La sonrisa se desbordó en el rostro de Alexis, al fin pudo controlar a Runronbi usando solo su aura sagrada.
La admiración creció más a su alrededor, pero no era la única. E incluso se podría decir que las voces se alzaban más a favor del nuevo alumno.
A pesar de que en un principio Adrián no la pasó bien debido al rechazo de ser considerado inferior por no venir de una familia de clase y ser solo un huérfano acogido, bastó con comenzar a mostrar su capacidad para que todos hablaran de él. Acumular el aura en su mano hasta darle forma y lanzarla, era algo único.
Si Alexis hubiera sido el mismo que en su vida anterior hubiera reaccionado mal al saber que alguien le robaba la atención de esa forma, y tal vez ahora sería así si no fuese Adrián Makris precisamente. Pues lo considera el diamante en bruto que ella misma ha descubierto y se siente orgullosa al ver la admiración que profesa a su alrededor.
Pero, aunque para Adrián verse rodeado de esta forma lo cohibía en un inicio, comenzaba a gustarle; sin embargo, cada vez que notaba la presencia de Alexis cerca perdía interés en los demás y solo se enfocaba en su "joven señor", más cuando aquel al darse cuenta de su mirada le respondía con una sonrisa tan dulce que engolosinaba inconscientemente su corazón.
—¿Un torneo? —le preguntó curioso mirando el folleto que acababa Alexis de pasarle.
—Sí, es una actividad anual en la escuela —le dijo animadamente.
Están sentados solos bajo la sombra de un enorme árbol en aquel caluroso día. Lograr estar solos es una hazaña, considerando que Alejandro Aragón ha tomado últimamente la manía de estar siempre encima de Alexis, y Adrián no deja de ser perseguido por sus fans.
—Tal vez es algo aun de un nivel demasiado alto para mí —señaló al final.
—Estas equivocado, eres uno de los mejores, además no necesitas ganar, con participar bastara, los ojos de los mejores maestros estarán sobre nosotros ¿Sabes que incluso podrías tener un maestro especial único?
Alexis se recostó en el pasto, satisfecha. Es claro que llamara la atención, es Adrián Makris, tendrían que ser ciegos de no notarlo.
"En este torneo fue donde logré ser notada por los ojos del mayor de la policía e invitada a formar parte de su caudillo, solo siete puestos y gané el mío solo con diecinueve años. Si yo logré eso de seguro tu lograras algo mucho mejor"
Tal como lo dijo, este evento es muy importante para los estudiantes, aquí pueden ganarse su futuro de un solo salto, por lo que muchos dedican horas y horas en practicar en los inmensos jardines de la academia.
Ver a Adrián practicar con su espada, una otorgada por la familia Vikar ya que la suya propia fue parte de los bienes vendidos en la ruina familiar, no parece afectarle. Sus movimientos son agiles y hermosos, sumando además que en estos años sus rasgos han cambiado incrementando su rostro apuesto.
Para Alexis ver como cada día se parece a su versión del pasado le inquieta de alguna forma, pero al notar su dulce expresión es como si viese la versión opuesta de aquel criminal que acabó con su vida.
Se sentó a lo lejos observando la práctica de Adrián y a las chicas que lo rodean.
"Solo dos años para que ocurra ese evento"
No pudo ocultar la amargura de su expresión, tantos años intentando averiguarlo sin aun poder descubrir ¿Qué fue lo que hizo para que él a pesar de ahora vivir una vida distinta no deja de convertirse en un asesino?
—Aunque yo deba morir ¿No hay forma de salvarlo? —preguntó al demonio que acababa de sentarse a su lado.
—Sí cortas el lazo antes de tiempo y mueres obviamente no habrá necesidad que te maté, pero aun así sí, de que se vuelva un criminal, eres el inicio y el final —señaló sin dejar de sonreír—. No vas a salvarte ni del infierno ni de tu castigo.
Alexis hizo una mueca antes de suspirar.
—¿Qué será lo que te haré que te romperá de tal forma que te alejes de todo lo que has construido hasta ahora? —preguntó mirándolo sabiendo que a esa distancia no la escucharía ni le respondería—. A tus diecisiete años eres ya el chico más popular de la academia, perseguido por las chicas más lindas, y rodeado de muchos amigos, tienes un futuro esplendoroso lo dicen todos los maestros. En tu camino no soy más que una efímera mariposa ¿Cómo podría solo yo cambiar esto y arruinarte?
En eso Adrián notó su presencia y guardando su espada, pasando entre sus fanáticas y fanáticos se hizo a un lado solo para detenerse frente a ella notando la mirada triste que no alcanzó a ocultar.
—¿Está bien? Mi joven señor —le dijo mientras colocó una mano en su frente.
Se quedó en silencio con sus ojos sobre él desprevenida en su actitud. No solo ella lo miró con sorpresa, sino todos los que lo rodeaban.
—Te dije que Adrián Makris está enamorado de Alexis Vikar —escuchó una voz a lo lejos.
—¡Que mierda! ¿Por qué los dos chicos más guapos de la escuela deben enamorarse entre ellos? —reclamó otra voz.
—Es como ver dos bellos dioses, lucen tan bien juntos —habló una más.
Carraspeó incomoda al escucharlos.
"¡Que imaginación estos niños! Adrián no se enamoraría de alguien que cree que es un chico, ni menos quisiera matarme a futuro si sintiera algo por mí. Solo está agradecido de que lo ayudara a entrar a esta academia."
—No es necesario que me llames "Joven señor" solo dime Alexis —le dijo con seriedad poniéndose de pie y sacudiendo su ropa.
—Prometo que algún día lo haré —y le tomó de la barbilla ante su confusión haciendo que los rumores se incrementaran aún más.
Lo miró confundida.
—Guarda tu distancia —dijo Alejandro apareciendo en el acto y jalándola del brazo—, estas ambicionando algo inalcanzable para ti, no te olvides de tu lugar ni quién eres.
Adrián lo contempló desafiante sin decir palabra alguna, pero le sonrió con ironía ¿Inalcanzable? Hará lo que sea necesario para poder pararse al lado de Alexis e incluso tener el atrevimiento de quedarse a su lado hasta que la muerte los separe.
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Editado: 28.06.2024