Señorita

Capítulo II

Editado.
 


 

Noche para dos.
 


 

"Las casualidades, no existen... Las cosas pasan porque tienen que pasar... "
 


 

LadySchenee.
 


 


 


 

Ya es viernes por la noche y estoy arreglándome con Amy para la fiesta del barrio.
 


La semana paso volando y toda esta semana el chico misterioso (y ardiente según Amy lo cual no desmiento) ha venido toda esta semana a la cafetería pero yo nunca lo atiendo, aunque siempre se me queda mirando hasta que se va.

Tenía puesto un vestido azul mar largo de pliegues y escote en v profundo dejando nada a la imaginación de mis pechos, con tiras en la espalda y unos tacones bajos.

Mi pelo lo tenía suelto, pero  semi recogido a los lados con ganchos, y estaba maquillada levemente.

Amy en cambio era más atrevida, un vestido corto color negro resaltaba cada una de sus curvas, unos tacones que espero no se mate, un maquillaje perfecto y su pelo llamativo en su mejor esplendor.

Sería sin duda la sensación de la noche.

-¿Lista Cat?- me pregunto agarrando su bolso.

-Sí- respondí imitándola, cerré mi casa y guarde las llaves en el bolso y juntas nos fuimos caminando a la fiesta pues no era muy lejos.

La fiesta estaba abarrotada de gente, bailando, la mayoría alcoholizada, pues era barra gratis.

-Estoy muy emocionada, esta noche sin duda no vuelvo a casa a dormir- confesó Amy mientras caminábamos a la barra.

-¡Amy! - la reñí.

-Cat, ¡No empieces! - bufo.

-Solo recuerda que mañana tenemos que trabajar hasta tarde, así que no bebas demasiado- advertí ya que después su humor sería de perros y no quiero aguantarla.

-Sí mamá- se burló.

Con unos tragos de tequila sunrise conversamos un rato hasta que Amy me llama la atención.

-Cat, no quiero alarmarte pero voltea disimuladamente hacia la izquierda, cierto chico candente no deja de verte- tomó un poco de su tequila con una sonrisa pícara, haciendo caso voltee levemente la mirada y ahí estaba él, un chico sin nombre, pero tan caliente como el fuego.

Tenía puesto una franelilla blanca que se le pegaba debido al sudor pues calor hacía por montón, unos pantalones negros y zapatos del mismo color, estaba sentado con una guitarra en sus manos tocando con los músicos.

Así que también es músico, ahora me pregunto si cantara igual de bien.

Su mirada chocó con la mía y sonrió...

Que sonrisa más bella.

Volví a mirar a Amy quien tenía una ceja levantada, yo solo me reí...

-Sabes Cat, me pregunto si así como toca la guitarra toca otras cosas, debe ser muy apasionado ¿No te parece? - maldita Amelia ¿porque tenías que decir eso?

Ahora me dejaste en duda desgraciada.

Yo pensando en que si canta como toca debe ser muy bueno, y ella con sus cosas pervertidas.

-¡Amelia! - me sonroje y ella rio.

-Olvidaba que hablaba con mi mejor amiga la virginal de Cathie.

-No empieces.

-Vamos, disfruta de tu juventud antes de que te arrepientas, no te digo que le abras las piernas al primero que se te cruce, pero un poco de placer de vez en cuando no es malo.

Quizás tenga razón pero dejar mi cuerpo a merced de alguien no es mi fascinación.

Iba a responder pero una voz masculina (muy seductora a mi parecer) me interrumpió.

-Buenas noches, señoritas.

Amy y yo nos giramos, el chico candente nos estaba hablando.

Es mucho más lindo de cerca.

-Me permites una pieza, Señorita- se dirigió a mí.

Acabo de descubrir que amo la manera en que me dice "Señorita".

-C-Claro- estúpida no tartamudees.

Acepte la mano que me ofrecía, sentí una corriente eléctrica que me erizo la piel, por lo visto él también lo sintió, me llevó al centro de la pista improvisada, tomó mi cintura y me acercó a él.

La melodía en cierto punto se sentía erótica y seductora.

Me dio un par vueltas y me apego a él.

-Lamento no saber el nombre de tan hermosa señorita que me acompaña- dijo con su rostro muy cerca del mío, teniendo en cuenta que con los tacones apenas y le llegó al pecho.

-Cathie Fernández, ¿y usted?

-No me trates de "usted" me haces sentir viejo, soy Matthew Méndez, Señorita Cathie, un placer.

-El placer es mío Matthew, puedes decirme Cathie.

Aunque la verdad me encanta que me llames señorita.

-Me gusta más decirte "Señorita".

Bailamos por un rato más pero la tensión sexual entre nosotros parecía elevarse al tercer trago de tequila sunrise.

-Sabes señorita- llamó mi atención pegándome a su cuerpo que si bien es esbelto está completamente definido- es muy hermosa, ¿lo sabía? - murmuró muy cerca de mi rostro y su aliento a tequila me agrado más allá de disgustarme.

Toda su presencia me alteraba los nervios y todavía no sabía porque.

-Me lo han dicho mucho, aunque no me consideró la gran cosa, a la final soy un ser humano común y corriente- respondí de la misma manera, en un susurro.

Mire sus labio y unas ganas de besar los me invadieron, rápidamente subí la mirada a sus ojos negros los cuales habían hecho exactamente lo mismo que los míos.

-Me imagino que se lo han dicho, total eres una de las chicas más hermosas en esta fiesta, que si por estar tan cerca de ti causó la envidia de alguien lo entendería.

¿Qué carajos estás diciendo?

-No creo que sea para tanto.

-Créeme es para tanto, Señorita Cathie.

Estábamos demasiado cerca uno del otro tanto que mis alarmas se activaron y me aleje él me miró confundido por mi reacción.

-Lo lamento, ya me tengo que ir tengo mucho trabajo mañana, buenas noches- sin esperar su respuesta me fui a despedir a Amy, tome mi bolso y me fui, al estar lejos de su vista empecé a correr a mi casa por la hora ya que puede ser muy peligroso.




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