Señorita

Epílogo.


 

 

-Abuela gracias por contarme tu historia.

Mi nieta Camila me confiesa a través de la pantalla del celular en una vídeo llamada por una aplicación llamada whatsapp si no mal recuerdo.

-No hay de que mi niña, iré con tus padres para tu cumple años.

-Aquí te espero abuela.

Han pasado cincuenta años.

Años en lo que mi vida mejoró para bien.

Nunca más supe de Mathew más que se había casado con Summer y que habían heredado las empresas y uniendolas en una sola.

Y que poco después su padre murió de un paro cardiaco.

Cosa a lo que Amy llamó karma.

En estos años me recuperé y seguí estudiando.

En el último año de mi carrera conocí a quien sería mi esposo y el padre mis hijos.

Edward Estrabao, un cubano de piel blanca ojos marrones claros y pelo castaño. Un gran hombre el cual siempre estuvo apoyandome y me ayudó a seguir con mi vida y terminar de sanar mis heridas y todo quedó en un recuerdo que guardo con recelo y cariño.

Amy también tuvo su final feliz y se casó con un empresario llamado Enmanuel Andrade, y tiene tres hermosos hijos, dos niños y una niña.

Una historia que le acabo de contar a mi nieta Camila.

Tengo una sola hija, ya que mi abortó me dejó en muy malas condiciones a la hora de concebir, sin embargo como un milagro tuve a mi hija Sinuhé quien al crecer se casó con Alejandro Cabello y de ese matrimonio nació mi amada y consentida nieta Karla Camila Cabello Estrabao.

Ellos emigraron a estados unidos cuando  ella tenía tan solo tres años, pero es una cubana nacida en la Havana igual que yo.

Nació con un gran talento en el canto y para sus quince años en ves de pedir una fiesta como todas las demás pidió una audición en un programa de televisión llamado X-Factor, en donde su carrera como cantante comenzo.

Y actualmente es una de las figuras más aclamadas.

Decidí contarle esa historia oculta de mi vida.

Sabiendo que ella guardará bien ese secreto que ni su madre sabe.

-¡Familia! - Camila salió corriendo a abrazarnos fuerte felíz de que estuvieramos con ella.

Me tuve que venir de Cuba con su abuelo para estar más cerca, a pesar de los años no he olvidado como hablar el inglés.

-Abuela- me abrazo fuerte pero tenía la sensación de que había algo más.

-Mi niña bella- respondí con la misma fuerza.

-Familia les presentó a Shaw Mendes mi mejor amigo.

Aunque mi vista me falle nunca olvidaría ese rostro.

Es idéntico a Mathew, tampoco ayuda el hecho de que mi nieta se parezca tanto a mí es como regresar al pasado.

Con una sonrisa lo salude y continuamos con su fiesta de cumpleaños.

Aunque buscó la manera de escaparse un momento.

-Abuela, sé que prometí nunca contarle a nadie tu historia, pero no me aguante y junto con Shaw compusimos una canción basada en tu historia titulada "Señorita", solo quiero saber si tengo tu permiso para publicarla, aunque la verdad yo no quiero pero Shaw es muy insistente.

-Y tu no quieres hacerlo por miedo a revelar lo obvio ¿cierto niña? - evadió mi mirada ante mi acusación pero a pesar de los años era inevitable que no me diera cuenta de que entre ellos hay mucho más que una simple amistad- puedes hacer lo que quieras Camila, pero no olvides que yo me entero de todo.

La noche paso así entre la risas, felicidades a mi nieta y apenas tuve la oportunidad me escape al balcón llevandome una gran sorpresa.

-Mathew- solté sorprendida.

El me reconoció de inmediato y me regalo una de su más hermosas sonrisas.

-Señorita Cathie, es un placer volver a verla, ¿le digo señora o prefiere que la llamé señorita?

Me reí y me acerque a darle un abrazo.

Su olor es el mismo.

-Amo que me llames señorita, así que así se va a quedar- dije en cuanto me separe de el, a pesar de los años al igual que yo, se conserva muy bien y su estatura sigue siendo prácticamente la misma pero yo si me quedé pitufo para siempre.

-Me alegra saberlo Señorita...


 


 




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