me bese.

—Yo te voy a enamorar, Robocop. Voy a hacer que estés loquito de amor por mí. Tú vas a ser mío, solamente mío —asegura viéndome a los ojos y ellos hay tanta seguridad que me convence por unos segundos—. Trae las cosas —me da una mirada neutra y se da la vuelta.

Suelto un suspiro. Ella cree que va a enamorar, eso nunca va a pasar. Soy un hombre prudente, que sabe lo que está bien y lo que está mal. Será muy linda y todo, pero es una niña y es a quién debo cuidar.

[***]

ANA.

Se me revienta el hígado del coraje. Sin embargo, no puedo darle el gusto de que me vea como una niña caprichosa. Yo soy una mujer, y él va me va a amar, porque me va a amar.

Llego a casa y me dirijo a la habitación, acelero mis pasos, ya que Robocop tiene que traer mis compras.

Entro a la habitación y me quedo escondida detrás de la puerta porque es astuto y no va a dejar que lo bese. No voy a parar con robarle besos hasta que le dé uno de verdad, porque él no me corresponde y yo tampoco sé besar (ver películas no ayuda mucho).

Escucho los pasos acercarse y me preparo como león a lanzarme sobre mi jugosa presa. Robocop ingresa y me le lanzó encima, sé que él es más fuerte que yo, pero me tiene que cuidar y no tratarme mal. Lo sé, soy una aprovechadora descarada.

—Ana, deja... —lo rodeó del cuello.

—Te voy a enamorar a como dé lugar, tú tienes dueñas y es: Ana Briseño —intento darle un beso, pero no se deja. Me intenta separar de él y al propósito salto rodeando su cadera con mis piernas.

—Oye, suéltame —exige.

—No hasta que me des un beso de verdad —me le prendo como garrapata y por más que trata no se puede liberar de mí.

—Ana, comportarte —lo miro a los ojos. No hay nada mejor que herir el orgullo de un hombre.

—¿Acaso eres gay?

—No. A mí me gustan las mujeres. Deja de decir tonterías y suéltame.

—No te creo, ¿sabes cuántos chicos anda detrás de mí y tú me rechazas?

—No me interesa, solo suéltame —me duele sus palabras.

—No lo haré. No hasta que me des un beso.

—No te voy a dar nada —comienza a caminar hacia la cama. Yo comienzo a descender y él queda encima de mí, ahora sí tengo como miedo—. Suéltame.

Lleva sus manos sobre las mías y comienza a librarse de mi agarre. No se la dejo fácil y lo abrazo con fuerza con mis piernas.

—Ana, suéltame. Puede librarme de ti rápido, pero te lastimaría y mi deber es cuidarte. Suéltame —presiona mis muñecas sobre la cama y hace fuerza por liberarse de mis piernas—. Ana, déjate de niñerías, por favor.

—No son niñerías. Tú decides: ¿me besas o te quedas aquí junto a mí?. Cabe recalcar que mamá puede venir y yo, yo me puedo hacer la víctima —solo quiero presionarlo.




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