Capítulo 2

Pasaron días desde el incidente con Oliver y ya le tenía menos odio, nos habíamos visto una que otra vez que me reunía con Jess y Alan, en algunas estaba presente y aunque no hablábamos, mi rabia había disminuido.

Estábamos en la restaurant de siempre, esta vez en la terraza, planeando el fin de semana en el campamento al que también asistiría mi tía Margaret y mi pequeña hermana Ashley. El campamento tenía una política antigua y que era respetada por las costumbres locales: los chicos en sus habitaciones y las chicas en sus habitaciones, los que violaran ésta regla, tendrían que pagar multas de alto costo.

Jess y yo ultimábamos detalles del viaje y los chicos se estaban encargando de las provisiones y "otras sorpresas" según Alan. Me despedí de los muchachos ya que era la última noche en la ciudad y no podría asistir en días a la galería, sí, sé que soy repetitiva ya que había visto las obras varias veces, pero que ya las conociera era lo que me hacía sentir segura y quería grabar bien en mi mente las pinturas. Las horas se pasaban volando cuando me adentraba en aquel mundo.

Una voz conocida empieza a salir desde el altavoz:

Me gustaría llevarte lejos donde nadie pueda decirte quien eres, puedes encontrarte a ti misma si quieres, puedes acordarte cada vez de nosotros.

Quiero llevarte a donde el cielo no tiene fin y una rosa no tiene espina y tú no podrás lastimarte. Me gustaría llevarte a donde el mar pueda mojarte los tobillos, de noche, junto a tus estrellas, tú y yo con las piernas atadas y los sueños repartidos entre los labios.

Podrías llevarme al infierno o dormirte en mi cielo. Quiero llevarte, sólo dime cuándo  y dónde y desearte algo parecido al atardecer, algo que aunque nunca cambie pueda sorprenderte siempre.

Después de repetirse el poema por tercera vez, de entre tanto arte, puedo ver al chico rizos que se acerca

— Ya sabía de ti,  que estudias leyes, que te gusta jugar con la ilusión de la gente, y ahora se suma que eres locutor de radio-galerías, tienes un súper currículum, nunca te faltará trabajo —comento  irónicamente

Se ríe mientras se remoja los labios y no sé por qué me parece tan sexy.

— Pero a mi currículum le falta algo que no he podido lograr —se encoge de hombros, —y es poder recorrer esta galería contigo

— Acaso me estás coqueteando?

— No que va, ni en el más profundo de tus sueños, sólo trato de ser amable pero no me lo permites

— Jaja, hoy voy a ceder porque éste es uno de los pocos lugares donde encuentro paz y recitaste uno de mis poemas favoritos — asiento mientras caminamos

— No sabía que te gustaba ese poema

— Para no saber nada de mí, llevas muchas casualidades conmigo, llegas a mi librería, me invitas a ver una exposición, recitas un poema que me gusta... pero bueno otro día hablamos de la leve obsesión que tienes conmigo —exclamo mientras me doy la vuelta

Se acerca y me mira fijo, su respiración se enreda con la mía, y no puedo evitar ver el rojo de sus labios.

— Es muy fácil seguir tú cabello rojo en otoño — susurra sutilmente en mi oído, vuelve a remojar sus labios lentamente y su boca está muy cerca de la mía —toma el poema como disculpa por lo de la galería y disfruta el resto de la noche

Se separa bruscamente, dejándome respirar su perfume, cuando a lo lejos veo a la chica rubia de la otra noche  acercándose. Él la recibe, y antes de salir completamente de la galería se voltea y me guiña un ojo.

Es muy fácil seguir tú cabello rojo en otoño,  disfruta el resto de la noche
Gracias a ti me la hechaste a perder

«Qué me pasa? Por qué me molesta su actitud? Por qué me parece tan descaradamente sexy? »

Intento no darle atención y termino mi noche estrellada en la terraza de mi cuarto. 
Amanece y yo estoy terminando la maleta para el esperado campamento, mi tía irrumpe en mi habitación seguida de Ashley

— Buenos días a ustedes también —murmuro mientras tomo a mi hermana en brazos —Por qué creces tan rápido?, ya no puedo cargarte

— Tú desayuno está en el micro, estoy en la pastelería dándole las últimas  instrucciones a Antón, Jess llamó que te recoje en quince minutos, no tardes y peinate por favor —me da un beso en la frente y Ashley la sigue

Me visto, tomo mi desayuno, mi mini maleta y bajo corriendo, hace un frío de horrores. Alan acomoda la maleta en el maletero del auto y allí está Mr. Rizos perfectos, en el asiento del copiloto, hubiera sido un incómodo viaje a su lado, por suerte tengo a Jess que viene medio dormida enredada en un covertor, el aire frío de invierno ya puede sentirse. Comparte el covertor conmigo, mientras Oliver reparte galletas de chocolate. Suena One last time de Ariana Grande y mi prima despierta por completo, cantando a toda voz y a mi par:

🎶🎵One last time, I need to be the one who takes you home, one more time I promises after that, I'll let you go
Baby, I don't care if you got her in your heart All I really care is you wake up in my arms. One las time, I need  to be the one who takes you home🎵🎶

Los chicos nos miran como si fuéramos locas pero no nos importa, era nuestra canción y no podíamos ignorarla. 
El viaje transcurría tranquilo, de vez en cuando llegábamos a alguna gasolinera y Oliver podía acomodar sus rizos.

«Que obsesión tiene con el pelo»

Tenía los labios rojos no sé si era por el frío o por el chupa-chups que relamía cada dos por tres. En una de esas  gasolineras nos dió alcance la camioneta donde venían mi hermana y mi tía;  Ash se trasladó para nuestro auto y ahí fue cuando Jess pasó al asiento del copiloto y Oliver pasó atrás junto a mi, quedando mi hermana en medio de los dos.
Ashley es de ojos más claros, un gris platinado que impacta cuando los ves, un lunar en el final de sus perfectas cejas, de pelo castaño, con toques de rubios y rizo en las puntas, a lo mejor era por eso que ella y Oliver estaban muy a gusto, mi hermana le quitaba las galletas de chocolate, y él le hacía cosquillas, parecían ellos los hermanos, hasta que a Ashley la venció el sueño y quedó dormida en mis brazos. Como ella había ocupado todo el covertor, yo empezaba a sentir frío, aunque no por mucho tiempo, sentí un leve roce cálido y al cabo de los minutos también me quedé dormida.