Separados

Capítulo l

Tal vez, podría haber sido más fácil conocerte fuera del centro comercial en qué ambos trabajamos, tal vez si no te hubieras besado con mi amiga, tal vez si no le gustaras a muchas. 
Necesito dejar de pensar en él, se fue hace dos meses, sin dejar rastros, me dejó una nota que contenía solamente un "volveré", es enserio Sebastián, como puedes desaparecer de la noche a la mañana y sin avisar. Enloquecí cuando tú hermano vino a decir que no sabía de ti, se que estábamos enojados, pero no creí que fueses capaz de irte sin una despedida tan siquiera. En definitiva, eres un imbécil. 
Tomó la nota y la guardo, en la agenda que compramos aquella vez que tuve la primera crisis. 
Flash back 
- Es demasiado rosada para ti, mejor esta otra. 
- No, entiendes el hecho de que quiero cambiar un poco mi estilo, además esa es de hombre, no tiene para marcar el período. 
- Pues para eso tienes el teléfono genia 
Compramos ambas, y lo primero que hizo fue escribir en la fecha de mi cumpleaños, faltaban seis meses exactos y me hizo prometer que no leería el mensaje hasta ese día. 
End flash back 
- Galya presta atención, tenemos que pasar este ramo y desde que se fue ese imbécil de tu "amiguito", andas distraída. Vamos muchacha, nos queda un mes para pasar este maldito ramo y poder ir a prácticas el próximo semestre. 
- Lo se Annia, pero no puedo dejar de pensar en el, necesito saber porque se fue. 
- Te propongo algo, tengo ahorrado un dinerillo y por lo que se tu igual. Que te parece si nos vamos de vacaciones aunque sea una semana, para que cambies el ambiente y puedas distraerte con algún morenazo de metro ochenta 
- Lo pensaré, aunque suena tentador, creo que ya es tiempo de comenzar a cambiar las vistas 
- Hablando de cambiar vistas, hoy a las 10:30 te espero afuera del Margaritas, si no vas juro por mi madre que iré a sacarte de tu cama a rastras y te llevaré atada a una silla de ruedas- sale corriendo sin dame tiempo a negarme a su petición, a pesar de que es una loca la adoro y es la única amiga que jamás logro caer en los encantos de Sebastián Lébedev, ya que está lo odiaba con todo su ser, al enterarse que este era el hijo de la amante de su padre. 
Termino de arreglarme 9:30, demasiado temprano para mi gusto, pero sé que esta mujer cumple su palabra y no deseo que venga a destruir mi habitación. Tengo una extraña sensación, algo dentro de mi dice que no debo ir, que algo ocurrirá, pero hago caso omiso, ya estoy aquí. 
- Annia me están matando estos zapatos, recuérdame no volver a ponérmelos por favor. 
- Lo siento cariño, pero ambas sabemos que los volverás a usar, porque eres masoquista, ahora muévete que viene la mejor parte de la noche. 
- Anda tu, te alcanzó en un momento, necesito un descanso. 
- No te tardes. - Se que está noche se irá acompañada de este lugar, siempre es igual, trata de buscarme un ligue, pero no da resultado, ninguno me llama la atención. 
Bebo de mi mojito mientras observo a la chica de la barra, es demasiado alta, metro setenta y cinco como mínimo sin contar sus tacones enorme, y yo quejándome por los míos, cuando ya voy en el quinto decido ir a buscar a mi amiga, o aunque sea para avisarle que me iré, no me encuentro en buenas condiciones. Al caminar entre los cuerpos sudorosos, siento que jalan de mi y unos brazos conocidos me sostienen, reconozco el perfume de inmediato, pero no quiero moverme, esto no puede ser verdad, no hoy, no el día que me prometí comenzar a salir de aquella zanja. Miles de recuerdos me invaden, pero estoy lo suficientemente ebria como para no poder rememorarlos con claridad. 
Lo que si puedo pensar con claridad es que hoy vuelve a comenzar mi perdición y no podré hacer nada para evitarla, en cuanto logré salir de este pequeño trance que tengo gracias al alcohol, el tormento comenzará. 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.